Mad Cool: crónica de un colapso
Un año más volvíamos a Mad Cool, a sabiendas de ser un festival único por el mero hecho de que siempre ocurre algo. No importa ya tanto el cartel y si más la expectación en torno a un evento que, a pesar de ser quizás el festival más musculoso en cuanto a artistas (y dinero), ha forjado su marca en torno a la polémica, las quejas, el "influencismo" y una noria como santo y seña de una identidad que, al igual que la misma, no para de dar vueltas, y no para bien.
CAMBIOS DE UBICAC...