05/11/2022 Sala Mon, Madrid
Una función llena de imaginaciones la que nos tenía reservada Whisky Caravan en la sala Mon de Madrid, dentro de una nueva gira que recién ha comenzado y que va a servir seguro para asentar uno de los grandes nombres del rock nacional.
Son los madrileños un elenco de músicos con mucho talento, deudores del rock clásico y melódico para forjar unas composiciones intensas, emocionantes cuando deben y con mucha garra cuando quieren, todo bajo la batuta vocal de Danny Caravan, recordando sin duda la esencia que marcaron Héroes del Silencio pero con su personalidad propia para estos «caravaneros».
La sala Mon acogía su crecimiento con un recinto abarrotado, en un grupo que además ha abierto campo y en cuyos conciertos asoma público diverso, ya no solo el habitual del rock, merecido por tanto ese respeto que se han ganado a base de grandes discos.
Su reciente y notable nueva obra «Imaginaciones» servía de hilo conductor y de apertura para una historia de rock and roll nocturno, un quinteto que salía de forma extraña como dato curioso, ya que bajo los focos apagados tardarían algo en arrancar.
Presentando de inicios sus credenciales con cortes de energía e intensidad como «Escombros» con los que cruzarnos en una «Larga carretera» en donde la banda se mueve como pez en el agua, con el sentimiento vocal de Danny arrastrándonos a ese contagioso estribillo. El quinteto sobre el escenario funciona de forma conjunta pero también en lo individual, un Víctor Fraile que maneja con finura la guitarra y cuando se necesita al teclado, mientras se acercan a realizar «La guerra contra el resto», otro de sus grandes legados, aquí con Emi de Lavida como cantante de apoyo y sorpresa nocturna, junto al ritmo que dibuja «No dejes que me lleven» junto al romanticismo y cuidado sonido de «La última luz» para que todo encaje.
Pues #LaGuerracontraelresto de @WHISKYCARAVAN con Emi de @lavidasomos en una noche de rock en Madrid pic.twitter.com/f3C811bwbg
— RockTotal (@RockTotalweb) November 5, 2022
Solidez musical para esos «Días de niebla» en el que ellos son el foco que necesitamos, para resguardarnos «A salvo en el dolor», donde la intensidad musical sube de grado, en un set list que en momentos puntuales entre canciones se forjan silencios particulares, esos en los que quizás echo de menos alguna introducción para interactuar más con la gente. De la misma manera, agradecimientos por llenar una sala y «poder estar en cualquier otro puto sitio» como diría Danny, pero donde decidimos apoyar el buen rock sin fisuras.
Su público se conoce las canciones, lo que hace funcionar mejor todo, en un escenario en el que también hay espacio para momentos dulces en los que de forma conjunta se hacen «Gigantes», la brillantez melódica de «Aquí y ahora», porque en los medios tiempos más cálidos Whisky Caravan también son seguro de vida, creando un directo homogéneo pero variado, una montaña rusa emocional para abrazarnos o saltar a partes iguales.
Y en esa recta final, la esencia rockera más rápida que marca los tiempos de «Enemigos», explosividad para dejar en alto el lugar rozando dos horas de sudor y emoción conjunta para cerrar con un «Naufragio» que fue todo menos eso. Entrega, talento y el aurea de gran banda en una sala llena que marca el camino para seguir creciendo en directo.
Texto y fotos: Miguel Rivera