Ser capaz de conseguir un sonido pero ante todo una personalidad que identifique lo que haces al escucharlo, es algo a lo que debemos prestar más importancia si cabe con esos grupos nuevos que son capaces de conseguirlo.
El grupo Melifluo, aventura musical que comenzaron los hermanos Juan Carlos y Antonio Gómez Parrilla intentaron eso desde 2019, cuando vieron nacer a la banda.
Con una serie de singles y un disco «Pasado_Futuro» el pasado año, dejaron muestras de un sentido musical distinto, gusto que mezclaba rock y sintes para un trabajo de trazo grueso por momentos y otros finos y delicados, que dejaba entrever potencial no explotado del todo a falta de conseguir su sentido e identidad.
Parece que sus cabezas han conseguido alinearse a la hora de afrontar lo que vendría, que no era otra cosa que «Buenaventura», significado para el oyente de imprimir fuerza a sus canciones, guitarras muy presentes, estribillos enérgicos y adictivos bajo una labor letrística que logra en lo sencillo lo complicado, conseguir canciones que escuchar (no solo oír) de verdad, disfrutarlas e identificarte con ellas.
Es todo ese sello el que ha logrado que el grueso se convierta en una única fina línea musical de gusto impoluto para salirse de lo electrónico, soltarse una melena inexistente para dotar de pulso, nervio, mala leche si cabe y momentos bonitos para componer un todo.
«Buenaventura» es un EP de cinco canciones que funcionan como un conjunto pero también lo harían como singles independientes, donde no sobra nada ni tampoco necesita de más. Es curioso porque ya mostraron dos temas que no han incluido, el rockero y estupendo «15 pitis» para adelantar una vena más dura que les sienta sumamente bien y después «Ahora me toca a mí», un tema que miraba a dejar atrás la pandemia para volver a vivir, y que mostraban lo que iban a ser Melifluo ahora.
Hubieran funcionado igual de bien haciendo siete canciones, pero en un mundo de singles donde luego se recopilan para disco, ellos han preferido en «Buenaventura» sorprender con otros cinco nuevos temas y se agradece.
Decía que funcionan juntas y por separado, pero el significado completo del mismo lo disfrutamos para hacer lo que nada más arrancar dicen en «Historias de hace tiempo» (el que fue su adelanto) donde se escucha «otra, otra», que indica el repetir para comenzar, algo que haremos nosotros poniendo una y otra vez su disco.
Ese tema inicial deja ya ver que van a aplicar guitarras con la voz de Antonio manejando una función híper pegadiza, es un baile rock para hablar de esas historias vividas de juventud, en el barrio de siempre bajo historias maternas. Tiene ese deje indie fresco para aderezar de cierta melancolía a «Paseos interminables por la mezquita», un tempo donde sobresale el bajo y que suena dulce pero intenso, un paseo musical en el que quedarnos.
Es en este nuevo sentir musical de músculo, donde han dejado de lado la electrónica para buscar una esencia más potente, cuando todo funciona en Melifluo, porque ese toque romántico pro también enérgico que maneja la voz de Antonio sirve para reflejar una «Generación perdida», un tema más social que busca presencia alternativa para hablar de todos los males de la generación estudiada y más preparada que vive en una crisis continua.
No es hasta «Dientes de marfil» cuando relajan el ritmo, pero lo hacen profundizando en sentimientos, un tiempo intenso de acordes de guitarra y voz, melancólico y romántico para hablar de cuando jodemos las cosas para con otro u otra. Antonio se maneja increíblemente bien en un tema duro y dulce a su vez, con una atmósfera triste y endiabladamente brillante, aquí con tino muy nostálgico.
Y para terminar encontramos «Buenaventura», título del EP para dar luz con otro corte que nos lleva aquí en lo melódico a cierto recuerdo musical de Supersubmarina, sentir y ritmo con luz para bailar y emocionarnos también, en ese mix que esta banda maneja con excesiva facilidad.
Qué bonito es encontrar identidad y sello propio para, apoyándose en las guitarras y una actitud más rockera pero emocional también, arrojar talento, salirse del conjunto habitual musical que nos encontramos en la escena independiente y así brillar diferente. Un golpe de realidad para una nueva esencia Melifluo en la que todo funciona.