Nuestra nueva invitada de Rostros, la actriz Laura Galán, esa de esas personas que sabes que te van a caer bien, que lo vas a pasar mejor y que la naturalidad va a ser la verdadera protagonista del encuentro. Lo sabemos desde que probamos luces en El Imparcial de Madrid, punto de encuentro al que Laura llega con unos minutos de retraso al grito de «perdón» mientras empuja un carro con su hijo Teo, un pequeño de menos de un año que ha sido el verdadero regalo de 2022. Y no es el único, porque la actriz de 36 años ha despuntado llevándose aplausos y buena crítica por su papel en Cerdita (6 nominaciones a los Goya), la última obra de la directora Carlota Pereda, a la que precedió un corto que ahora se convierte en largometraje en forma de thriller rural con aderezo slasher y el bullying muy presente.
Laura ha sabido aprovechar su físico, contra pronóstico «lo he llevado a mi terreno para saber explotar que este es mí físico y cualidades» nos comentaba, y bien que lo ha hecho, con toda una gran interpretación de una joven a la que los compañeros acosan y se burlan de ella y que por circunstancias tendrá duras consecuencias en el film de Pereda.
Nominaciones a los Goya, con Laura en la categoría de «Mejor actriz revelación»: «Lo deseaba mucho y aunque lo intuía, los Goya muchas veces dan sorpresas y podría no ocurrir» adelanta en el inicio de nuestro encuentro, ese en el que Laura demuestra una naturalidad arrolladora, una chispa muy divertida en el trato cercano, que hace encuentres casi una amiga en el acto más que una actriz ante ti. Un regalo de Reyes adelantado encontrarnos con ella, quien contesta a nuestras preguntas mientras atiende de lejos a su pequeño terremoto que ha llegado para alegrar más su vida si cabe, de la que dice está llena de carreras, pero donde Teo le pone los pies en el suelo cuando la mira diciendo (pero sin decir) «señora, ¿me puede dar el biberón?», entre risas de un encuentro disfrutón, palabra muy suya.
Nos acercamos un poco más a esa persona que hay tras el nombre de Laura Galán, sin lugar a dudas, una de las artistas más alegres, divertidas y cercanas que nos hemos encontrado en el camino. Invitados estáis a conocerla mejor.
Lo primero, enhorabuena por tu nominación, ¿te lo esperabas?
Muchas gracias. A ver, lo deseaba mucho como es normal, y es cierto que después de ver todo el recorrido de ‘Cerdita’, críticas y demás, intuía que podía pasar, pero también muchas veces los Goya dan sorpresas y podría no ocurrir. Hice un ejercicio de pensar que si no salía no pasaba nada, es más, una noche soñé que no estaba nominada, me desperté muy tranquila y contenta diciendo: «ya está, no pasa nada, todo está bien». Pero es cierto que hace ilusión, fue algo así como la noche de Reyes o la lotería, muy chulo.
Hay un corto antes y después la película, ¿es tu físico lo que sirve para conseguir el papel?
Sí, claro, porque para el cortometraje Carlota Pereda buscaba una chica gorda y joven. Lo segundo yo no lo era tanto como ella quería para el papel de una adolescente, pero bueno, aparento más y Carlota prefirió decantarse por mí para gestionar algunas escenas tan duras que hay en el film. Pero llegó porque ella me había visto en el teatro, quiso tomarse un café conmigo, me mandó el guion, me pidió hacer la última mirada del corto y a partir de ahí ya somos familia.
Cuando iba a hacer el largometraje ya le decía «verás cómo vas a coger a una actriz mejor y yo no lo voy a hacer«, porque nos pilló la pandemia, había que parar el rodaje y pensé que cogerían a alguien más joven con toda la lógica, pero aun así Carlota confió en mi.
¿Cómo es grabar una película de un género no tan habitual en España?
Pues súper divertido, cuando la gente dice «hay madre mía, qué desagradable» pues yo me lo pasé muy bien, es verdad que no había grabado tanto en mi vida, porque es mi primer protagonista y fue guay, aunque acabé con heridas en piernas y espalda lo gocé muchísimo.
Todo lo que mi personaje sufre en «Cerdita» yo lo disfruté y es muy macarra un papel así, en plan «échame más sangre (risas)», «trae el cuchillo…» es lo más. Nunca había pensado que podría hacer algo así, me venían los especialistas a decir cómo hacer y era todo una locura, porque en mi vida había soñado grabar algo como esto, de pronto me sentía Tom Cruise, fue genial, y además confiaba mucho en la historia, contando algo así de forma slasher.
¿Qué feedback te ha llegado?
Buenísimo, porque por mucho que confíes en un proyecto nunca sabes si va a calar, si vas a estar a la altura, porque al principio tenía muchísimo miedo de no llegar y no sé si lo he conseguido pero ahí está, he hecho lo que he podido y desde el corazón, y ahora todo lo que recibes es súper bonito y muy positivo, muchas palabras a todo el trabajo que hemos hecho y hacia mi personaje.
Uno de los momentos más crueles es el momento en que corres semidesnuda, ¿somos demasiado malos en la adolescencia?
Por un lado, creo que todos hemos sufrido o generado bullying, yo personalmente me he comido alguna cosa pero no al nivel de mi personaje, y la directora sí sufrió bullying pero lo que ella recuerda con más dolor pensándolo de mayor es poder haberlo hecho.
Creo que cuando eres pequeño eres cruel pero de mayor también, porque lo hay también en trabajos y es verdad que tienes otras herramientas, por lo que es más peligroso de pequeño. Y lo que comentabas de las redes sociales es todavía más duro, porque antes llegabas a tu casa y era otra cosa, a priori estás en un lugar seguro y ahora las redes sociales son la plaza del pueblo, donde estás expuesto todo el tiempo. A mí no me gustaría nada volver a la adolescencia viendo el panorama y eso que la mía ha sido estupenda, pero no me quiero ver en la piel de un adolescente y lo digo ahora que tengo un hijo. Creo que hay que incidir muchísimo más en la educación, porque antes igual lo disfrazábamos como que eran «chiquilladas» pero ahora tiene nombre y eso no es cosa de niños.
Con mi hijo recién nacido pienso ya a futuro en el miedo que me da que pueda sufrir bullying pero también en que pueda generarlo, no me gusta ningún lado de la balanza.
Tú físico ¿te ha perjudicado de alguna manera?
Algunas inseguridades de pequeña sí he tenido, porque la sociedad no te lo pone fácil. Cuando tienes catorce o quince años lo más divertido con tus amigas es irte a probar ropa y sentirte mona, para mí eso era un infierno porque no hay ropa de mi talla, no entro en los cánones y grupos, ser gorda es lo peor que te puede pasar… eso crea cierta inseguridad pero supongo que mi entorno y mis padres han ayudado a no arrastrar esas inseguridades, es cierto que he trabajado lo emocional pero la sociedad pone zancadillas todo el tiempo, también de mayor.
Cuando comenzamos el proceso de promoción, al hablar con mis repres sobre buscar un estilista pensé que nadie me iba a querer vestir, que nadie querría ocuparse porque iba a ser un marrón, soy un problema porque no tengo las tallas de los showrooms, pero encontré una estilista maravillosa que es Antonia Payeras, que se lo está currando porque me ha entendido y también a mi cuerpo. Más allá de que a ciertas cosas no puedo acceder porque no existen esas tallas en esas marcas, estoy viendo que hay gente que va conmigo a muerte.
El físico en una actriz es algo que acompaña y a los 50 parece que desaparecen, ¿crees que te puede perjudicar?
Bueno, espero que se abra la veda y empiece a haber otros tipo de cuerpos en pantalla y exista la diversidad real. Por un lado siempre digo que tengo que ser lista y aprovechar que esta es mi particularidad, y somos muchas actrices, gente con muchísimo talento y esto es muy difícil, así que he de aprovechar la particularidad aunque hay muchas otras talentosísimas, me viene a la cabeza Itziar Castro o Esperanza Guardado.
‘Cerdita’ me ha dado el papel gracias a mi cuerpo y otro sueño recurrente es que en cine me lleguen papeles en los que no se haga mención a mi físico, donde simplemente hagas un papel porque no importe el cuerpo, o incluso de quien se enamore el protagonista, porque suelo ser «la amiga». Este es mi cuerpo y mi voz, y que pueda ser una actriz gorda haciendo lo que sea, aunque no sea jugadora de baloncesto porque mido 1,50 (risas), pero que se abra la mente.
Os vais un verano a grabar a un pueblo, ¿cómo fue la experiencia?
Fue increíble, como un campamento de verano, acabé muy cansada también y en época Covid, con todos vacunándonos durante la película, y justo en el final del film, que fue lo más duro, me hice el rodaje con todos los efectos de la vacuna, no se me olvidará en la vida porque ese día estuve doblada. Recuerdo estar en el hangar con las escalerillas metálicas como un zombi para luego rodar literal por el suelo, pegarme… fue un día duro, soy como ‘Miércoles Addams’, donde Gina Ortega rodó el baile con Covid. A mi me tuvieron en una burbuja, fue complicado pero en Villanueva de la Vera y otros pueblos se volcaron, estaban encantados.
Ya que lo dices, Gina Ortega fue prota de la última de ‘Scream’, ¿te atrapa el género slasher?
Me cago de miedo, es muy divertido pero no puedo verlo porque sufro muchísimo, aunque sé que tiene esa cosa hipnótica. El otro día Carlota Pereda me enseñó en una tablet unas imágenes de ‘La Ermita’ que es la nueva peli que está rodando, y puse las manos delante de mi cara de lo miedosa que soy, por si daba susto (risas), lo paso mal con el género.
¿Cómo es grabar con Carmen Machi?
Es increíble, hace de todo. Soy amiga desde hace muchos años por haber hecho teatro con ella, por ejemplo una versión de Macbeth con Javier Gutiérrez y ella en el papel de Lady Macbeth, dirigido por Andrés Lima, y es brutal, es como acudir a un máster cada día que trabajas con ella pero desde el buen rollo, porque es genial y generosa, y lo está siendo especialmente conmigo en este proceso, ella también está nominada y se alegra más por mí que por ella misma, es adorable y un referente.
Tenía miedo al principio por tener que darle réplica en cine, y aun habiendo rodado con ella a un metro viéndola en pantalla me volaba la cabeza, pero es una maestra, lo hace toda, tragedia, comedia… y todo de forma excelsa.
¿Cómo es el día a día de Laura, cómo cambia la vida con un hijo?
Rodé sin niño pero me quedé embarazada como quince días después de terminar el rodaje. Mi día a día es básicamente un conjunto de carreras (risas), en realidad es guay, está muy bien ser nominada al Forqué y al Goya pero el mejor premio que se puede tener es mi hijo. Me pone mucho los pies en la tierra porque ya me puedo creer Meryl Streep que me mira y con sus ojos me dice «por favor señora, ¿me puede dar el biberón?» y ya está, y es lo que más importa en la vida.
Ahora hago encaje de bolillos, porque también tengo teatro, mi chico es ayudante de dirección con lo cual intentar cuadrar y a la que yo me tengo que ir al teatro él llega de trabajar y chocamos las manos. Ahora sigo de promo con los Goya, llegar tarde a las entrevistas como he llegado con vosotros, estoy muy cansada pero disfrutona y feliz, llena de amor con Teo, que es mi vida.
¿Te da miedo que se te suba el éxito a la cabeza?
Es fácil que se te suba a la cabeza, porque de pronto estás en todos los sitios y te reconocen y podrías acostumbrarte, pero a mi me da mucho miedo eso, intento anclarme, ir a comer cocido los domingos con mis padres, esto es la vida. Que luego tengo un photocall, pues muy bien, pero a ver si llego a bañar al niño. Yo también llevo dando patadas mucho tiempo sin comerme un colín, trabajando en varias facetas, comenzando con Andrés Lima y esforzándome mucho sin comerme nada, y esto es muy guay pero siendo consciente de que igual en marzo tengo que pedir trabajo.
¿Te reconocen por la calle?
Pues no mucho aunque sí he notado alguna mirada de como que les sueno de algo, pero deben pensar que soy la prima o algo así (risas). En Guadalajara, que es donde nací, ahí un poco más, pero vivo tranquila.
Las redes sociales, ¿qué son para ti?
Mira, eso sí que ha cambiado mucho. Para mí son muy divertidas cuando las utilizo a mi favor, es verdad que aun sin haber sufrido bullying, por ahí podrían hacerme daño. Hoy he bloqueado a unos cuantos, a mi en Instagram es cierto que no me han insultado, pero si salgo en televisión pues en el IG del programa sí que puede que me den caña, pero sí sé de otras actrices que les dan mucho más, y sí que bloqueo cosas de sexo, para que sepan que lo que están haciendo es lo peor.
¿Cómo se han tomado tus amigas el éxito?
Pues muy bien, y que tu gente esté orgullosa de ti es realmente lo bonito y ´más guay de todo, la ilusión que tienen mis padres o amigas que se van a juntar a ver los Goya como si fuera la Superbowl es maravilloso.
¿Alguna vez te han sacado de contexto alguna declaración en entrevista?
Sí, una vez no daba crédito con una entrevista en televisión con el corto. Dije que no había sufrido bullying, porque yo no lo he sufrido y sé que es una situación difícil, y por la noche me siento y veo el titular: «Laura Galán ha sufrido bullying» con una edición cortada sobre mis palabras de «sé que es una estuación difícil» y lo primero que dije fue lo contrario; me quedé atónita. Esa me dolió especialmente y ahora tengo cuidado también a la hora de explicarme para no dar a equívocos, pero ahí fue exactamente lo contrario de lo que dije.
Para terminar, dime una películo, serie, disco y libro.
Una película ‘Amanece que no es poco’, es genial. Serie te digo ‘Juego de tronos’ y también te diría ‘El ala oeste de la Casa Blanca’, con el tiempo ha envejecido en algunas cosas pero qué actores y guion. En cuanto a disco te voy a decir «El mal querer» de Rosalía y alguno de Extremoduro y libro ‘Las mariposas son libres’ y «Diez gritos contra la gordofobia».
Texto: Miguel Rivera
Fotografías: Arturo de Lucas
Localización y agradecimientos: El Imparcial
