Sala El Sol, Madrid
21/04/2023
Con solo dos discos, la banda Cora Yako se ha convertido en una de las jóvenes referencias más atractivas de la escena alternativa patria. El cuarteto, compuesto por miembros de Mallorca y Madrid (Luis de Oleza (guitarra y voz), Carlos (guitarra), Dani Treviño (bajo) y Pablo Gutiérrez (batería) es pura vitalidad musical, esa que que se plasma en unos trabajos intensos, letras que enganchan a un público principalmente veinteañero pero que gusta también a otros, y que en vivo desatan una locura con pegada de aroma grunge.
Hace un mes lanzaban su segunda obra de título homónimo, donde las guitarras, cierta distorsión, melancolía y pegada se mezclan fabulosamente bien, solo faltaba comprobar lo que encontraríamos en vivo, ahora con un buen repertorio entre el que moverse.
Pues bien, una mítica sala como El Sol recibía con el sold out colgado al cuartero alternativo y poco como mucho que decir, su actitud se muestra con desparpajo, cierta improvisación cuando te ocupas de todo, como la afinación entre canciones que no tomar en cuenta, porque sus seguidores están dispuestos a machacarse bailando después.
Puede que los «Días nuevos» con los que arrancaban fuera una toma de contacto algo apaciguada pero pronto entraríamos en vereda, ese recorrido de rock alternativo que toma mayor pegada en vivo como suele ser habitual en estos casos. «Uno entre un final» y el fenomenal tiempo «Cuestiones avanzadas» dejaban ese poso melancólico pero con el punch necesario para mantener la llama.
Y pronto entrábamos en la carrera alocada por darnos de hostias, la de la «Fiesta de despedida» esa distorsión y aires noventeros que tan bien manejan, porque la banda se apoya en otra época musical de guitarras y un juego vocal entre sus dos guitarristas que aporta mayor variedad y tino a un directo que no necesita de ningún alarde ni añadido.
Ellos se bastan para manejar a un público entregado, que acampa con ellos en su «Campamento Krusty» para en «La peor idea de la historia» mostrar nuevamente ese power melódico, contagioso y de aires incluso «ñoños» en el mejor sentido, porque en vivo entra y no sale, con todo el respetable cantando para acceder a una triada impecable con «Mal sueño», «Mil formas de morir» o la energía de guitarras que aplican en «Fin de semana», que para eso era viernes. Y así la locura se desataba en El Sol, pogos, gente por encima de la gente y un final de infarto con sus guitarristas bajando al público para terminar uno de ellos en volandas.
Soñando en blanco y negro y no me despierto, me paso el día huyendo de la gente
— RockTotal (@RockTotalweb) April 21, 2023
El fin de semana de @corayako_ @IM_Records_ pic.twitter.com/MWkcVODiFD
Una hora después de la corayakada dábamos cuenta de un directo completo, rápidamente tocado, con espacio para alguna broma mientras asistíamos a la afinación para dejarnos con un golpe musical en la cara con el que tomar el pulso a una banda efervescente que no emergente porque la emergencia la marca no ir a verles. Potencia, melancolía, buen rollo y locura a mitad de un concierto a lo «Smells like teen spirit» para vivir «como si fuera la última noche contigo».