Subterfuge records
Hay veces que un título define completamente el sentir de un disco, y eso es “Ojalá Eternidad”. El primer larga duración de los madrileños Featherweight es el paso necesario para que este joven trío diera el salto definitivo tras haber mostrado ya en un anterior EP su buen hacer.
Es ahora en la añoranza de esa eternidad cuando sus músicos demuestran sus dotes, y lo hacen con un disco que es todo un canto a la añoranza de aferrarse a cosas que luego no duran toda la vida y lo que eso supone.
La formación maneja el pop-punk y emo con destreza, nostálgicos en melodías, contagiosos en estribillos y enérgicos, todo en un conjunto de temas que buscan una lírica con la que puedes sentir cosas, especialmente en sus primeros cortes en español, que podría decir destacan más si cabe por adentrarnos mejor en sus historias, pero sabiendo que en inglés funcionan también como un tiro.
Ese conjunto y mezcla de sus primeros temas en español con lo anglosajón del asunto les sienta sumamente bien para encarar un primer disco de altura. Hay sinceridad en lo que escuchamos, mucha emoción y humildad, tres factores muy importantes para estos muchachos que anhelan la duración de las cosas que nos hacen sentir vivos y felices pero que muchas veces se rompen por el camino.
Todo ese sentimiento se plasma a la perfección en sus once temas, que nos mueven entre la energía emocional y sentida, porque mucho sentimiento es lo que tenemos en “Antes de vernos caer” y “No estás”, cortes de ínfulas adolescentes llenas de romanticismo que abren el campo a mucho tipo de oyente, en ese rock alternativo y pop-punk que tan bien manejan. La nostalgia la brindan en un rock melancólico que envuelven de un estribillo estupendo en “Cada uno por su lado”, de cuando hay que afrontar diferentes caminos y lo sufrido con anterioridad en su recorrido. Y por supuesto “Mea culpa”, un corte más desgarrado, afilando guitarras y el ajuste de cuentas personal y del recuerdo por esa persona.
La parte en español nos deja tocados para pasar por el terreno inglés que manejan igualmente bien, desde lo edulcorado de “Giving up” y “The only thing i bet” bebiendo de influencias muy noventeras del rock alternativo, a la contundencia y densidad sonora que manejan en “Totó”, impecables.
Qué gusto da encontrar bandas talentosas, con ganas de comerse el mundo en lo musical y haciendo aflorar los sentimientos de dentro para marcarse toda una carta nostálgica hacia al oyente con la mejor de las formas. Para seguirles complemente el paso.