La banda valenciana Santero y Los Muchachos ha conseguido con el paso del tiempo ir llamando a las puertas de diversos oídos gracias a un estilo de «rock reposado» que ha terminado siendo santo y seña ideal de un grupo diferente.
La formación liderada por Miguel Ángel Escrivá, ex músico de La Pulquería, comenzó de una forma natural, una banda familiar (con varios hermanos en ella) y las ganas de volver a salas y pasarlo bien, de modo sosegado y con unas letras con las que llegar a ese público que han ido ganando de forma muy orgánica, en donde el boca a boca también ha hecho mucho, amén de unos conciertos donde sacan a relucir toda su magia.
Con varios discos a la espalda, llegaba el momento de plasmar ese sentimiento de comuna donde banda y oyente se funden y el resultado es «Una noche en Les Arts», álbum en directo donde jugaron en casa y para el que contaron con algunas colaboraciones (Juancho de Sidecars, Luis Fercán y Travis Birds), que recoge muy bien toda esa idea de disfrutar y hacerlo además con un sello tan personal, lo que tiene más mérito si cabe.
Repasamos cosas de ese camino andado y algunos aspectos que implica la música en la actualidad.
Un disco en directo en Valencia, ¿cómo es tocar en vuestra «casa»?
Joseman: Hemos sido profetas en nuestra tierra. Era el final de gira de salas en Valencia, con el envoltorio perfecto, veníamos dando vueltas de si grabar un disco en directo o no y se nos puso la ocasión a tiro y dijimos «tiene que ser ahí». Y fue un poco después de tener la gira cerrada, no buscamos la sala pensando en grabar un directo pero teníamos el lugar y dijimos que igual era el momento, también para cerrar una etapa de tres discos anteriores y comenzar una nueva.
Miguel Ángel: Nos estimulaba mucho recordar en audio las partes en las que canta el público y que la gente que nos ve se pudiera contagiar, no simplemente tocar y que suene a directo, es un disco en el que hay una participación de público.
¿Siguen teniendo sentido los discos en directo en un momento en el que se «consume» de otro modo la música?
Soni: Lo que se consume ahora son sobre todo listas de reproducción y ahí se incluyen los singles y los temas de discos. Creo que todavía el concepto y el valor de un disco no se ha perdido y hay mucho oyente que lo valora y la gente que lo entiende así es la que realmente lo hace. Obviamente, el que solamente escucha listas de producción le da igual un disco.
Miguel Ángel: Y también para los oyentes nuevos porque es una manera de decir, «bueno, escúchate esto, que es un poco lo que llevamos haciendo en todo este tiempo»
¿Estáis donde pensabais que estaríais?
Miguel Ángel: Con total sinceridad, nunca calculamos dónde nos llevaría esto, las pretensiones fueron musicales, las de hacer un estilo que no se había practicado del todo con mi banda anterior, tocar juntos en sitios pequeños cosa que por ejemplo con La Pulquería llegó un momento que ya no podía hacer. Nos ha llegado a sorprender cómo se ha desproporcionado e incluso el estilo ha abierto parámetros y lo que era las pretensiones más susurrantes se convierten en algo más compartido en directo, más festivalero.
Nunca se calculó. Empezamos con la idea de hacer lo que siempre hemos querido hacer musicalmente y que tuviese un sentido para nosotros no para gustar o no gustar, más bien para nosotros mismos y eso lo estamos consiguiendo.
¿Ha sido un proceso natural?
Miguel Ángel: Ha sido natural en el sentido de disfrutar del viaje, de no haber tenido que pensar «no sé para donde vamos con esto», siempre ha sido ascendente, creo que la banda ha ido hacia arriba.
Joseman: Supongo que si hubiésemos llegado a un terraplén que nos hubiésemos quedado un poco encallados, quizá nos hubiésemos planteado cosas, pero no nos ha dado tiempo a hacer un análisis de ¿estamos en buen camino? Por ahora siempre hemos lo hemos estado, por lo menos es la sensación que tenemos y evidentemente cada vez vamos incorporando más gente al equipo de Santero, ya no solo nosotros como músicos, lo que deba ver que todo está creciendo, se han resistido algunos objetivos como según qué ciudades pero las más fuertes han ido a más siempre
¿Cuáles son los planes futuros de la banda? ¿Estáis componiendo material nuevo?
Joseman: Sí, Soni tiene algunas ideas que ya nos han pasado, hay bocetos.
Soni: Lo que decimos, lo grabamos en el momento todo en el móvil. Todos tenemos un estudio en el teléfono ahora mismo. Ahora hay que sentarse y empezar a plasmarlo y darle forma.
El rock reposado define muy bien vuestro sonido, ese con el que habéis llegado a un público de lo más diverso.
Miguel Ángel: Cuando alguien dice que nos escucha tengo la sensación de que nos está haciendo un favor. Pero insisten, de verdad que lo escuchan. Ayer mismo estuvimos con un amigo de Madrid muy rockero y decía, «os escucho un montón, tío, me lo pongo mucho en casa».
Hay mucha gente que no escucha este tipo de música pero con nosotros han conectado. Es como una puerta abierta que ha hecho la banda, y que con otros grupos no te hubieras acercado.
Joseman: Es que yo creo que la gente que se acerca a Santero no es tanto por el estilo del rock reposado, lo es porque Miguel Ángel creo que ha acertado mucho en cómo contar las cosas con las letras y las gente las hace suyas.
Una de las mejores canciones de Santero y Los Muchachos es «Algo más» ¿tiene que haber algo más siempre?
Miguel Ángel: Hombre, es la zanahoria que se pone delante para seguir tirando del carro. Yo creo que sí.
¿Y en las relaciones?
Miguel Ángel: También, también. El hecho de seguir como estamos yo creo que ya es algo más. Que no vayan las cosas a peor o que no vayan las cosas, sino el seguir como estamos y que nos siga alimentando lo que hacemos de la manera que lo hacemos, yo creo que eso ya es algo más.
En nuestro caso claro que queremos ir a más y creemos que no hemos llegado a todo el mundo. Todavía hay gente que se suma y dice, «no os conocía». Pero a la vez también filtramos, quiero decir que no todo vale para llegar a la gente. Tenemos muy claro qué cosas queremos y cómo queremos llegar a la gente. Nos llamaron por ejemplo para tocar en First Dates la noche de Halloween y también para La Voz. A lo mejor hay otros grupos que sí les vale todo, nosotros pensamos más en tirar la caña y esperar.
Se habla últimamente y con razón de que faltan mujeres en los carteles de muchos festivales.
Joseman: Sí que es verdad que faltan mujeres pero yo no creo que un programador haya vetado a las mujeres, es decir, las propuestas son las que están si no hay mayor representación de mujeres no es porque una persona decide que las haya de bandas masculinas es por la casualidad de que igual no hay tanta propuesta femenina que encaje quizás en un cartel concreto, pero no creo que haya nadie poniendo zancadillas.
En un hospital hay más enfermeras que enfermeros, sí es verdad porque hay más oferta de enfermeras que enfermeros y en secretariado también hay más mujeres que hombres estudiándolo por el motivo que sea. Esto que pasa ahora ha sucedido siempre por motivos que se nos escapan.
¿Es difícil ser artista, salir de gira y no ver a la familia e hijos?
Miguel Ángel: Yo dejo a mi hija en la parada todos los días, prácticamente todas las tardes la recojo o la puedo ver y disfrutar. Es verdad que hay dos o tres meses con la salida de disco, gira, donde todo es un poco más loco, pero estamos mucho en casa. Creo que queda un poco más en tu conciencia el hecho de decir «no estoy compartiendo el tiempo libre de la familia» pero es verdad que el resto del año pues estamos bastante presentes y entre semana estamos y el domingo por la tarde si salimos el fin de semana a tocar volvemos en el día. No son los doce meses y son recorridos cortos, lo que hace que puedas llegar prácticamente a comer el domingo.
¿Se planteó alguna otra ciudad donde grabar el disco?
Joseman: Se planteó hacer Madrid y Valencia, y luego coger de las dos según qué canciones de un sitio o de otro, según hubiera salido. Pero finalmente decidimos concentrarlo todo allí, en Valencia, con un aforo de unas 1500 personas.
¿Se sale de manera diferente actuando en casa?
Miguel Ángel: Se sale de manera diferente cuando sabes que la gente, tiene muchas ganas. Y eso te puede pasar en Bilbao y en según qué ciudades, es decir, no es una cosa solo localizada en tu ciudad. En La Coruña el otro día, que era la primera vez que tocábamos, notamos esa energía de necesidad, de ganas. Era la primera vez y de repente no nos cortaba lo más mínimo, es decir, hay tantas ganas como en Valencia.