Diez grandes discos internacionales con los que despedir 2024

Fontaines DC ‘Romance’ (XL) 

Romance el que tenemos con la banda de Dublín, otro de los fenómenos musicales de los últimos años. Nos dejaron boquiabiertos con su anterior álbum, pero con ‘Romance’ facturan su trabajo más redondo. Hay dramatismo, amor y contundencia con el fatalismo y las guitarras muy presentes, apostando en sus vídeos por un aspecto noventero que también se deja escuchar en su música, esa que mezcla sonidos actuales con ritmos y desgarro de otras décadas, que no hace más que crecer en directo.

The Cure ‘Songs of a Lost World’ (Polydor, Universal) 

Seguramente, lo de The Cure no lo vieron venir ni sus fans más acérrimos. 16 años hemos tenido que esperar para que una banda de leyenda regresara con un disco como “Songs Of A Lost World”, dándonos todo un tortazo en la cara. Robert Smith y compañía logran lo imposible, sorprender por la calidad de unas nuevas composiciones que no suelen estar a la altura cuando hablamos de carreras tan dilatadas, pero aquí vaya si lo están. La mejor obra desde los noventa en un álbum largo en cuanto a la duración de algunas canciones, superando los seis minutos, y abriendo con un hit como “Alone”, una declaración de intenciones de lo que vamos a escuchar, un trabajo tan oscuro como precioso, ese lenguaje que Smith lleva controlando durante décadas y que aquí, como tocado por una varita mágica de la creatividad, nos embruja lleno de inspiración en un trabajo que se sigue descubriendo mágico con cada nueva escucha. 

Pale Waves – ‘Smitten’ (Dirty Hit) 

El cuarteto de Manchester es otro de los grupos que mejor han entendido los sonidos clásicos y oscuros a día de hoy. La banda liderada por Heather Baron-Gracie busca en su cuarta obra “Smitten” la fusión de lo alternativo, el dream pop y el pop punk con áureas oscuras, las que visten, pero ante todo las que suenan, véase “Glasgow”, ese tema inicial que bebe de The Cure mientras que en singles como la preciosa “Not A Love Song” bucean más en un estilo pop tenebroso que tan bien les queda. Han rebuscado en el amor y el desamor para forjar una obra sumamente personal que respira exquisita dentro de la nostalgia disfrazada de bruma oscura de lo más accesible.

Billie Eilish – “Hit Me Hard and Soft’ (Universal) 

El disco del año. Al menos para quien escribe estas líneas. La joven artista norteamericana no ha parado de crecer desde que explotara al mundo en 2019. Su arte está ya fuera de toda duda, una adolescente de atmósfera oscura, extraña para algunos, pero ante todo brillante a la hora de entender su propia música. Mensajes sobre amor, miedos y crecimiento personal ahondan en su discografía tanto como ese canto de autodescubrimiento que es “Hit Me Hard And Soft” un disco con el que ha mostrado su mejor cara artística, junto a la inestimable ayuda del talento que desborda su hermano Finneas en la producción. Juntos forman una dupla incuestionable regalando un conjunto de canciones llenas de emoción, profundas, con las que reflexionas y entras al “juego”, ese que nos hace navegar en lo más bello, y donde juega con un ritmo soft e incluso la electrónica por momentos. Un viaje personal de indudable talento. 

Bishop Briggs – ‘Tell My Therapist I’m Fine’ 

Sarah Grace, conocida artísticamente como Bishop Briggs, ha dado el gran salto con su nuevo trabajo “Tell My Therapist I’m Fine’ un canto a la esperanza tras varios reveses personales en los últimos tiempos. Todo ello se plasma en canciones que tiran de energía pop punk melancólica “My serotonin”, desengaños “Mona Lisa on a Mattress” a canciones de pop modernizado y dulce “Good for me”. Estupenda producción, derroche enérgico y temas muy personales para darle un toque oscuro a la par que edulcorado a un álbum híper pegadizo.  

Linkin Park – ‘From Zero’ (Warner) 

No es tanto por lo que es y sí por lo que significa. Después del revés que supuso la muerte de Chester Bennington, poco se sabía del futuro de Linkin Park. Silencio y poco más, hasta que este verano daban la gran noticia, su vuelta con nuevo disco y con vocalista al frente, Emily Armstrong. Es su vuelta musical algo milimétricamente estudiado, para bien o mal. Media hora hecha para disfrutar, tanto por la buena compenetración vocal como por sus singles potenciales, casi todos lo son, véase “The Emptiness Machine” con el que levantar grandes expectativas, “Stained” o “Heavy is The Crown”.  

Gran producción, ritmos y estructuras que ya les conocíamos, scratches, alternancia de voces y elementos electrónicos con su contundencia alternativa. Todo está en su sitio para recuperar al oyente más nostálgico, donde no han querido contar nada de su pasado y seguir mirando al futuro sin innovar prácticamente nada, pero cuyo espacio y poso único lo han vuelto a ocupar con una nueva frontwoman al frente. Nada que objetar.  

Bring Me The Horizon ‘Post Human: NeX Gen’ (Sony) 

La segunda parte de la serie ‘Post Human’ se muestra más emo, mirando a los ecos de los comienzos de los 2000 como en “YOUTopia” y lo hacen con la maestría vocal de un Oli Sykes que se mueve igual de bien en situaciones gritonas que en las más melódicas y limpias, como bien dejó claro en Mad Cool. Hay hardcore, emo, riffs y mucha electrónica, habitual en sus últimos trabajos y que les ha valido una ingente cantidad de nuevos fans. Siguen evolucionando en lo suyo, cogiendo de aquí y allá para pasarlo por su particular batidora BMTH y marcar la diferencia, siendo tendencia allá por donde van dos décadas después. En la modernidad está su gusto.  

Jack White ‘No Name’ (Third Man Records) 

Con el músico estadounidense nunca sabes lo que te vas a encontrar, pero parece que este 2024 Jack White ha querido dejar aparcada la experimentación para sacar a relucir su guitarra, llenarnos de riffs y expandir su universo sonoro como maestro de las seis cuerdas que es. El resultado es “No Name”, un álbum que mira al rock, al blues, la psicodelia y al virtuosismo más clásico con mucho groove y ganas de rockear como pocos recordábamos. Un álbum de rock directo con el talento y sello de una figura diferente.  

Chelsea Wolfe ‘She Reaches Out To She Reaches Out To She’ (Loma Vista) 

La artista canadiense ha volcado todo su talento en una nueva obra tan oscura como preciosa. Electrónica e intensidad, con el rock gótico de fondo, su forma atemperada y cálida de interpretar, profundidad bajo pasajes instrumentales tan evocadores como oscuros. Hay reminiscencias de grupos como NIN con el sello propio de la artista en el que es todo un enfrentamiento personal que duele y gusta a partes iguales.  

Kat Von D ‘My side of the mountain’  

Kat Von D define bien la palabra ‘artista’ en su más amplio término. Es cantante, tatuadora, empresaria y celebrity que en este año ha lanzado un poderoso nuevo trabajo “My side of the mountain”. Haciendo alarde a su estética “goth”, la mexicana nacionalizada estadounidense ha elaborado un álbum tan romántico como gótico, en el que habla de afrontar las complicaciones aceptando las cosas a que no podemos controlar para luchar contra las que sí. El resultado es un disco lleno de energía bailable y oscura, electro rock con bases rockeras e incluso colaboración de Alissa White-Gluz de Arch Enemy. Un álbum contagioso que me ha acompañado en diversas sesiones de entreno y que se mueve espectacularmente bien en los sonidos de la dark wave ochentera junto con el gótico más moderno.  

Miguel Rivera