NEOX ROCKS
Polideportivo San Isidro, Getafe, Madrid
28-09-2015
Fotos: Javier Bragado
El adiós al verano musical
Madrid es una ciudad de muchos eventos en salas pero lamentablemente de poca cultura festivalera en comparación con otras grandes ciudades como Bilbao o Barcelona. No sabemos si por dificultades, por política o infraestructura, pero es difícil ver un festival musical asentado en la capital, al menos durante los últimos años.
Parece que uno de los pocos eventos que pueden tener cabida es el Neox Rocks, si las cosas funcionan como deben.
Tras una primera edición el pasado año en el mes de junio con San Sebastián de los Reyes como ubicación, su segunda edición se celebraba a finales de septiembre en Getafe, en el Polideportivo San Isidro, recinto recuperado para la ocasión y poder así despedir el verano como merecía.
Un evento particular, algo extraño en cuanto a cartel por la diversidad, algo que quizás le hace adolecer de 2 o 3 bandas de gran nombre, pero en esta ocasión 30 SECONDS TO MARS con su única actuación en España era reclamo suficiente para que más de 10000 personas se dieran cita para disfrutar con la magia de Jared Leto y los suyos, pero vayamos por partes.
Un día extraño para un evento de estas características, siendo un domingo la fecha elegida (27 de septiembre) con un calor mañanero muy apetecible que se tornó en chaparrón de cosa de 10 minutos a poco de llegar a las 16:30, con una legión de jóvenes haciendo cola tiempo antes por colocarse los primeros junto al foso para ver de cerca a su ídolo.
Por fortuna, al abrir lo que parecía que sería un diluvio de verano por las nubes que cubrían el cielo, dieron paso a un sol resplandeciente que iluminaba el recinto a poco de comenzar BULTUR. Banda madrileña de tinte oscuro, especialmente por la voz de su frontman que solo pudimos escuchar de fondo con su sonido inglés melancólico. A poco de saltar BELAKO, nos reuníamos con ellos para conocerles un poco más en una próxima entrevista.
Muchos fans de Leto perderían de vista una de las bandas de Euskadi con más potencial. Que no lleve a engaño su juventud, ya que estos cuatro muchachos, dos chicas y dos chicos, son un ciclón de rock desgarbado y alternativo sobre el escenario.
Sin titubeos lanzan un órdago con la fuerza de «False step» y «Mum» temas que cuajan en directo a la perfección, desparpajo y arrojo escénico, liderados por Lore y Cris en el apartado femenino y resultando un cuarteto sumamente bien conjuntado, de pose muy grunge que brillan tanto en inglés «Vandalism» como en euskera «Zaldi baltza» y que como en otras ocasiones despertaba el interés de curiosos y ya conocidos.
Su mítico cover ya de Ninna Simone «Sinner man» donde sus féminas no paran de mover las piernas o la esencia rockera de «Sea of confussion» distorsionada dejaban un sabor de boca nuevamente notable.
La fuerza juvenil de Euskadi daba paso al rollito inglés de PALMA VIOLETS que recuerdan por momentos a Editors y bandas del estilo con su garaje rock.
La banda intentaba mover a unas primeras filas expectantes porque llegaran las 22:30 horas, se manejaban bien con canciones muy londinenses como «Five gold rings» o «English tongue» con un arrojo de clase con toque punk, que manejan bien las voces de Samuel y Alexander, dando nota de la diversidad musical de bandas medias del NEOX.
«The jacket song» o «Danger in the club» marcan los buenos hábitos de un grupo de sala, que quizás en este evento tenía su lugar a medias, como muchas otras claro, porque el fenómeno fan se respiraba ante la ignorancia de muchos ante un sonido que brillaba en «Best friends» ese colofón final como máximo exponente de la banda.
De un escenario a otro pero sin movernos de país, ya que de Inglaterra también eran DEMOB HAPPY quizás uno de los nombres menos conocidos por el respetable pero que a tenor de lo visto seguro dejó buen sabor de boca.
La banda es pura tónica guitarrera, lo más poderoso hasta el momento, buena actitud y firmeza a base de guitarrazos y estilo grunge como en «Wash it down» un tema de los que atrapan y lucen en vivo.
La noche empezaba a caer y era el turno para los pesos pesados del festival. Primeramente en el principal, THE SOUNDS uno de esos que nunca fallan y que en vivo sorprenden a más de uno.
Maja Ivarsson puede con todo y lleva el peso de su música, un ciclón rubio que se muestra imparable en todo momento. Fue ella quien aprovechaba la pasarela dispuesta para Leto y compañía, y más que bien, con todos aplaudiendo y cantando temas como el inicial y pegadizo «Song with a mission», sonando cañón, hits como «Shake shake» o «Painted by numbers» con esos teclados y ritmos bailables muy suecos.
La banda se maneja excelentemente bien, y el público, en su mayoría joven, disfrutaba con canciones del estilo de «Living in America» y «Outlaw» en un repertorio de sus temas más conocidos para dar paseo a su cantante, quien en pasarela y escenario se comía al público, invitaba al baile, hablaba en castellano y escupía como siempre. Un torbellino sueco que calentaba para DOVER.
La banda madrileña ha vuelto por sus fueros iniciales tras la gira «Devil came to me» y se nota en la afluencia, donde han recuperado el punch y también a parte del público rockero que pudo darles la espalda en su última etapa.
Qué decir de estos cuatro músicos poderosos en vivo. Colocados como siempre, las hermanas a los laterales para dar cuenta de temas como «Serenade» y «Devil came to me» que arrastran generaciones, tanto más adultas como jóvenes y que suenan como apisonadora en vivo, directos y luchadores.
Temas como «The flame» o «Let me out» giran en nuestras cabezas, tirando de grandes éxitos y sabiendo cuajar un buen concierto teniendo la dificultad de abrir antes de 30 SECONDS TO MARS.
Dificultad por saber que muchos miles de fans ya estaban situados haciendo caso omiso a su música, craso error también. Los que estuvieron fueron muchos, y nuevamente, como en estos dos últimos años, dieron cuenta de su gran estado y regreso al estilo que les hizo famosos.
Y por fin llegaba el turno. Tras una amalgama de estilos y sonidos, los miles de fans que únicamente habían venido y pagado para apotronarse frente al escenario desde comienzos de la tarde tenían lo que querían, o al menos, lo que necesitaban.
Expectación máxima y mucho júbilo para que a las 22:35 horas se apagaran las luces y el sonido, mientras comenzaba a sonar «Carmina Burnana: O Fortuna» para dotarlo de mayor épica y arrancar así la escenografía «marciana» con Jared Leto levantando un griterío y smartphones con sus cámaras inundando el mar de brazos en alto.
Un sonido majestuosos, todo hay que decirlo y de blanco impoluto como líder casi de una secta, la de Marte, Leto y la música a medio camino entre electrónica épica y rock hacía vibrar con «Up in the air» y un sinfín de focos dando luz a las más de 10000 personas apostadas enfrente.
Voz baja, o al menos «comida» por el griterío y voces de su gente, para una instrumentación cuasi idónea en cuanto a sonido, eso sí, muy enlatada, tanto como su batería pregrabada a falta de la baja del hermano de Leto. Es de por sí su música complicada pero con tres músicos en escena mucho más, adoleciendo de músicos y brindando el protagonismo a mucho sinte y programación de instrumentos y arreglos.
Sabiendo de antemano los malos comentarios que suscitan sus directos, deseábamos poder sacar fruto de su concierto. Sin duda «Search and destroy» o «This is war» brillan en lo musical, y Leto se esfuerza en todo momento por levantar a una gente ya entregada, pidiendo el apoyo, los coros, las palmas y jugando en todo momento, es más, sus juegos entre temas y en medio de ellos son lo que hacen de sus conciertos un revulsivo que replantearse. Su chiquillería de fans no verán lo que sí existe, mucha comunión pero lamentablemente, poca música.
Globos gigantes, focos de luces, papeles de colores encañonados y parafernalia jugosa a la vista no tapan de lo que adolece el grupo, de un directo de verdad.
Se esconden en la fama y carisma de un buen cantante, que no sabe explotar esa faceta y se dedica más a actuar, que como actor es de Oscar, como ya vimos el pasado año y genial en lo camaleónico, pero «Do or die» o «City of angels» son grandes temas en los que «prefiere» dar protagonismo a su gente, subiendo a escena a muchachos y muchachas para deleite de sus fans y más para los afortunados, abrazados a él y haciendo cantar o gritar al público a ambos lados.
La pasarela es un circo de carreras con banderas y grabaciones propias de instagram que in situ colocaba en su cuenta «Jared leto«. Que es buen vocalista lo demostraba a capela con guitarra acústica él solito sobre la pasarela para adornar con temas como «Hurricane» «The kill» y «From yesterday» temazos que inunda de acompañamientos, de micro al aire y demás historias de entretenimiento que no de grandeza.
Así y tras hora y media cerraba con «Bright lights» y su gran «Closer to the edge» ya metidos en las doce de la noche de un domingo al lunes, que volvía a dejar la sensación de una gran banda menor en vivo y muy buena en estudio. Su carisma y fervor femenino juegan las bazas clave de que sean tan endiosados, pero a la hora de la verdad, por mucho juego musical que puedan dar, sus pregrabaciones, su feedback extra con los fans y búsqueda de apoyos corales, rebajan la calidad de sus directos.
En cualquier caso, un gran reclamo para un festival, mayoritariamente juvenil y femenino, que seguro salió mucho más contento de lo que realmente dio su cabeza de cartel en directo. A dormir felizmente, que eso es lo importante.
Miguel Rivera / Álex Cotarelo