SOILWORK – «The ride majestic»
Nuclear Blast
SOILWORK regresa al panorama actual dos años después de aquel regular «The Ride Majestic» con un disco que si bien les ha quedado un poco más redondo y menos oscuro que su antecesor, no consiguen alcanzar de forma determinante las cotas creativas y musicales de aquel exitoso y explosivo «Stabbing The Drama» de hace una década.
Décimo disco para una de las bandas de nuevo metal europeo mejor consolidadas a nivel internacional, y máxima representante junto con In Flames o Arch Enemy del Death Melódico sueco. SOILWORK se desenvuelve con grácil soltura entre los parámetros de un estilo que en poco tiempo, empieza a producir desgaste debido a la repetición constante de ciertos recursos que –sinceramente- comienzan a dejar indiferente, ya que se tiende a recurrir a ellos con demasiada asiduidad. Como ya comenté al principio, en esta ocasión vuelven con un disco realmente mucho menos cargante y oscuro que el anterior trabajo. «The Ride Majestic» es un álbum mejor interpretado, más agresivo y con arreglos mejor ejecutados en el desarrollo de las canciones. En resumen, un poco más maduro. Si conoces el genero, esté será un disco que se te hará fácil escuchar y si, además amas el genero, te acabará gustando.
El disco en sí es la prueba tacita de que el grupo se va alejando poco a poco de comparaciones odiosas con otras bandas, ya que posee su peculiar toque de identidad, distinguible a través de determinados riffs de guitarras, consistentes en un ligero y afilado juego disarmónico un pelín ambicioso, y aderezado con el recurso constante de meter contratiempos con cierto tipo de solos o también la atmósfera armónica creada siempre a través de la perfecta conjunción a dos voces, una rasgada –la principal- y una melódica –coros- que te encuentras en algunos cortes como “The Phantom”
Señores, es así de simple, SOILWORK es sota, caballo, rey; no tiene más misterio. Su hábil combinación entre Death y heavy metal/hard rock de viejo cuño les sigue (y seguirá) dando para sacar discos, que si bien, no aportan nada a una escena un pelín saturada, bien te proporciona algún momento agradable si te gusta la agresividad desatada de manera contundente, y una ejecución perfecta en cada nota para acabar desnucándote con los cuernos al aire. Si esperas encontrarte a un grupo que busca romper barreras, arrasar etiquetas y una constante lucha por la autosuperación, mejor será que sigas buscando, aunque esto solo sea una mera opinión. Juzguen ustedes.
Gonzalo van Rooy