KORN
17/03/2017
Parece mentira pero KORN, uno de los baluartes del numetal en los 90, ha cogido carrerilla y cual Roger Federer han regresado con fuerza para, en los últimos años, volver a situarse en lo más alto de un estilo que ellos definieron como nadie.
Con experimentos dubtstep de categoría incluídos, su dos últimas obras les sitúan nuevamente en lo más alto, apoyados en unos directos, que en su paso por Madrid las últimas veces, han dejado el listón bien alto.
El ring del WiZink Center quedaba marcado a fuego en nuestro calendario, todo ello junto a dos potencias emergentes, Hellyeah y Heaven Shall Burn. A los primeros ya les pillamos comenzados, aun con bastante gente fuera del recinto palaciego, y es que la tarde noche del viernes 17 de marzo se recordará por las altas y agradables temperaturas que poco invitaban a meterse en un recinto antes de las 20 horas.
Antes de adentrarnos en el potencial sonoro de KORN llegaba el turno de una apisonadora como HEAVEN SHALL BURN, banda idolatrada por los cercanos al metalcore, los alemanes resultan un ciclón sonoro, una apisonadora que en temas como “Hunters will be hunted” resultan brutales. Ya con buena entrada de público los ecos de temas como “Downshifter” o “Wall of Death” levantaron los primeros gritos si bien es cierto la formación no contó con toda la cobertura que en festivales como Resurrection consiguen.
En cualquier caso calentón para lo que se nos venía encima. KORN se erige como una de las formaciones más en forma. Su “The paradigm shift” y su nuevo “The serenity of suffering” dejan constancia de su momento, de su calidad y capacidad para seguir llamando la atención de miles de seguidores.
Buena entrada para verles y rapidez en el cambio de escenario, donde ahora sí, se tornaba espectacular. Telón gigante con portada del disco, y numerosas pantallas giratorias de luces sobre el escenario servían de impactante visual ante la que se avecinaba. “Right now” servía para abrir bajo las sombras de los miembros del grupo antes de caer el telón y tirar de un repertorio abrumador.
“Her to stay”, “Rotting in vain”, “Somebody someone” sonaban una tras otras con un volumen brutal, donde todo sonaba a la perfección, maquinaria perfecta liderada por un Jonathan Davis que disfruta de su momento, vestido con falda y sabiendo atraer a su público sin mediar palabra. Qué mejor que su bailable metal versión de “Word up!” (Cameo) o “Coming undone” sin fisuras y tiempo para saludos.
Casi siete temas de tirón para saludar, sin darnos cuenta y ya extasiados por la potencia de un sexteto que nos abrumaba, en forma pura y dura de un sonido espectacular y un gran repertorio.
A saco, es como podemos decir que iba KORN con su concierto, ese en el que viejas y nuevas generaciones nos juntábamos y con un set que la gente se sabía de principio a fin. Conato de “We will rock you” de Queen incluído, agresividad sonora de “Insane”, velocidad, furia y unos músicos que subían a una plataforma a la altura de la batería mientras Jonathan arrancaba los gritos del respetable.
“Shoots and ladders”, riffs de Metallica con “One” servían para que míticos cortes como “Blind”, “Twist” y “Good god” llenaran de saltos y pogos el Wizink Center. Nos dejaban sin aliento en una hora, y como podíamos esperar dada la velocidad a la que acontecía tod,o sorprendía que en una hora se retiraran al bis para regresar endiabladamente poderosos.
Qué decir cuando suenan “Falling away from me” y “Freak on a leash” y la cosa resulta ser de saltos por doquier y un gritería que casi tapaba a Davis. El potencial sonoro se delataba por su velocidad, donde y tras una hora y cuarto dejaban algo confuso al personal, extasiado y alegre ante la segunda juventud de la banda, pero que quizás se antojó escasa para muchos.
Poco que añadir, corto quizás, pero sin duda una gran demostración de fuerza que en cualquier caso y dados los precios, seguro podía haberse estirado un poquito más para dejar a todos contentos.
Miguel Rivera
