SHIN GODZILLA
A Contracorriente Films
A estas alturas de la película, y nunca mejor dicho, no sé muy bien si GODZILLA como monstruo tiene el tirón de antaño, lo que sí es seguro es que SHIN GODZILLA rinde como debe tributo al cine del propio monstruo de los 50 con tino.
Lo hace tras la última y aburrida versión americana para forjar una cinta muy japonesa, de décadas pasadas en cuanto a producto y, ante todo, en el monstruo, de efecto singular y muy por debajo de los efectos visuales que vemos hoy ante la gran pantalla.
El foco y acierto del film en cuestión se centra en los términos burocráticos que abundan en la película, quizás demasiados, donde Godzilla es coprotagonista, dejando mucha presencia a los despachos y cómo, en una crítica ácida, se manejan los gobiernos con lentitud ante una crisis de esta magnitud.
Los despachos del gobierno japonés sirven de hilo conductor mientras vemos escenas de destrucción en Tokio por Godzilla. El cómo sus gobernantes reaccionan, el organigrama y lenta forma de actuación, de un despacho a otro, de llamadas y más llamadas y posibles formas de contraatacar sirven de crítica mientras la población media sufre de las consecuencias del monstruo.
El film entretiene y pone el ojo en el cine clásico japonés, buscando la crítica gubernamental y sirviendo de cine distinto para lo que estamos acostumbrados. Le sobra algo de metraje político pero se presta como un producto interesante que descubrir ahora en casa.
Álex Cotarelo