GRITANDO EN SILENCIO – «Material inflamable»
Warner Music
Con los años y con mucho tesón GRITANDO EN SILENCIO se han hecho no solo un hueco en la escena rock estatal, más bien se han convertido en una de las referencias más interesantes de la escena. Trabajo y esfuerzo que les lleva hasta «Material inflamable» seguramente su disco más maduro, adulto y sólido de su carrera.
Muy cuidado en todos los detalles, sabiendo sacar un gran sonido a la producción en Usúrbil, junto a Haritz Harreguy (Berri Txarrak). Un paso al frente para dar forma a once temas que, además, beben de diversas influencias rockeras, bajo su propio sello personal y la voz característica y rasgada de Marcos Molina, quien ha trabajado a fondo unas letras que, incluso se meten con la tauromaquia en una intensa y genial «Ya debió cambiar» de cierta esencia Sínkope.
Una evolución musical y madurez que tiene tintes de southern rock muy cuidado como en «Estamos muertos». Rock enérgico y de guiño urbano en «Mi último cartucho» que se va clavando poco a poco, especialmente en su pegadizo estribillo, lo mismo que el rock and roll denso de «Rumbo de colisión». Una línea más clásica e intensa en una especie de medio genial «Días grises» donde Marcos pone toda la intensidad a la voz llegando a nosotros.
Fuzz rock como el de «Mundo de colisión» en esa línea reivindicativa, al rock garage «Los ojos del huracán» uno de los grandes baluartes del álbum. Con «Volviendo a casa» muestran una esencia más Stoner y suavizan el ritmo en una profunda «Lágrimas de un paria» sobre la inmigración, cambiando el registro en la fase final «Como si no hubiera nada más» de rock muy pegadizo y uno de los cortes estrella seguro en directo.
La banda sevillana dibuja un disco muy variado, de gran producción y cuidado en todos los sentidos. Se agrade y les diferencia, dando otro paso más y mostrando una madurez y crecimiento natural que reconocer.
Miguel Rivera