Qué rápido pasa el tiempo y es que parece que fue ayer cuando los Premios Yago asomaban su cabeza. Lejos queda ya su nacimiento dado que este próximo miércoles 20 de febrero en la sala El Sol de Madrid se encenderán cinco velas ya de unos premios que vienen a reivindicar a los grandes olvidados de los Premios Goya.
Su director, el joven y polifacético Santi Alverú ha conseguido con trabajo y tesón hacer de estos premios una pequeña referencia bajo un tono distendido y cercano. Teniendo en cuenta lo de los «olvidados de los Goya» no sabemos cómo se lo tomarán los galardonados a lo que Santi nos dice que «cuando los premios eran menos conocidos y comenzamos, a la hora de llamar al nominado había nervios en plan me van a decir «no sé de qué me estás hablando» pero después cuando vienen a la gala los nominados se lo pasan muy bien y sirve de homenaje a lo que hacen».
Ese tono gracioso y distendido de los premios viene ayudado por un presentador tan divertido como Luís Fabra, quien desde los comienzos ha hecho de maestro de ceremonias, sobre eso Santi lo tiene claro «desde el primer año ha estado ahí, comenzó sin cobrar nada y a la gente que te apoya en los principios hay que tenerla siempre a tu lado. Además, es un tipo muy divertido y con mucho talento, nos entendemos muy bien a nivel creativo».
Eso se nota, y como pudimos ver en la pasada gala, hay ritmo y no se hace nada pasado, apoyado todo en la diversión de unos premios diferentes, tanto como la marca patrocinadora. La ginebra Hendricks que, al igual que la gala, gusta de las cosas inusuales es un compañero perfecto para la misma. De eso entiende el propio Santi, tanto de la faceta artística como de la necesidad muchas veces de buscar patrocinadores «conseguimos cierto respaldo con la primera edición, pero a nivel empresarial quería hacerlos crecer».
Sabemos de primera mano que esa búsqueda se antoja complicada pero «tras llamar a mil puertas» Hendricks resultó una marca perfecta para los premios Yago «es una marca de espíritu muy similar a los premios y justo coincidió en un momento en que buscaban algún evento en el que apoyarse. Nos gustamos ambas partes junto con la agencia y de la mano hasta ahora».
Sobre una de las olvidadas de los Premios Goya encontramos el Yago al éxito menos comercial para Las distancias, la película de Elena Trapé (cuya review tenéis aquí) afirma ser «una gran olvidada de los Goya, y un ejemplo de esfuerzo titánico por parte de Elena Trapé con una historia muy íntima». Si bien es un reflejo generacional de los que ahora tienen treinta y muchos, ahí Santi se sincera como veinteañero de sentirse un poco «despegado» de esa desazón representada por el film, al no ser la cinta generacional que sí ha sido para otros de mayor edad.
Lo que está claro es que estos premios sirven para dar mayor visibilidad a ciertas películas, y a nivel nacional entramos en cuál sería su cinta de 2018 a destacar a nivel nacional «te podría decir que «Entre dos aguas» pero yo creo que El Reino como espectador y periodista es la que más ha conseguido entretenerme, una especie de producción y thriller perfecta a lo House of Cards representando también una España que vivimos».
Y aunque podamos hablar de cine de autor, del que gusta mucho, nos reconoce ser un verdadero friki y ahí en parte coincidimos con él ya que su película «a nivel internacional sería Vengadores Infinity War» porque «tiene una gran apuesta narrativa de dar sentido a diez años de 22 películas de súperheroes» y queda claro que hay un trabajo titánico en ese sentido, nunca mejor dicho. Y no nos deja solo con eso, también dice le gustó mucho el film de semi terror «Un lugar tranquilo».
No podemos obviar que vivimos en un momento de plataformas de streaming copando los hogares, parece que a algunos les da un poco de vértigo todo eso, pero en esto lo tiene muy claro «no caigamos en el discurso de que son zonas enfrentadas porque eso son pirulas que se montan otros». Y lo dice un «comunicador» como él mismo se define «aunque es terrible que yo lo diga» obligado ante nuestra pregunta sobre la faceta que más destacaría de su yo interior.
Y con unos pequeños grandes premios como lo Yago bajo su tutela, sabedores de su picoteo como crítico en Cinemanía, apariciones en televisión (Ese programa de La 2) y algunas otras cosas, no le preguntamos por el dinero que tiene en el banco como haría nuestro querido Broncano, pero sí queremos saber si vive bien, a lo que dice exaltado «hostias, esa es una pregunta maravillosa que nunca te preguntan». Y en ello indagamos sin problema. Su sinceridad nos lleva al pasado mes de enero que es cuando dice «ha comenzado a comer caliente».
Con 26 años vive solo desde hace dos años, bueno, con dos compañeros de piso «en el centro de Madrid, un buen piso» y reconoce ha vivido siempre bien, con dos padres autónomos que han podido pagarle una educación. Ahora reconoce que por fin puede vivir sin pedir dinero y se «pega sus viajes» y tiene proyectos pero cierra la respuesta «tocando madera».
Su trabajo en La 2, donde se dan cita programas culturales sumamente atractivos, nos lleva a plantear que todas esas buenas propuestas recaen en esa especie de «saco olvidado» que recoge la cadena pública. «Creo que el secreto está en que el contenido cultural de calidad solo se puede hacer desde un principio si no te preocupan las audiencias, y eso solo puede hacerse en La 2, y es maravilloso».
Sobre si gustan o no los Goya hablamos del formato y ahí es donde dice «son formatos obsoletos sin cambios drásticos, con muchos premios y gente anónima que a mi modo de ver hay que reconducir e incluso dividir» porque en una gala de 3 horas «no hay honor en que el maquillaje y peluquería sea el tercer premio dentro de una gala en la que solo interesa el final», por eso habla de dividir para que a la propia cinematografía se le de importancia y el espacio que se merece. «Debería ser el primer premio de una gala que interesa por sí sola» y al final, por diversos motivos, se reafirma en que tenemos unos premios de muchas horas de duración que para muchos se hace pesado y que, al final, solo gusta a los que ganan.
Y en la tesitura de hablar de premios, galardones y premiados, nos despedimos con un gran ejemplo de cordura, elegancia y sentimiento, representado en el conocido discurso de Jesús Vidal quien emocionó a todo el mundo al recoger su premio, Santi incluido, por supuesto «fue un discurso increíble, porque es una persona que dijo las cosas sin filtros, y esa gratitud es la más honesta. Gratitud hacia sus padres y los otros nominados, que es muy raro, y eso es fabuloso».
Y con eso, ese momento que reflejó otra realidad tan especial para un campeón, nos despedimos de otro campeón como Santi Alverú, no sin antes recordaros los premios Yago de este año:
El Yago Impepinable, al nominado no ganador, ha sido para el director Isaki Lacuesta, por Entre dos aguas,.
El premio Yago al no nominado, ha sido para Bárbara Lennie, que se alza con la estatuilla por su trabajo en Petra, de Jaime Rosales, en un año donde también ha brillado La enfermedad del domingo.
El premio Yago al no reconocido, recáe en Óscar Dorta, doble de Dani Rovira en Superlópez y especialista de acción.
El Yago al éxito menos comercial es para Las distancias, la película de Elena Trapé que antes comentábamos.
La novedad está en el Yago al mejor grupo de irreductibles, que recae en el reparto de la película Tiempo Después, de José Luis Cuerda. Y el Yago de honor en esta quinta edición es para la actriz y presentadora Bárbara Rey por su trayectoria. Y hasta aquí podemos leer, al menos hasta el próximo miércoles 20 cuando vivamos la fiesta del cine, que podríamos tachar de segundona con la mirada bien alta.