EXPLOSIÓN DE COLOR
Una vez más, conseguimos no sin dificultades por lo apretado de su agenda, un nuevo y reconocido #Rostro para nuestra sección más personal, aquella en la que conocemos a la persona que se esconde tras el rostro, en esta ocasión de COCO DÁVEZ y la retratamos para sacar su lado más personal. La joven artista de 29 años es ya un icono del color, ilustradora, dibujante, fotógrafa… con un poco de todo para un día a día de una artista en el que los colores toman todo su sentido y significado.
Valeria Palmeiro es su nombre real pero es bajo el nombre artístico de Coco Dávez como se ha dado a conocer. Las redes sociales han servido para que su fama se incremente y, por consiguiente, los encargos y prestigio, porque ante todo destaca su sello personal, colorido bajo su proyecto más exitoso y ambicioso FACELESS. El mismo le ha llevado a traspasar fronteras, desde exponer en su ciudad «es la primera vez que he expuesto en Madrid e ilusiona» como ahora dar el salto a Londres donde la prestigiosa Galería Maddox sirve de refugio para sus coloridos cuadros. Además, la editorial Lunwerg editaba el pasado año el libro de lo que esconde ese «descarado» homenaje de Coco a sus ídolos.
A finales de año llevará su proyecto a Los Ángeles pero, y como comprobamos en su estudio de Madrid, tiene trabajo para aburrir aunque nos dice «espero poder coger un mes por fin de vacaciones» tras 3 años sin parar. Lo notamos en el ritmo que lleva, con encargos de cuadros, viajes y mucho que pintar, todo en un estudio donde desde hace meses ya ha formado un equipo, para poder abarcarlo todo.
Instagram es, como ella misma reconoce «su gran herramienta» por la que le llegan también muchos encargos. Uno de los últimos, dar color a una botella de Campo Viejo Crianza que, según nos cuenta, resulta un bonito trabajo porque «todo lo que sea trabajar en otras superficies es divertido».
De todo ello y mucho más hablamos con ella, desde los influencers pasando por su alocado día a día o momentos pasados en los que se reinventó buscando su lugar en el mundo. No os lo perdáis porque es muy Top.
Comencemos hablando de quién es Coco Dávez.
Pues Coco Dávez es una chica de 29 años que empezó en el mundo de la ilustración dentro del mundo editorial con 21 y bueno, he ido ampliando un poco varios campos, desde la fotografía a la dirección de arte y pintura, hasta hoy.
En tu faceta profesional ¿qué te consideras más?
Ahora mismo pintora, pero también es verdad que se mezcla mucho con la fotografía porque al final cada trabajo lo muestro a través de imágenes. Creo que todo va ligado aunque obviamente la faceta que más se me reconoce es pintora.
Y el color ¿qué supone en tu vida?
Pues el color lo es todo para mí. El color es un poco el lenguaje en mi trabajo, y también es una energía. Cuando tú estás rodeado de color especialmente esta paleta de colores creo que se transmite mucha energía y muy positiva. Es el lenguaje que uso para contarte qué es para mí cada personaje con esos colores.
¿Cómo es la vida de Coco en el día a día?
Pues como ves, una auténtica locura. Es cierto que en el día a día venimos al estudio, intentando llevar un poco ritmo de oficina en ese sentido, con nuestro “horario” pero es cierto que cada día puede variar, todos los días se pinta pero van saliendo proyectos diferentes y no nos aburrimos nunca. Hay días que son fotos, otros animaciones, en otras ocasiones vídeos, días que son en exterior… todo muy variado pero dentro de ella la gente se sorprende que tengamos cierto horario como de estudio de diseño. Yo al menos necesito de cierta rutina para organizarme, no un estudio de arte caótico en el que no sabemos qué hacer.
¿Qué es FACELESS en tu vida?
Creo que Faceless es como mi hijo ya, porque llevo muchos años con ello y es al que más cariño tengo porque es el que más alegrías me ha dado. Por otro lado, es la colección más auténtica de toda mi carrera porque es la primera con la que empecé a pasármelo muy bien y con la que comencé a disfrutar de la pintura. Antes de eso había tenido cientos de crisis y era la relación más amor-odio que he tenido en mi vida.
Presentaste cuadros en el Hotel Emperador de Madrid y ahora en la galería Maddox de Londres, ¿años locos?
Sí, tres años locos en realidad. Desde que empezó Faceless han sido tres años sin parar. El primero fue muy divertido porque fue cuando salió la colección y en cosa de dos meses ya me propusieron exponer en Madrid. Era la primera vez que yo exponía en mi ciudad, porque curiosamente la primera expo que ofrecí fue en Lisboa hace unos años y bueno, me hizo mucha ilusión comenzar con Faceless en Madrid. Ese año roté mucho por muchas ciudades de España y luego salimos fuera a París, Bruselas, Queensland. Al año siguiente decidí no hacer exposiciones porque es una paliza y quería recuperar energías para hacer otros proyectos. Ahí es donde empecé con el libro de Faceless que saqué el pasado año. Y bueno, una vez entregado el libro pensé que vendría la calma pero llegó la expo de Madrid y después la de Londres, así que es una locura constante. No volveré a decir que estoy tranquila (risas).
¿Crees que con el libro ilustrado te diste más a conocer?
Yo creo que más que nada sirvió para cerrar un poco el círculo pero empezó realmente con Faceless, no por el libro.
¿Qué tal es tu relación con el seguidor en Instagram?
Pues la que yo tengo con los que siguen mi trabajo es muy bonita, creo que siempre ha sido cercana. Me sirve mucho cuando comienzo proyectos porque si tengo alguna duda me gusta ver el feedback de la gente. Es sin duda mi gran herramienta de trabajo, la que más.
Facebook se ha quedado un poco en lo que debes tener y twitter en mi caso para retuitear, así que Instagram por el tipo de trabajo es la herramienta, y porque yo he estado dos años sin web y no la he echado de menos. Creo que los tiempos han cambiado tanto que la inmediatez es lo que pide la gente, hacer un scroll y seguir.
¿Nos hemos vuelto locos con esta herramienta?
Sí, como todo, tiene sus cosas buenas y malas. Es verdad que hace como año y medio estuve un poco estresada con las redes sociales. Yo empecé con instagram como algo personal, en el momento en que pasa a ser herramienta profesional es diferente, hay que hacer un click en tu cabeza, no es ya el lugar en el que cuentas cosas a tus colegas. Es por tanto mi herramienta y me costó adecuarme a ese cambio de diversión a difundir mi trabajo. Creo que a partir de ahí empecé a estresarme menos, porque había perdido mi tono, mi voz y en ese momento vi que la gente agradecía que fuera todo muy natural. Tiene cosas malas sí, pero es una ventana al mundo y de ahí me sale muchísimo trabajo, así que intento coger de lo bueno y quedarme con eso.
¿Te consideras influencer, y qué interpretación haces de ello?
Cuando se habla de influencer es un término un poco raro y nuevo. La idea que yo tenía de ello hace unos años que estaba más ligada al mundo blogger creo que ahora ha cambiado. La verdad, me chirría un poco ver cómo gente que es considerada influencers son más bien un tablón de anuncios y a mí, personalmente, no me aporta nada. Dentro de mi cuenta es verdad que intento mostrar cosas relacionadas con el arte y aquellas cosas que me interesan. Si voy a un concierto y me gusta te lo voy a contar, si voy a una expo y considero que es interesante la voy a difundir. Yo intento mostrar ese tipo de historias que están relacionadas con mi trabajo, de ahí a ser influencer pues no sé si creo influencia. Yo te lo cuento como si se lo contara a un colega, «te lo recomiendo».
¿Cuándo empiezas a vivir de esto?
Pues es curioso, porque yo empecé trabajar de ilustradora que fue para el periódico El Mundo donde estuve cinco años, ese primer año fue increíble y maravilloso porque vivía de la ilustración que era lo que me gustaba en una ciudad como Londres. Como es muy cara digamos que mal vivía pero tiraba y era como un sueño hecho realidad, porque todo se dio muy de película. Esto era el año 2010-2011. Cuando volví un año después a Madrid el clima era terrible, muy gris, el papel murió… he trabajado en revistas que han desaparecido. Tuve un momento de crisis profesional porque no había trabajo y a la vez no disfrutaba de lo que hacía, así que empecé a servir copas en el Mercado de San Miguel, la gente me decía que me había vuelto loca.
Tenía claras tres cosas, «necesito pasta para llegar a fin de mes, necesito conocer gente porque todos mis amigos se habían ido fuera de España y necesito hablar inglés que para eso me había ido a Londres». Fue un año y medio los mejores de mi vida y sirvió para recuperar fuerzas y ver que echaba de menos el dibujo pero saber hacia donde quería ir. Podía con todas las técnicas como ilustradora de lo que me encargaran pero no me llenaba. Fui compaginando trabajos de catering o fotografía hasta vivir ya de esto con lo que pasaron unos años. Puedo decir que vivo de ello desde hace unos 4 o 5 años.
Cómo surge tu colaboración con Campo Viejo con quienes has diseñado una botella.
Pues lo que hablábamos antes, surge a través de Instagram. Había que pintar una botella a mano de la marca y a mi todo lo que sean proyectos en los que la superficie cambia me parece muy divertido.
Para este tipo de clientes imagino que Instagram funciona, ¿rechazarías clientes si no van en tu línea?
Sin duda que funciona. Y sí, si hay una marca con la que no estoy de acuerdo no lo haría y creo que es una suerte la que tengo de poder rechazar ofertas porque recuerdo que cuando empezaba tenías que decir que sí a todo, y ahora puedo seleccionar un poco mis trabajos. En el caso de Faceless ha habido encargos personalizados tipo Trump y no, no lo voy a hacer (risas).
¿Te paran por la calle?
Me ha pasado alguna vez pero vamos, puedo vivir completamente tranquila. Yo tengo referentes que no son ídolos de masas en plan fenómeno fan, aunque imagino que hubiera parado por la calle a Pablo Picasso. Personalmente me alegraría que la gente fuera muy fan de algo como es el arte.
Un artista y perfil de instagram que recomendarías.
Me gusta mucho Oliver Jeffers que es un ilustrador, pinto americano y me encanta lo que hace. Como ilustrador realiza cuentos que me encantan y es algo que me gustaría llegar a hacer y como pintor me fascina.
En cuanto a perfil de Instagram uno de fotografía: Jimmy Marble
¿Cuál es tu próximo proyecto?
Pues la siguiente exposición de Faceless. Ahora está en la Galería Maddox en Londres y lo siguiente será Los Ángeles en otoño, ya que en España hemos rodado mucho y toca salir fuera. Ese es el proyecto más grande y en medio son más pequeñitos, algunos personales que están ahí y otros con marcas.
Para quien empieza en esto, ¿qué le recomendarías?
Yo por ejemplo no estudié nada porque era muy mala estudiante. Cuando mi familia me decía que tenía que estudiar Bellas Artes porque pintaba y yo pensaba que los pintores que me gustan acaban muriéndose de hambre y yo no quería ese futuro, era horrible. Entonces cuando tienes algo claro lo suyo es trabajar mucho y a veces se habla de la suerte y la suerte es importante, pero creo que la atraes más si trabajas mucho, si lo tienes claro, tienes constancia y perseverancia. El mejor consejo es aprender de las crisis personales, que todo el mundo le da pánico y huimos de ellas pero para mí es lo que más me ha servido.
Cuando estás desmotivado hay que parar, reflexionar y pensar qué está fallando. Me ha pasado constantemente porque si ves mi portfolio antes de Faceless hay de todo porque no me encontraba, no terminaba de estar a gusto y sentía que era una cosa muy triste porque aunque empezaba a vivir de ello no lo disfrutaba. En el momento que paré di pataletas y dibujé para mí y ahí surgió Faceless.
¿Hay vacaciones en todo esto?
Pues justo hoy he dicho creo que por primera vez en toda mi carrera coger un mes de vacaciones. Es verdad que desde hace un año he empezado a tener equipo y mi cuerpo ahora me pide frenar un poco.
¿Cambiarías algo de lo hecho?
No, estoy muy contenta, incluso de los años en que me he equivocado y lo he pasado muy mal porque me ha hecho aprender.
Para terminar, Londres, siendo una ciudad tan gris, ¿sirve de inspiración para tanto color?
Sí, y casualmente como es una ciudad tan gris poner color a una ciudad así me emociona, es más la gente como que te agradecía que hubieras traído color a la ciudad. Me he dado cuenta también estos días desde la propia exposición.
Texto: Miguel Rivera
Fotos: Arturo de Lucas
Agradecimientos Campo Viejo
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