NATURALIDAD COMO RAZÓN DE SER
Si el reto de Rostros era desde el comienzo buscar el lado más personal, humano y cercano de los “retratados” creo que, sinceramente, lo vamos consiguiendo. O, al menos, los artistas con los que hemos contado se han ofrecido de lleno a ello, para poder explorar y sacar a relucir su parte más profunda y real, además de la laboral.
Acercar a ese “famoso” de turno por su trabajo ante las cámaras, por sus ilustraciones, por sus viñetas o bromas en redes, un cúmulo de artistas dentro de una sección con la que volvemos en una nueva temporada ilusionante, con gente muy pero que muy atractiva en “cartera”. Queríamos comenzar cuando fuera posible y Thais Blume aparecía como agua de mayo en un momento muy especial para ella.
La actriz catalana se dio a conocer nada más comenzar gracias al éxito indiscutible de la serie Sin tetas no hay paraíso, donde compartía cartel con dos estrellas de la televisión y el cine como Amaia Salamanca y Miguel Ángel Silvestre y que vuelve a emitirse a diario por su décimo aniversario desde hoy mismo en Divinity. En el papel de Cristina como actriz de cine erótico, se encumbró como gran revelación, de un trabajo del que nos dice “guardo mucho cariño porque me dio a ser conocida”. Sin duda alguna, y de ello vendrían muchos más papeles después.
Es recordada también por dos series de éxito como Hispania y, algo más reciente, por su trabajo en la serie de Telecinco “El Príncipe”. Entre medias ha habido cine y más televisión, pero es ahora cuando podemos decir que vuelve con muchas ganas, teniendo en cartera el estreno de una nueva serie “Promesas de arena “ (TVE).
Habla de forma maravillosa de su oficio aunque siempre se encuentre “en un precipicio, donde cuando acabas un trabajo estás en paro y no sabes por cuánto tiempo”. Se muestra muy feliz “ahora y siempre” aunque reconoce que si tienes trabajo pero el amor no lo tienes cubierto o viceversa “es difícil conseguir el equilibrio emocional”.
Ya lo decíamos, “Sin tetas no hay paraíso” es la serie que cambió su vida, a la que le está muy agradecida y de donde mantiene amigos. Una actriz que, pese a ser libre y salvaje, como ella se define, es muy constante y lleva un ciclo rutinario cuando no está grabando, para mantener ese equilibrio. No le importa ser conocida para ser tal y como es y salir sin pensar en esto o aquello, y eso se agradece en todos los sentidos.
Todo ello nos lleva a conocer a una chica tan profesional como agradable, de las que se prestan tan cercanas, simpáticas y sinceras que convierten una entrevista en otra cosa, en una tarde diferente que te hace olvidar estás trabajando y bien podría ser una quedada con una amiga. Al menos, esa es la sensación que tuvimos durante más de una hora de conversación y curiosidades. Thais Blume en estado puro, un estado maravilloso del que salimos encantados compartiendo una tarde de miércoles en el céntrico Café Comercial de Madrid. Y aquí tenéis parte de todo ello que, como a nosotros, esperamos os guste igual o más.
Misma pregunta que hacemos a todos en Rostros, ¿quién es Thais Blume?
Joder, te has lucido, esto es para romper el hielo (risas). Es difícil describirse uno mismo, pero voy a ello. Soy un animal salvaje, libre, una insaciable emocional, que también viene relacionado con mi profesión. Me gusta estar en muchos sitios, soy muy inquieta, amante del arte en todas sus facetas, de los viajes, de la vida nómada en donde, como ves, siempre me acompaña una maleta, y cada dos años máximo me mudo, una forma de vivir sin ataduras.
¿Qué proyectos tienes en cartera?
Actualmente tengo por estrenar “Promesas de arena” creo que este año, en cuanto acabe Malaka se estrenará en TVE y que justo grabé hace un años en Túnez, fue una experiencia increíble. También tengo para el año que viene un corto que he grabado hace poquito y se llama “Dana”. Se trata de una historia cruda de una mujer a la que intentan violar y retrata cómo, desde ese punto, se desarrolla su personalidad, por así decirlo. Eso de momento es todo.
¿Vivís los actores en una especie de precipicio en el que no sabéis que va a venir después?
Totalmente, esa es nuestra vida. Es un trabajo inestable, ahora mismo puedo decir que estoy en paro. Recuerdo con esto que comentas una entrevista que hizo Buenafuente a Viggo Mortensen que le preguntó si pedía el paro y respondió “hombre, por supuesto, es como obligatorio porque te pertenece”. Sí, aunque tengas trabajo estás siempre en un precipicio porque este oficio tiene fecha de caducidad y es corta, y los ahorros también. Y cuando no tienes trabajo tienes que buscarlo porque es un trabajo vocacional, y no porque tengas que trabajar en otra cosa porque no se me caen los anillos, ya he hecho de todo, pero la vocación necesitas saciarla. Pero lo bueno de este trabajo es que puedes complementarlo con otros que no te den dinero como puede ser un corto, escribir… cosas que te llenan.
En el mundo de la actuación, ¿las mujeres mayores lo tienen más difícil?
No creo que haya fecha de caducidad pero sí unas “lagunas” de edad. Creo que hay trabajo de veintitantos y de cuarenta en adelante. Y luego está la laguna de edad en la que me encuentro yo.
¿Eres feliz en este momento emocionalmente?
Sí, pero soy feliz ahora y siempre, y emocionalmente puedo decirte que también. He estado mejor por tener trabajo y con dinero para hacer lo que quiero, pero intento ser feliz.
¿Se puede ser feliz sin trabajo pero teniendo amor o viceversa?
Es complicado. Siempre he dicho que el gran amor de mi vida ha sido primero yo y luego mi trabajo, pero si tienes trabajo y no tienes el resto no puedes ser feliz y en mi caso, al revés tampoco. Aunque creo que eres más feliz teniendo cubierto el lado emocional que no al revés, porque ahí tienes un apoyo y gente que te quiere.
¿Cuándo cambia tu vida laboralmente, quizás con «Sin tetas no hay paraíso»?
Sin duda, con esa serie cambió mi vida porque yo venía del circo, del teatro social y de la danza. Lo compaginaba con otras cosas porque no daba de comer, hasta que llegó la serie hace más de diez años. Fue un cambio laboral y personal, salía a la calle y me reconocían y es fue muy heavy.
¿Te paran por la calle actualmente?
Sí, me paran por Sin Tetas, la gente se acuerda totalmente y más al mantener un poco el look de la época, con el rubio en el pelo.
¿Mantienes relación con el elenco de actores?
Sí, mucha relación, guardo contacto con Miguel Ángel y Xenia Tostado especialmente. Fueron tres años e hicimos una familia muy bonita, porque además todos éramos más o menos de la misma edad con veintipocos. Me sigue encantando que me sigan parando por mi papel en esa serie, le tengo mucho cariño y fue una época muy guay que me trajo muchas cosas buenas. También El Príncipe por el éxito que supuso me trae bonitos recuerdos.
¿Crees que las redes influyen a la hora de conseguir papeles por tener más seguidores?
Creo que no siempre pero que por desgracia aun se da, cuando no tiene nada que ver y creo que no se debe mezclar con un trabajo como el de actor o actriz. Hay gente que no le da importancia pero en otros casos sí influye el número de seguidores.
¿Has tenido situaciones incómodas por el hecho de ser conocida?
Por el hecho de ser mujer creo que el fenómeno fan es menor y hay más respeto, porque es otro fenómeno al del actor. A mí me han parado con mucho respeto, aunque pueden darse algunas situaciones incómodas donde pueden pedirte una foto con malas formas, pero es muy ocasional. Es bonito que te reconozcan por tu trabajo.
¿Cómo es tu día a día?
Pues pese a lo libre y salvaje que te decía soy muy constante. Cuando no estoy rodando hago deporte todas las mañanas porque lo necesito, corro con mi perra y por las tardes las dedico a crear, o leo o veo cine o me pongo a pintar, o intentar llevar a cabo proyectos personales de teatro, que le tengo muchas ganas, también un proyecto que nada tiene que ver con el mundo de la interpretación. Es una cosa muy personal y familiar, queremos abrir una línea de joyas en las que yo dibujo y mi padre es joyero y las hace, y esperamos que en 2020 salga.
Si miras hacia atrás, ¿habría algo que no hubieras hecho?
No, porque en ese caso no sería lo que soy ahora, de todo se aprende. Me han dicho que «No» en ocasiones que me han dolido al decirlo, pero todo pasa por algo y no me arrepiento de nada.
¿Se intenta un poco explotar algunas series en el tiempo y acaban defenestradas ellas mismas?
Sí, pasa, y para mí es un error. Yo soy una fanática de “El cuento de la criada” y la tercera temporada da lugar a pensar que se ha alargado demasiado. Si hay cabezas pensantes tan buenas a veces es mejor decir hasta aquí y ponerse a otra cosa. A la larga, esa serie se te va a olvidar porque no te interesa. A nivel empresario entiendo que si tienes una gallina de huevos de oro lo quieras explotar pero yo soy partidaria de acabarlo.
¿Se tienen amigos de verdad en el cine?
Sí, yo tengo, cuatro o cinco también te digo, se cuentan con una mano. Y luego, buenos compañeros muchísimos, no podría ni nombrarlos. Pero es cierto que los amigos los van distinguiendo a la larga, al final somos muchos y se presenta un equipo nuevo de 150 personas donde no puedes llevarte bien con todos.
Cuando te quedas en ese precipicio del que hablábamos al comienzo, en el que no sabes qué va a venir, ¿cómo trabajas?
Pues es un trabajo de dos. Por un lado tengo a Bea que es mi representante que sigue buscando nuevos proyectos e intentando que vayamos progresando poco a poco, no solo en caché más bien en cosas más grandes, aunque creo que los actores pequeños no existen, sí los papeles. Y por otro lado yo sigo creciendo apuntándome a talleres, haciendo mis propias producciones, o ahora en clases de arte.
¿Se tiene más cuidado a la hora de salir por ser conocido?
No, yo paso. No soy mucho de salir de fiesta aunque va por rachas, pero cuando lo hago me olvido de ser conocida.
Texto: Miguel Rivera
Fotos: Arturo de Lucas