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«Me conformo con vivir en cada corazón de quien me escucha, Homónimo»
Así abre, o termina, el primer tema/discurso de Rayden, dentro de lo que es su tercer disco «Homónimo» y con el que cierra la trilogía que comenzara con «Antónimo» en 2017 y continuara con «Sinónimo» en 2019, para ahora, 2021, lanzar ese «Homónimo» tan esperado y con el que da fe de que sigue creciendo como músico en un monte musical que él maneja con una soltura, estilo y brillo casi obsceno.
Doce temas para mostrar su capacidad de superación artística, que deja ver su mejor versión, la que busca salir de las etiquetas, conformando un álbum completamente reconocible, bajo su voz y forma de componer pero creando una amalgama de canciones con brillo propio como singles.
Con doce canciones, el músico de Alcalá de Henares, se empeña en seguir creciendo en lo compositivo, enriqueciéndose como artista y regalándonos un disco que se disfruta en su primera escucha, pero que con cada nueva «revisión», nos lleva a degustar más a fondo cada corte, cada estrofa, cada colaboración, invitando a un aplauso colectivo por cada una de sus canciones, que dan sentido a un disco completo en una actualidad de singles.
Toma sentido para cerrar su trilogía, pero es que cada canción de este trabajo es un pequeño himno con el que quedar «Raydenizados».
Brilla todo porque es el todo lo que hace magno el contenido. Maneja los ritmos raperos más en profundidad si cabe en canciones como «Dios odio», una pieza de estilo endiablado, con su brillo vocal, efectos, energía y ciertos toques retro, pero también en su recién estrenada «Don Creíque» siendo dos de los temas más críticos del álbum.
«Lo bailao» es un corte bien arreglado, de cierta épica momentánea y que sabe explotar un estribillo contagioso y grandilocuente. Su bello single «La mujer cactus y el hombre lobo» tira de magnificencia lírica, de melodía sencilla con una impecable historia de fondo que hará se convierta en un tema necesario para seguir labrando su figura en directo.
Rayden sabe manejar los tiempos de brillo bailable, ejemplo de ello es el rítmico y funky «Solo los amantes sobreviven» un tema sabroso con Fredi Leis colaborando, porque el de Alcalá siempre elige colaboraciones puntuales con tino e inteligencia. «Coachella» es otro de los cortes más bailongos, melodía endiabladamente pegadiza, de aires sonoros low fidelity con Sebastián Cortés acompañando a las voces.
Y dentro de esa montaña rusa musical, cortes cálidos y románticos capaces de ponernos los pelos de punta, «El mejor de tus errores» una bella balada con la increíble Alice Wonder otorgando un juego vocal con el que ambos nos introducen en esa historia de amor roto. Y de entre todos los destacables, vuelve a destacar otro cambio de rumbo con Ciudad Jara en «El gobierno de las canciones» que encaja sumamente bien fusionando su faceta rap con aires reggae.
Y para cerrar, una pequeña historia de Rayden «todo es música, todo es vida, no hay nada que no sea eso» en su «Himno del centenario» que es un regalo tanto para sus seguidores como el que se acerque por primeva vez a su música, un GRACIAS en mayúsculas, en un aplauso que recibimos y que nosotros contestamos.
«Homónimo» es el excelso cierre de una imponente trilogía que no podía tener mejor final. Rayden vuele a hacer nuestro su estilo y su magia, en una montaña rusa musical que sube y baja y que te deja en lo alto de la misma, deseoso de volver a coger velocidad, bajar nuevamente para subir de nuevo y quedarte en su bucle temporal fastuoso.