PASO FIRME
«Kolpatu topatu» es el segundo disco de EZPALAK, la banda paralela de Eñaut Gaztañaga de Grises. Una formación de rock alternativo que en su debut sentó las bases de un sonido que miraba a los noventa con sonido actual. Esas directrices siguen marcadas en un álbum más enérgico que afianza el buen camino de estos cuatro músicos y amigos. Con el propio Eñaut hablamos para realizar un repaso del momento actual de la banda, del presente, del año pasado también y de decisiones.
¿Teníais claro que Ezpalak no iba a ser flor de un día y que sería un grupo con continuidad?
Sí, en principio era un poco una prueba partiendo del descanso de Grises, porque tenía ganas de hacer algo en euskera. Me junté con el resto de miembros para ver un poco qué nos salía, había ganas de hacer un proyecto en serio y realizar conciertos pero nunca sabes si interesará o si se quedaría ahí la cosa. Pero por nuestra parte buscábamoshacer más discos y darle envergadura, así que sí tiene continuidad.
«Kolpatu Topatu», ¿qué significa?
Pues es como «golpea y encuentra». Era un concepto que Juanjo quería darle al disco, algo más directo, como un golpe en la mesa para los conciertos pero también con todo lo que estamos viviendo, haciendo cosas y tomar las riendas dando un golpe en la mesa.
El segundo trabajo de un disco a veces es como el del riesgo, en vuestro caso continuáis un esquema del anterior pero más rockero.
Sí, totalmente. El primero fue un punto de encuentro entre los cuatro miembros y tomando como referencia el rock noventero como Smashing Pumpkins, que siempre me han gustado. En este segundo disco nos hemos conocido tocando y ahora hay una influencia más actual también, escuchando muchos grupos del post punk británico como Idles, Fontaines D.C., Slaves… cosas que se llevan ahora, que tienen dejes clásicos pero sonido actual también. Ahora la producción tiene más elementos, sintes, efectos de voces, un punto nuevo y puede que algunos riffs más pesados.
Con Grises tomasteis un descanso indefinido para volver con vuestro mejor disco a mi parecer, «Talismán». ¿Cómo llega ese momento de parar y ver qué pasa?
Llevábamos ocho años sin parar. Nuestro primer disco acaba de cumplir diez años, hemos sacado álbumes cada dos con sus respectivas giras y teníamos la sensación de no parar, llegó un momento en el que no nos motivaba tanto salir a hacer kilómetros a la carretera y queríamos descansar. Raúl dijo que no iba a seguir tocando y aprovechamos para despedirnos y ver qué pasaba, sabiendo que volveríamos en unos años pero luego se juntó la pandemia y se alargó. Pero nos vino bien para crear un disco más fresco y sin presión, haciendo lo que nos mola y pensando en conciertos, sin importarnos nada más. Luego no hemos podido presentarlo pero ya vendrán. A veces hay que descansar para saber valorar mejor las cosas.
Ahora no se puede sacar disco y salir de gira, ¿echas de menos lo que dejasteis parado, salir a tocar?
Obviamente. Cuando hicimos el parón seguía necesitando conciertos y por eso monté Ezpalak. Aunque vivimos en un sitio pequeño hay mucho circuito para tocar en País Vasco. Todos los grupos que grabo son de este circuito y cada vez me llamaba más la atención de tocar cerca de casa, donde puedes hacer decenas de bolos, porque con Grises eran palizas de bajar por ejemplo a Andalucía y al final no vives de eso íntegramente, tenías que volver y el lunes cada uno con nuestras cosas.
Cantando en euskera ¿se tiene más los pies en el suelo de hasta dónde se puede llegar?
Sí, pero hay muchas más facilidades porque llegas a muchísima gente, aunque es cierto que estamos más centrados en el circuito de País Vasco, hay muchos conciertos y sitios, te puedes mover mucho, una especie de oasis pequeño de sitios donde actuar.
En lo personal y profesional, ¿en qué te ha influido este año?
A nivel profesional, en cuando al estudio de grabación, menos durante el confinamiento, la gente al no poder tocar ha seguido grabando y he tenido muchísimo trabajo y no me puedo quejar, pero los técnicos de directo lo están pasando muy mal y el circuito en general. En lo personal te afecta no poder actuar, ver a la gente mal y eso te crea ansiedad, estar en tu época «dorada» sin poder tocar, creo que con tanta información todos tenemos algo de nerviosismo.
Sacas disco en pandemia tanto con Ezpalak como con Grises, ¿te lo replanteaste?
En el caso de Grises, en teoría iba a salir en marzo antes de saber de la pandemia. Habíamos lanzado dos singles «Amazonia» y «Veneno» pero luego llegó el confinamiento. Decidimos esperar por la situación al no tener conciertos pero llegó septiembre y Markos (Ayuken) nos comentó que no podíamos esperar mucho más, habiendo ya anunciado las cosas, y tomamos la decisión de sacarlo. Es verdad que como dices tenemos un gran disco entre manos y tienes esa sensación de que un poco se queda ahí. Y con Ezpalak algo parecido, porque sacamos en junio el primer single, pero al final hemos podido estirar el chicle hasta decidir lanzarlo. Este verano habrá algún concierto, sin festivales ni será normal, pero algo se podrá presentar, y el año que viene no se quedará tan viejo para presentarlo.
¿Qué circuito musical hay en Zestoa ahora?
Hay bastantes cositas, estamos Grises, Ezpalak, pero con 2000 habitantes en el casco igual tienes 15 grupos, como Rodeo, que hacen stoner desértico y tocan muchísimo a lo largo del año, les he producido varios discos y molan mucho. También está Polivius, un grupo que Raúl hizo después de Grises y luego había otro, Ankhar, haciendo trash, pero hay muchos chavales despuntando ahora, es muy guay.
Para cerrar, dime un libro, un disco y una película.
El último libro que me he leído ha sido la biografía de Red Hot Chili Peppers «Scar tissue: Anthony Kiedis» y me gustó mucho, muy fácil de leer y lleno de anécdotas con la banda, las drogas, con Frusciante, todo en primera persona. Me leí también uno del mánager Kurt Kobain.
En cuanto a disco, me gustó mucho el último disco de Foals «Everything not saved will be lost part. 2», porque es muy variado. La última película que he visto es una comedia negra «I care a lot» de Prime Video, bien para una tarde de domingo.