L.A.

EL LADO BUENO DE LAS COSAS

Luis Albert Segura regresa con su banda madre L.A. tras unos años de parón, que no de trabajo. De por medio, un disco en solitario bajo su propio nombre y en castellano y una pandemia que trajo un crecimiento personal. Primero, un verano familiar como nunca antes y después, su retiro con su mujer y tres peques a la Tramontana de Palma. Allí, comenzó a dar forma a ese esperado regreso que ahora es realidad en un emocionante viaje musical como «Evergreen oak», un álbum en el que respirar la montaña, el suelo húmero, la agitación de los árboles y un sonido envolvente, sosegado y emotivo. Su nueva visita a Madrid hace que queramos descubrir ese crecimiento personal y cambio que ha supuesto tanto su vuelta como el año transcurrido.

Un disco que acaba degustándose como merece con el tiempo. Cuando te fuiste a la Tramontana, ¿ibas con esta idea o el campo te calmó?
Pues yo iba con la idea de hacer un disco para escuchar en casa, en ningún momento pensé en gira, es más, pensé «¿y si nunca más vuelve el directo como medio de expresión?». Construí un álbum que no necesitara más que una casa y no una explosión que escuchar en vivo. Con esa premisa arranqué todo el proceso de grabación, luego fueron surgiendo y cambiando cosas, con ideas, reuniones semanales y a medida que cambiaba fui encauzando canciones como «Storms», que pueden ser más de concierto.

Yo con los años he aprendido cosas, puede que este disco hace un año hubiera entrado más fácil, pero creo que hay muchos factores que hace que las escuchas de un disco por primera vez sean de una manera u otra y no por el álbum en sí, más por el momento. Esto es como una paella, igual ese día no te apetece paella y te dejas la mitad, pero en otro estás arrocero que te cagas y te la comes, y te comerías tres platos de la misma paella (de verduras). Con este disco pasa un poco esto, también me he encargado de hacer partícipe a la gente, que fuera muy orgánico, de degustar tranquilo. Hay que ver un poco cómo le entra a alguien que viene de nuevas sin saber qué es L.A. Me gusta que sea algo diferente para el oyente.


La portada es fiel reflejo del sonido, ¿lo hubieras hecho así de no existir la pandemia?
Absolutamente. Pues sin pandemia es probable que no, piensa que como todo hijo de vecino metido en casa, encerrado con tres niños, después con restricciones, limpiando la compra del súper… toda una locura. En cuanto nos abrieron las puertas nos fuimos todo el verano al mar, disfrutamos de un verano maravilloso de playas vacías sin gente, con estrellas de mar en la orilla que no habíamos visto en la vida, mis hijas disfrutando de manera increíble. Después, con el fresco nos fuimos a la Tramontana, yo me crie en la falda de la misma. Necesitábamos estar con ese lado de la naturaleza, la hierba, encinas, bellotas y tierra mojada. Veníamos de donde veníamos, si el disco hubiera salido en 2019 podría haber sido de guitarrazos y haberme ido a México o Los Ángeles a grabar. El álbum es un reflejo absoluto del tiempo que ha tocado vivir.


¿Hubo bloqueo compositivo en confinamiento?
Yo no paré, estuve escribiendo canciones para un disco que empecé a finales de mayo, un álbum que iba a ser de hits, de riffs de guitarra, bajo batería y voz pero que paré porque era imposible sin gira. Lo hablé con mi management, Emerge, dije que tenía otra idea, quería escaparme tres meses e hice “Evergreen oak”, es algo que me sale natural.

Hiciste más trabajo en redes sociales que nunca en 2020
Sí, fue todo un descubrimiento. El poder usar las redes sociales “in a good way” y no como algo en lo que estás obligado a perseguir likes y followers. Gracias a mi mujer entendí que tenía una herramienta súper potente para estar en contacto con la gente, público receptivo en su casa, quien supo usarlas hizo el agosto. Yo hice la gira más rentable de mi vida, imagínate en la habitación de casa haciendo shows de una hora, 3 o 4 diarios, pagando de diversas maneras, mi mujer y yo gestionando todo, emails, comunicados… fue gracias a eso, a usar bien las redes y entrando en contacto con la gente, que repetía, posteaban imágenes de los bolos, usé las redes de forma útil y antes solo era porque había que estar y buscando likes, y acabas hasta el gorro.

Era un disco para escuchar en casa, pero hay gira, ¿qué cabida tiene ahora el álbum en vivo?
Pues más de lo que me imaginaba. Hace un mes empezamos a ensayar y las canciones han entrado desde el minuto cero. Hicimos un concierto en Es Gremi en Mallorca para gente cercana, y me dijeron que de los mejores bolos de mi carrera. Antes íbamos más a piñón, más rock and roll, y ahora soy más detallista, con nuevos detalles en vivo. El disco encaja a la perfección.


Cuando llegó el momento de parar L.A. ¿siempre tuviste la idea de volver?
Sí, yo cuando me senté con la banda expliqué mi pensamiento, que necesitaba parar dos años, lo planteé desde el comienzo, ese fue mi mensaje, era una necesidad, hacer algo en castellano y luego preparar disco y salir a tocar, pero nadie sabía de una pandemia y cómo cambiaría todo. Debería haber parado de verdad, pero saqué el disco en castellano, lo que está claro es que el mensaje fue un “hasta luego” desde el principio.

Como músico, ¿cómo afrontas la nueva situación?, que aunque mejor, sigue siendo rara.
Pues es lo que tenemos, somos muy realistas, mi agencia es muy de palpar el día a día también y vamos a lo tangible. Si mañana tengo un bolo, genial, pero no miro más allá, hemos acotado los plazos, no miro más allá de una semana, hacer planes a algo más de un mes es una locura, ya no planeas unas vacaciones con seis meses vista.

En lo personal y profesional, ¿qué has aprendido, has cambiado?
Hemos cambiado, crecido y aprendido, todo ha sido una masterclass y encima con tres niños. El confinamiento, salida del confinamiento y retiro en la montaña y con niños tan pequeños, han hecho piña y los hemos visto crecer y cómo se respetan, se apoyan, y mi mujer y yo, cada uno con ellos, juntos, ha sido un crecimiento personal. Y luego también con la banda, hablar de cosas que en la vida cotidiana de antes nos patinaban.

Para mi este disco siempre será el álbum en el que vivimos mi familia y yo retirados en la montaña con los tres peques, y eso no lo toca nadie, siempre quedará ahí.

Muchas veces, los periodistas tiramos por tierra un disco, un trabajo de un artista que ha trabajado más de un año y en el que ha puesto todas sus ganas, sacándolo convencido de que es bueno. ¿Cómo se lo toma uno?
Bueno, si te digo la verdad, ahora me da igual. Tengo la suerte de no haber recibido un aluvión de críticas malas y también puede que por no haber tenido el nivel de exposición de otras bandas, yo he rozado el mainstream pero he estado en una situación cómoda. Quien me sigue le molas, alguno hay con su crítica pero no pasa nada, y a mi hoy en día me da igual. Antes de entregar el disco yo ya estoy convencido de que me gusta, cómo es, cómo suena y que he vivido la experiencia. Para mi este disco siempre será el álbum en el que vivimos mi familia y yo retirados en la montaña, con los tres peques y eso no lo toca nadie, siempre quedará ahí.


Han salido muchos discos, justamente hoy unos cuantos, nos perdemos los detalles entre tanta cantidad de música, como que es muy efímero todo.
Sí, se ha perdido el concepto de como yo me crie, poner un disco y que lo fundieras. Volviendo a la paella, si te vas a comer tu paella favorita pero te sacan tres platos de picar y otros tantos postres, no es lo mismo, me como la paella, pero todo tiene una pinta que te cagas… y pasa con los discos, pues igual hay sobreproducción y podría no pasar nada, pero te acabas saturando. Todo es tan rápido, hay tantas cosas…. Yo hago listas, con cosas que me moría de ganas de verlo pero aparece otra cosa… puede ser un mal de nuestro tiempo, ya no valoras tanto, por eso doy importancia al vinilo.

¿Cómo ha sido la vuelta a tocar?
Pues increíble. Del tema mascarillas haces un poco de barrera, es verdad que no es lo mismo, antes veías rostros, feedback, gente mirando el móvil y ahora todo es más plano, pero te adaptas. Llevo varios conciertos y aunque sea raro, sigo haciendo mi show, me rio, canto, me muevo, disfruto, la gente al final está atenta, cantan todo el bolo aunque no lo veas.

Luis Albert Segura, ¿dónde queda como proyecto?
Pues ahí queda, yo me siento como una cadena de restaurantes, abres diversos bares, ahora cierras uno porque el local es mío y ya lo abriré, ahora abro este (L.A.) que es el grande, ahora tocar organizarlo, colocar mesas, y cuando quiera para un tema especial pues abriré el pequeño.

Para terminar, un disco y alguna serie.
He escuchado muchos discos, la verdad, pero destacaría el último de los californianos Mapache “From liberty street”, que lo he escuchado muchísimo, dos tíos cantando en castellano americanizado, también el «Folklore» de Taylor Swift, creando un disco en confinamiento por una tía que viene del mainstream, tocando con Bon Iver y The National… en casa sonó muchísimo.
Una serie que me ha flipado, Mindhunter, me quedé atrapado con ella, además me cogió después con COVID viéndome los capítulos jodido, y los disfrutaba de verdad. Y también destacaría Ratched y Bates Motel, flipé mucho.

Miguel Rivera