Rivals despuntaron por su frescura y mezcla de elementos en su debut, donde encontrábamos rock, melodías pop y electrónica, todo bajo la garra y finura de su vocalista Kalie Wolf, quien lidera una función que en su segundo disco se presta más suculenta y grandilocuente si cabe.
El cuarteto de Los Ángeles vuelve con «Sad looks pretty on me» donde todo suma y nada resta, porque es un trabajo en el que doblan la propuesta que ya dejaron ver en su debut. La banda vuelve a apostar por el rock oscuro con muchísima electrónica, sintetizadores y oscuros e intensos pasajes.
Funcionan desde su inmensa producción pasando por un conjunto de canciones intensas, que se apoyan en estribillos contagiosos y explosivos, bajo una aurea oscura pero romántica.
Su música se asemeja en esa mezcla musical a un grupo como Pvris, donde el rock y la electrónica se fusionan de manera brillante, el propio tema inicial que da título al disco lo deja patente. «Lavenders» juega con esa esencia de estribillo épico y explosivo, guitarrero pero sintetizado mientras que en otros buscan lo electrónico para facturar cortes modernizados como «Alkaline» o «Dead flowers».
Temas más densos y oscuros, al estilo de Evanescence como «Fake rich» con Elijah Witt (Cane hill) se mezclan con facilidad con aires más «popis» como «Strawberries» o la comercial «To dom», que brillan en su forma melódica y la atractiva voz de Kalie, una de las mejores en lo suyo.
Voces emocionantes, estribillos apasionantes, ritmos locos, melodías contagiosas y explosividad adornada con oscuridad y brillo también para ofrecer un rock intenso y electrónico. Es sin duda «Sad looks pretty on me» el disco que puede hacer que exploten a nivel mundial, canciones y calidad tienen de sobra.