Domingo 11 de julio, Mad Cool, Madrid
Sin fuerzas de flaqueza, por quinto día consecutivo, nos desplazábamos al recinto de Mad Cool en Valdebebas, ese en el que por fin las cosas han funcionado bien dentro y se ha armado un cristo fuera a tenor del agosto al que se ha dedicado Uber como si de una empresa pirata se tratara, haciendo valer más si cabe el transporte público que de alguna manera, y como partner, ha tomado cariz de segundo protagonista.
Hemos hecho callo en la edición más larga de todas las que ha celebrado el festival madrileño, y en su quinto día, fuera de abono, quedaba claro que nos encontrábamos en su final de domingo. Parecía otro evento, pasando de los sold out previos de 70000 personas a poco más de 20000 en una jornada rejuvenecida, con gran parte del público veinteañero, amén de un cartel que con Nathy Peluso y Natos y Waor arengaba al público más juvenil a acercarse al final de fiesta, para algunos único y final.
🎡 ¿Pero que no hay sexta jornada de #MadCool2022? Que ya habíamos pillado ritmo, hombre @RockTotalweb @mercadeopop @WebSoloRock pic.twitter.com/jq8X96P2ZL
— Miguel Rivera (@miriyert_) July 11, 2022
En plena ola de calor para una semana que nos espera ardiente en la capital se abría en la carpa con los incorporados en el mismo día Cala Vento, tras caerse del cartel Arlo Parks.
El dúo catalán es un ciclón como lo es en lo suyo Royal Blood. Un repertorio que hacía un repaso a sus tres discos con una energía desbordante, la de «Un buen año», «La comunidad», «Fetén» o «Todo», la banda tiene un set list de altura y más que envidiable, donde tuvimos mosh pit y saltos alocados en una tarde que no había hecho más que comenzar y en la que habíamos comenzado a sudar a lo bestia. Pura energía para uno de los mejores (e inesperados) directos del día.
El artista Sam Fender por su parte mostraba un buen hacer melódico gracias a dos grandes discos que funcionan sin grandes pretensiones a base de gancho y temas pegadizos, véase «Dead boys», «Saturday» o las merecidas «Seventeen going under» e «Hypersonic Missiles». No le hace falta una gran producción visual, Sam tiene ya un buen número de hits con los que seguir sumando en vivo a su reguero de fans.
Con ello el ciclón Nathy Peluso llevaba a las carreras de un público joven que ve en ella una reina musical, un torbellino mix de salsa y ritmos latinos que atrapa y enloquece al personal, pero donde hay espacio para lo electrónico, el rock y el hip hop, en esa amalgama de estilos que ella sola controla con ritmo impecable.
Su público es pura entrega, ante los saltos y fuerza que desprende y donde «Puro veneno» o la locura Tangana de «Ateo» consiguieron reventar el segundo escenario.
Con Natos y Waor empalmábamos también uno de los grandes reclamos del día. La exitosa banda de rap madrileña demostró tino y calidad, a base de versos y letras que se sabe todo veinteañero y más allá. Un directo de los que apuntan alto, con una calavera de fondo y proyecciones que les quedó «todo guapo». Tienen una personalidad increíble y funcionan con su gremio en una comunión lírica que ahonda en «Generación perdida», pura química, «Más alcohol» con la que curarnos las heridas de la vida y el pelotazo que es «Sudores fríos», que nos calentaron en un final de altura.
Con la noche ya abrazándonos, nos desplazamos a Two Door Cinema Club, a una carpa que no se entiende teniendo ya cerrado un tercer escenario al aire libre que hubiéramos merecido. A pesar del sudor, la formación inglesa es siempre un reclamo festivalero. Ritmos funk y bailables con lides rock bajo unas proyecciones modernas y sencillas de colores que le daban mayor empaque tecnológico y electrizante al directo de la banda.
Hits como «This is the life», «Lavender» o «Satellite» nos hacían bailar aunque faltara algo de potencia al sonido de un concierto en el que hasta su reciente nuevo tema «Wonderful life», consigue conectar en el ambiente. Otro regalo musical para una banda que nunca defrauda en vivo y te deja con más ganas de fiesta.
Y así llegábamos a un Jack White como cabeza de cartel cuando tuvimos que decirnos por él dejando de lado a La M.O.D.A. El multi instrumentista comenzaba su directo con problemas técnicos, ya que desaparecía con la banda haciendo gestos tras un primer tema, ese que había dejado elevado un telón de teatro que le daba mayor empaque y detalle al enérgico directo que nos esperaba.
El músico es un ciclón musical, un artista técnicamente perfecto, que maneja la guitarra como si hubiera nacido con ella, y que atesora fuerza junto a un gran equipo de músicos. Tiene destellos folk, soul rock y rock duro en su set, ese que se mueve entre canciones como «Love interruption», «Hi-de-ho» o temas que van desde su exbanda White Stripes «Hotel yorba» a un final apoteósico como «Steady, as she goes» que encendió a las masas y «Seven nation army», en todo un alarde de cambio de guitarras, sonoridad, técnica a las seis cuerdas e incentivos para que su público le diera todo.
Pues #JackWhite con todo un bolazo para cerrar #MadCool2022 pic.twitter.com/OpKXcSr5Tb
— RockTotal (@RockTotalweb) July 10, 2022
Un concierto que elevó el rock en el final definitivo de la edición de un Mad Cool en el que todos los cabezas de cartel han brillado, desde el músculo de Metallica, el éxito bailable de la fiesta The Killers, el pulso tecnológico de unos Muse en estado de gracia y la diosa Florence Welch reclamando más presencia femenina.
El año que viene el festival se moverá a la zona sur, veremos sin con un cartel difícil de superar, y esperemos que con el transporte público como punta de lanza para moverse.
Texto y fotos: Miguel Rivera