#ABOUTLASTNIGHT
02/12/2019
Café Berlín, Madrid
El riesgo siempre conlleva eso, riesgo, pero quien no arriesga no gana y más aún cuando eres joven. De primeras es con lo que me quedo en la, seguro, carrera de éxito que puede deparar la mente inquieta de la actriz y, ahora dramaturga, Olivia Delcán.
De lo arriesgado de la propuesta que marca #AboutLastNight en su concepción, la primera obra que dirige Oli y que, tras estrenar el pasado mes de mayo en Corral de Comedias de Alcalá de Henares, llegaba en octubre al Café Berlín de Madrid. De momento, han sido tres noches, los tres primeros lunes de cada mes, teniendo este 2 de diciembre marcado como última fecha que sepamos.
Olivia ha creado, a base de fiestas, resacas y muchas charlas con desconocidos y amigos, un texto y una obra que no es otra cosa que un drama generacional, un fondo dramático para contar una historia en la que la música electrónica es la coprotagonista.
Es una historia dura, de muerte y sueños por cumplir, de caminos vacíos, de decepciones, de golpes, de la vida sin rumbo, y del futuro, de los miedos y sueños por cumplir, de una generación y de lo que esconde una cabeza, en este caso, de Olivia, y la pregunta sobre lo que hemos hecho con nuestro tiempo.
Encontramos una obra de teatro con cierta complejidad, que juega su papel entre el techno y una protagonista recién fallecida, jugando con los personajes reales de quienes actúan, actores amigos de la propia directora. Es el Café Berlín un sitio “canalla” muy llamativo para acoger una propuesta que te mantiene de alguna forma expectante, pero a su vez, con los pies en movimiento, porque hay una fiesta de fondo, esa última noche festiva que ocurre mientras un grupo de amigos desconoce del fallecimiento de Olivia.
Encontramos tres tramas, que sería la de un grupo de amigos pasándolo bien en una casa, los atentados de la noche parisina en Bataclán de 2015 y, el personaje principal que recorre la trama, la de Delcán, muerta por una aneurisma mientras bailaba electrónica en solitario en el propio Café Berlín.
Hay tragedia por tanto, y honestidad, porque al fin y al cabo, lo que vemos son personajes y vidas reales, “desnudos” ante un público sentado pero también de pie que acude de primeras a una sesión electrónica. Daniel Jumillas se marca una magnífica sesión (recomiendo la playlist de la obra de Spotify) donde lo primero que vemos al entrar es a Olivia danzando y viviendo una noche electrónica. Y no es moco de pavo, más de veinte minutos ante nosotros que hacen nos arranquemos de fondo a bailar.
Todo lleva a un desconcierto en la cabeza, porque ya de por sí esa fiesta se convierte en muerte, esa muerte de la que conocemos por la propia voz de Olivia, quien se sienta casi escondida en primera fila para hablar con” Jumi” mientras presenta, ya muerta, a cada persona/amigo. Cada uno con su vida, con sus sueños, esperanzas, dramas… todo se va presentando poco a poco, con cierta sensación por momentos de improvisación y ritmo «slow» pero donde son capaces de hacernos torcer el gesto ante lo dramático de algunas situaciones pero también de escuchar algunas risa por momentos.
Se respetan los nombres, se habla de fiesta, de ligar, de sueños por cumplir, de los miedos de ser padre, de la homosexualidad, de charlar con desconocidos, de intentar conocer, de gustos, hay de todo en la obra, todo lo que puede esconder alguien joven que, en este caso, encontraba en la fiesta un refugio. Pero lo que rodea ante todo a #AboutLastNight es la incertidumbre ante un futuro incierto, ante lo que te habían vendido “estudia y elige” cuando todo eso no era tan cierto. Cuando te ves ante algo que no era lo esperado, quizás a veces en un precipicio, donde la música, el salir, beber, el no volver a casa y no pensar en ese futuro conllevan una especie de escondite ante lo que viene y no haces frente.
Personajes que, sin profundizar en demasía, sí en el caso de algunos personajes, encuentran un punto común, una fiesta en la que no son conscientes de lo ocurrido en torno a Olivia. Y donde también hay un mensaje de “no perderse cosas por lo que pueda pasar” y en la que se gestiona una máxima “¿qué he hecho con mi tiempo?”
La obra termina con reflexiones de la prota, dejando preguntas, ofreciendo respuestas, buscando reflexión común y soltando al aire cuestiones con las que pararse a pensar.
Llamativo es fijarse en el público en su final, con rostros de seriedad, atentos todos ante el monólogo final que obedece a la intensidad, talento e inquietud intelectual de su artífice, Olivia Delcán. Y todo se rompe cuando, ese drama se convierte en un after drama transformado de nuevo, en una sesión de Impulsiva DJs para romper con el emocionante desenlace.
