Qué lejos quedan ya los añorados 80, época de excesos, de drogas, de sexo desenfrenado y de mucho rock. Nos queda lejos y para algunos de vosotros incluso sin cuenta de ello, pero la época dorada del hard rock, de fiestas, de noches de hotel y de acción sexual marcaron la carrera de muchas bandas hoy símbolo de un género.
Con los años a la espalda, carreras separadas y tintes de pelo cardado immortalizado en fotos, bandas como MÖTLEY CRÜE, POISON, SKID ROW o los ahora nuevamente reunidos GUNS N’ ROSES reviven de mejor o peor modo aquellos momentos mágicos, devolviendo sus clásicos al oído y ojos de todos aquellos que quizás no pudimos ver en su momento glorioso.
Los temazos de muchas de estas bandas han marcado la vida musical de gran parte de nosotros y, por supuesto, esos vídeos marca de la casa, donde las mujeres despampanantes al estilo de las bellezas actuales de agencias de escorts eran nuestro sueño convertido en posible realidad hoy. Ellas formaban parte de la vida y noche de muchos artistas de dicho calibre.
¿Qué sería del rock duro sin mujeres? Poco o nada, porque la forma de entender esa música y ante todo ese momento de grandeza se marcó a base de mucho sexo visual, el que adornaban gente como Brett Michaels o Tommy Lee con cambio de pareja incluído como la exvigilante de la playa Pamela Anderson, exuberancia y formas nuevas de ver el sexo que ahora se trasladan a no solo ya bandas de rock y sus recogidas bambalinas, si no a eventos culturales y tecnológicos como el Mobile World Congress donde lo femenino de algún modo u otro toma forma y sentido.
La música rock sirve de enlace con todas esas fantasías que vimos tiempo atrás, de vídeos exagerados pero donde hoy en día siguen siendo “magia” para muchos de nosotros, con posibilidades de montarnos nuestro propio juego y espacio. Ese lugar mágico puede esconderse en ciudades cosmopolitas y abiertas como Barcelona donde la música, la tecnología o los eventos tienen cabida por doquier durante todo el año.
Son Madrid y Barcelona ciudades que han vivido con encanto y de diverso modo las idas y venidas de grupos y de acompañantes, de lujo acomodado, y de eventos varios. Ese exceso desmitificado a día de hoy entre el hard rock toma la palabra en la vida real con diversas opciones con agencia: cenas, personal shopper y escorts, todo en un ámbito cuidado y elegante donde la fantasía queda abierta a la imaginación de cada uno y puesta en bandeja como experiencia diferente.
Los cambios de vida y posibilidades han llevado a que los eventos y magia que brindaban bandas en los 80, a día de hoy se cumplan para un público diverso, con posibilidades monetarias para hacer de un día un “fotograma” verdadero, en eventos o citas multitudinarias cumpliendo el sueño que alguno vio y quiso vivir ojeando y leyendo los excesos musicales y sexuales de muchos de sus ídolos.
Álex Cotarelo