SIN FECHA DE VUELTA, LA MÚSICA EN DIRECTO BUSCA ALTERNATIVAS
La industria musical vive un momento muy complicado. Es un sector más de los muchos que se han visto afectados por el coronavirus. Una crisis desconocida, ya que no nos habíamos tenido que enfrentar a una crisis sanitaria con la que obligar a parar la economía ipso facto. No se trataba de tener mayor o menor poder adquisitivo, de pasar un mal momento, aquí todos hemos tenido que renunciar a la vida tal y como la entendíamos hace escasamente dos meses.
La vida ha cambiado, esa que hemos estado viviendo a través de una ventana en la que el movimiento había desaparecido para, ahora, poco a poco ir recuperando ese desplazamiento perdido, con ciertos miedos y total incertidumbre. De entre todos esos sectores, el de la música y la cultura es un sector que en crisis siempre se ve afectado, en esta ocasión será, junto con el turismo, al que también deben parte de su negocio los festivales, de los últimos en recuperarse.
Un año, este 2020, que poco podrá recuperar, con un verano desértico seguramente para los eventos musicales al aire libre, los deseados festivales, con decenas celebrándose por todo el territorio nacional que ha tenido que aplazar hasta el año que viene, esperando que vengan tiempos mejores.
En un momento en el que sigue falleciendo gente a causa de la pandemia, y con numerosas limitaciones que conllevan nuevas medidas estrictas de higiene, se hace casi imposible entender que pueda celebrarse un festival y, por tanto, tampoco conciertos, no al menos como lo entendíamos hasta ahora. Con una máxima de Sanidad como el distanciamiento social al que nos tenemos que acostumbrar de momento para vivir, de 2 metros mínimo para nuestros actos sociales y limitado a un número máximo de personas, vivir la música en escenarios cerrados o abiertos a distancia se hace más que complicado y peligroso a nivel sanitario de contagios.
El problema reside por tanto en las distancias y aglomeraciones, dado que la música ha de explotar al máximo el número de personas que asisten a un concierto, los aforos. Limitar espacios a un tercio o con pocos asistentes en recintos de gran capacidad, hace inviable prácticamente un negocio que conlleva numerosos gastos de caché.
A día de hoy se siguen aplazando grandes giras, prometiendo, aun con dudas, la vuelta en 2021, esperando que haya una normalidad más que deseada o, en su caso, tratamiento o vacuna que normalice una situación anómala que lógicamente está repercutiendo en la industria musical como un tsunami. Esa industria que busca con el agua al cuello soluciones y métodos con los que salir a flote y mantenerse o volver con restricciones y sin rentabilidad es sus producciones. Las ayudas gubernamentales escasas para este sector complican mucho la subsistencia de un negocio que engloba mucho más de lo que vemos sobre un escenario, ya que la maquinaria tiene muchos trabajadores detrás.
Dicen que toda crisis saca el ingenio y la originalidad de las personas, de los negocios y en este caso no son pocas las soluciones e ideas que refuerzan el tejido musical, complicadas todas ellas pero que han de ir poniéndose sobre la mesa si no queremos que 2020 sea un año sin música en directo.
En el reportaje sobre ‘nuevas fórmulas para asistir a conciertos’ había planteamientos que ya se oyen en firme. El mismo WiZink Center de Madrid lo está planteando con el streaming en los pronósticos, con grandes conciertos con poco público, mientras que miles de personas puedan disfrutarlos vía directo desde sus casas en el televisor, móvil o tablet. Cuestionable, pero una fórmula de hacer llegar el “directo” al público en tiempos de coronavirus.
El sistema MARKO presentado por el festival Montgorock, con parcelas delimitadas de especie formato VIP y exhaustivos controles de seguridad sanitaria en los accesos, es otra de las propuestas, esta vez enfocadas a los festivales.
Encontramos hasta un traje Micrashell para ir de fiesta, un método casi espacial que suena más a ciencia ficción que realidad.
De entre todo ello, hay algo viable que ha empezado a levantar mucho interés entre organizadores, promotores y gente de la música: los Autocines. Ese formato pensado para vivir el cine a la antigua usanza, desde el coche para disfrutar de una aventura cinematográfica distinta como ya mostrara Grease en su momento.
En España, con seis autocines distribuidos por el país, hablamos de una fórmula para muchos desconocida, otros que la han visto como curiosidad y fórmula paralela a las grandes comodidades y tributos tecnológicos de las grandes cadenas de cines actuales.
Un modo que ofrece un romanticismo clásico que puede tener su válvula de escape para la música. Si bien es cierto que a primera vista se presta como algo difícil de entender para muchos espectadores musicales, las posibilidades que ofrece, ya no solo para música, para eventos y celebraciones, hacen que el autocine se preste como un sitio muy interesante y, ante todo, seguro dadas las medidas que hay que tomar en la actualidad.
Son muchas las bandas que están dispuestas o abiertas a ver posibilidades de hacer llegar su música en directo ¿por qué no un autocine?. No es extraño el auge de los mismos en Europa e interés que despiertan en estos días, agotando algunos sus pases antes de reabrir.
En la música, daría oportunidad de ver, cierto es, que desde tu coche, un concierto sonbre un gran escenario sin que el show o el espectáculo tenga que verse perjudicado. Ciertamente, disfrutar sentado en un coche no tiene nada que ver, pero desde luego la experiencia es más física y real, en el sitio donde actúan, que verlo a través de una tablet o un móvil. Tus ojos ven el directo tal cual, con la seguridad de asistir con quien vas sin tener contacto directo con otros espectadores, manteniendo las distancias en tu habitáculo y en un espacio que permita estar cómodos y ver de otra manera un concierto sobre un escenario, apoyados por proyecciones que pueden apoyar en las grandes pantallas de estos cines.
El grupo de Mungia BELAKO, ha vuelto a adelantarse para ser una especie de precursores con la idea firme de salir a la carretera de nuevo con un show en el que presentar su nuevo disco “Plastic drama”. En medio de la pandemia, han ideado la fórmula de apoyarse en los Autocines y grabar su propio documental que presentar en los mismos y actuar. Para ello harán tres conciertos en los Autocine Madrid RACE, Autocine Drive In de Denia y Autocine Getxo.
Es sin duda una oportunidad de retomar los directos «al aire libre» de manera particular, diferente y aportar una experiencia tanto a su carrera como al espectador que apueste por ello.
Sobre ello comentamos con su batería Lander, quien nos explica la idea «se le ocurre a una amiga del entorno, fue como un disparate pero con los días empezamos a ver que era factible dadas las políticas actuales y empezamos a prepararlo. Lo que nos dio más fuerza era que ya se hacían cosas así».
Idea sobre la que trabajan a falta de directos, un escenario y formato nuevo sobre lo que nos dice «vamos a ver cómo llevarlo a cabo para que la experiencia sea buena. Al mismo nivel no, porque los shows tienes que tener a la gente cerca, pero sí adaptar el espectáculo aprovechando la pantalla de cine entre música para cinematizar el concierto, y se lleven otra experiencia».
La idea es grabar un documental en autocaravana, hacer un todo de dicha experiencia musical completamente nueva: «Road music movie. Lo de la autocaravana es por adaptar también la forma de trabajar, para darle más seguridad al asunto e ir en diferentes vehículos, dándole un punto diferente adaptándonos todo a la manera de trabajar actual. En España hay pocos autocines y empezamos a ver cuáles podían funcionar para llegar a un acuerdo. Queríamos tocar en casa y Getxo era idóneo, en Madrid nos sigue mucha gente, y Denia nos gustó ya que Valencia nos funciona muy bien, de ahí poder elegirlos»
Los tiempos conllevan nuevas ideas y, por tanto, es una opción para que el directo vuelva, lo que no sabemos es si todo el mundo lo entenderá: «creo que a los más “puristas” del rock les será difícil de entender, pero en nuestro caso lo vamos a adaptar y por qué no, este es el momento de adaptarse o morir, siempre siendo responsables con las normas de seguridad sin hacer el loco obviamente, ni dejando que nadie lo haga. Es un buen momento para reinventarse. Habrá quien le parezca mal pero a esos les preguntaría qué opción darían ellos para que los grupos sigan teniendo la posibilidad de tocar y subsistir y, por qué no, de sacar a la gente de sus casas y ofrecer algo diferente».
Un formato sobre el que están proponiendo cosas y del que asegura «el feedback será raro, pero intentamos buscar fórmulas de “acercar” lo máximo posible el espectáculo al espectador y que esté “cerca”. Hemos planteado también que vayan coches y bicis, y si se puede un espacio con gente también, no el autocine al uso, dar otras posibilidades con toda seguridad. Puede que esto sirva para crear proyectos diferentes, en paralelo, se pueden hacer cosas muy guays, ahora y en una situación normal, porque habrá cosas que estén bien y otras no tanto, pero merece arriesgar»
Ya hemos podido verlo tan solo hace unos días con el vídeo de la actuación del músico danés MADS LANGERS en un autocine de Dinamarca, cuya experiencia dejó claro el interés y particularidad de la propuesta. Podéis verla en el vídeo adjunto.
Es evidente que la fórmula es diferente pero, ya sea de forma puntual o a largo plazo como formato paralelo, los autocines, por capacidad y espacio, ofrecen alternativas que como marcan en sus protocolos, en estado de alarma se deja más distancia entre coches, un aforo máximo por fases, distancias de seguridad y ocupantes por vehículo según la normativa establecida por las autoridades.
Hemos querido hablar con los responsables del Autocine de Getxo sobre su espacio para iniciativas más allá del cine «siempre hemos considerado al Autocine Getxo como un espacio cultural donde se han hecho diferentes tipos de eventos culturales.»
Sobre la música, es una apuesta clara en estos tiempos, dadas las dificultades que conlleva que se realice un festival como lo entendemos, los conciertos pueden tener cabida: «hacer conciertos es una de las iniciativas como se está viendo en Alemania y otros países, una forma segura de realizar directos hoy en día»