AVRIL LAVIGNE – «Head above water»
BMG
En estos seis años de obligado retiro, AVRIL LAVIGNE ha sido dardo de bulos que incluso la han dado por fallecida. La canadiense ha estado luchando contra la enfermedad de Lyme, tras una infección provocada por una garrapata. Ese periplo de dificultades que como ha dicho ella «pensó incluso en que iba a morir», ha servido para que la exitosa cantante realice una expulsión de demonios internos tras unos años que han sido un verdadero infierno.
Nos alegramos por ello sobre todo como persona, que haya tenido la fuerza y propósito de salir adelante luchando contra algo tan complicado y renacer, porque así podríamos decirlo. Y ya puestos en lo musical, el pasado septiembre ofrecía esos primeros retazos del primer single en cinco años «Head above wáter» que han dado además título a su álbum.
Portada saliendo de las aguas y un tema en forma de preciosa balada donde la bonita voz de Lavigne expresa en su letra ese infierno que ha padecido. Piano y sintetizadores e instrumentos de cuerda en un intenso corte que recupera la mejor versión de comienzos de los 2000 cando lo reventó. Corte emocionante de lucha y superación.
Como podíamos suponer, y aun con algunos temas de por medio distintos, es este un disco mucho más intimista, lejos del rock que quiso recuperar en su último disco homónimo. Un pop rock muy emocional, mainstream como «Birdie» o la bella «I fell in love with the devil» que busca esas líneas musicales de grandes artistas femeninas, todo bajo arreglos muy cuidados.
Disco en slow, de baladas donde se nos cuelan algunas gotas musicales distintas, como el soul de gran gusto como «Tell me it’s over» con ciertos rasgos Amy Winehouse, salvando las distancias. O la modernidad más fresca de «Dumb blonde» junto a la rapera Nicki Minaj, un corte que rompe con todo el resto y se diferencia como uno de los más atractivos y frescos dentro de un inspirador pero ralentizado álbum.
Supongo que la artista, asediada por ese sentimiento de muerte y dolor que ha padecido en estos años, ha querido y visto obligada a expulsar todo eso en canciones lentas, de un pop de piano ante todo y sentimiento desgarrado como «It was me» o el estilo de grandes divas del pop internacional en otro baladón como «Warrior» lo que mejor define su actitud y en la que dice «soy una superviviente, una guerrera».
Un estilo el de este álbum como podíamos haber imaginado muy pero que muy intimista, lejos de canciones frescas de sus comienzos donde el punk pop lo partía con canciones de la talla de «Complicated» o «Sk8er boi». Está claro que le ha llegado una madurez temprana en el más amplio término de quien se ve más muerta que viva. Este disco es el lento revulsivo de la artista, que quizás no sorprende pero que tiene su miga en unas letras personales y sentimiento vocal.
Miguel Rivera