BERRI TXARRAK – «Denbora da poligrafo bakarra»
Only In Dreams
Puntuación: 9 /10
Da gusto saber que Berri Txarrak, una de las bandas más representativas y punteras del panorama rockero de la actualidad, sigue imponiendo su demoledora personalidad con cada paso discográfico que da. Es importante afrontar su carrera desde esta óptica porque sólo así se puede entender la atemporalidad de cada uno de sus trabajos, todos bien distintos entre sí. Desde su lejano tercer disco Eskuak / Ukabilak (01), la banda de Lekunberri no sólo ha ido ganando adeptos, es que han pasado a ser el espejo sobre las que las nuevas generaciones deben mirarse de manera obligada. Punta de lanza del rock alternativo contemporáneo, cada uno de sus discos posteriores son objeto de análisis y disfrute para el común de los mortales. Libre © (03), Jaio Musika Hil (05), Payola (09) y Haria (11) guardan la esencia del nuevo rock hecho en Euskal Herria y España en el nuevo siglo, así de claro.
1994 fue el año que les vio nacer discretamente, aunque no tardarían en convertirse en los herederos de Fermín Muguruza en el cetro del rock euskaldún, una vez éste se reconvirtió al reggae y el dancehall. Denbora da poligrafo bakarra (14), de reciente publicación, riza el rizo y para celebrar sus 20 largos años de trayectoria, nos ofrece una obra densa, dividida en tres actos, con un total de 20 canciones. Sólo los genios se pueden permitir manejar al oyente, introducirlo por sendas menos transitadas y obligarle a afinar bien el oído para interpretar todo lo que atesora su octavo disco de estudio. Se me viene a la cabeza Standstill, vanguardistas del post-hardcore y el indie, que con Adelante Bonaparte (10) callaron a muchos la boca.
Para el acto de apertura, Sutxakurrak, Berri Txarrak vuelven a contar con Ross Robinson (Korn, Sepultura, At the Drive-In, The Cure…) con quien ya trabajaran en Haria. ¿El resultado? Prácticamente el mismo, sus siete canciones representan el lado más continuista de los navarros, con un aire hard-rock-metalero que hace de temas como Zimelkor, Etsia, Ordaina o Lanbroan, el corte que abre el plástico, una buena colección de temas potentes, con grandes dosis de melodías intimistas.
Más intrigante es el segundo. Helduleku guztiak, producido por Ricky Falkner (Standstill, Lori Meyers, Iván Ferreiro), y en donde podemos descubrir otras siete composiciones con hits como Bigarren Itzala o Lemak, Aingurak, que nos muestran a unos Berri Txarrak desconocidos, que adentrados en sorprendentes terrenos indies, se esfuerzan en recordarnos la mejor de las lecciones. En esto de la música, lo único que importan son las canciones. Da igual cómo las vistas, los prejuicios deben quedar fuera si quieres que tus melodías lleguen a la gente. En esto, Berri se han licenciado con honores.
La esencia de toda la vida de Berri Txarrak hay que encontrarla en el hardcore y el punk, y aquí entra en juego el acto que cierra»Denbora da poligrafo bakarra, Xake-Mate». Trabajado junto a Bill Stevenson (ex batería de los míticos Black Flag, productor de NoFX o Rise Against) y su socio Jason Livemore, es la vertiente más macarra, y para cerrar tan magna obra, se agradece su pegada como si fuera un soplo de aire fresco. El último single que ve la luz, Zerbait Asmatuko Dugu, así lo atestigua. Como Hemen Sukaldarien Herrian, Hitzen Oinarri Ahula… si te descuidas, la ostia te la llevas directa en la boca.
Presente, quién sabe si futuro y pasado se dan de la mano en este disco (o triple EP, aquí se admite el término) sin repetir ni abusar de las fórmulas que han hecho de Berri Txarrak la banda número 1 del s. XXI (saltémonos por un momento a los grandes de nuestro país que gozaron del éxito en los 90). David (ex πLT), Galder (ex Dut, Kuraia) y Gorka, alma indiscutible de la formación, forman una máquina de perfecto engranaje. Escucharlo del tirón se convierte en un esfuerzo sólo para fans desde luego, pero paladearlo poco a poco permite encontrar por un lado una canción para cualquier estado de ánimo que tengamos y por otro, descubrir la compleja personalidad de esta gran banda que con cada trabajo, hace del euskera un idioma más universal.
Rubén González