CAMELLOS

La Riviera, Madrid

13/10/2022

Toda banda madrileña que va creciendo acaba en algún momento dado intentando dar el salto a salas más grandes, y más siendo Camellos una banda valiente, que con su tercer trabajo bajo el brazo “Manual de estilo” del que hablamos hace unos meses con Fernando en el podcast, llegaba el turno para que los de Embajadores dieran definitivamente el paso, decididos, sin miedo y con valor musical.

camellos la riviera

El grupo se ha convertido en toda una referencia del rock canalla actual, ironía, destreza musical, letras divertidas y ácidas y ante todo músculo en directo, ese que pocas formaciones tienen en este momento, lleno de personalidad y desparpajo de los que te hacen sudar, porque la noche en La Riviera fue de dos horas de calor, saltos, golpes y pogos por doquier, donde las sonrisas tanto de público como de banda fueron coprotagonistas de la velada.

Con buena entrada, aunque lejos de llenar, la formación dio el do de pecho y sentó base para seguro, con su siguiente actuación, crecer un poco más porque si del boca a boca también se funciona, la adrenalina y diversión que pudimos vivir servirá para seguir acrecentando su firme paso en el rock nacional.

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Un set list de los que dejan satisfechos a todos, porque sí, manejaron su “Manual de estilo” intercalado con viejos clásicos de sus dos discos anteriores, raciones musicales tanto de “Calle para siempre”, cuyo luminoso ocupó buena parte de fondo de escenario y, por supuesto, “Embajadores”, grupo a pie de calle, la del rock irónico y desenfrenado.

Sorprende la comunión, las numerosas voces y un elenco de músicos que llegaron a ser hasta nueve en escena, con la entrada puntual de saxos y colaboraciones vocales. Dese el primer momento comenzaron a darlo todo, molando “Mazo” y buscando a la “Compañera de piso” necesaria para vivir en una ciudad hostil en cuanto a precios como Madrid, donde subió al escenario Marina. Lo que venía era toda una locura musical en toda regla convertida en “Pesadilla en el hotel” y canallismo de “Cambios de humor”, ese tema que en disco hace sonar incluso mejor Josele Santiago, y es que Camellos prenden la  mecha rockera bebiendo de bandas clásicas como Siniestro Total o los propios Enemigos, pero con una personalidad que ha sentado su propia base de futuro.

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Los pogos se convertían en actor secundario, brazos en alto y golpes sin dejar caer la sonrisa, mientras los saxos volvían a entrar para “Siempre saludaba” y el ritmazo de “Blessed”. Un cancionero perfecto que ejecutar de manera notable en vivo, todos funcionan al unísono, tienen desparpajo y ritmo gracias a unas canciones desenfrenadas y divertidas, que aportan ese sonido tan personal a la banda. Fuerza y diversión con “Caja de pino” y “Gilipollas”, locura desatada con colaboración de Martín de Carolina Durante para hablar de ese domingo que estás en casa y te ves una peli de mierda en la “Tarde de cine” mostrando el llamado “Manual de estilo” que tantas alegrías les está dando.

Y en ese estado de apoteosis y entrega de los cientos de personas reunidas, nos tiramos de los pelos en una recta final que “Suena bien”, nos muestra nuestras “Adicciones” musicales y nos da una alocada hambre con “Arroz con cosas” donde hasta los vecinos follan más que yo, con el canto en alto de Joe Crepúsculo sobre un escenario que era una fiesta.

Y en esa dosis musical alocada nos mostraban a su “Becaria”, trayendo “Café para muy cafeteros” y dejando el listón en alto ante el grito del público con “Que sobrabas”, en esa lección musical que, dos horas antes, comenzaban mostrando una intro de un grupo con todo para seguir creciendo y triunfando. Camellos ofrecía una lección de rock de antaño, entrega, acidez, diversión, conjunción musical y éxito, ese que entonaba una sonrisa por cada espectador que abandonaba una Riviera complacida.

Texto: Miguel Rivera

Fotos: Arturo de Lucas