El Último Pasillo
¿Es Pablo Sánchez uno de los mejores compositores de nuestro país? La respuesta es sí, y ese talento nos ha llevado del sonido alocado y multitudinario de La Raíz, al paso en firme y personal de su inmensa y acogedora Ciudad Jara.
La banda que surgió de las pretensiones más humildes, sinceras y personales del músico de Gandía, apareció quizás en el peor momento para un nuevo proyecto, justo antes de la pandemia.
Independientemente de las circunstancias, su debut «Donde nace el infarto» fue todo un éxito de crítica y público, valedor de quien inicia un nuevo trayecto, arriesgado en el mejor momento de su antigua formación y aceptando un reto que ahora, dos años después, conciertos adaptados en tiempo y forma a lo que dejaban las circunstancias por la COVID-19, se presta más grande, armónica, romántica y profunda si cabe, y eso ya es mucho decir.
De todo hay que sacar lecciones, en el caso de Ciudad Jara, estos dos años han servido para rodarse desde dentro hacia fuera, y el resultado de unos tiempos pausados es «Cinema».
Dos años después llega la segunda entrega para hacer lucir más una propuesta que es ya de lo mejor en tiempos. No todos los días unas canciones como las que aquí encontramos calan tan hondo, con una profundidad pasmosa que acaban emocionando y preguntándome ¿ya? cuando se han sucedido diez temas que vuelven a sonar una y otra vez después en tu cabeza.
Pablo consigue que cada canción respire por sí misma, en un viaje de la mano, con el corazón hinchado y sacando un arte que es el de desnudar la vena de un cantautor tremendo.
Desde los acordes emocionalmente inmensos que maneja «Cerezas y Azahar» en la que Pablo nos lleva por un viaje a un «lugar que atraviesa el corazón de la muralla», una composición como de otros tiempos, con un contenido que pone los pelos de punta mientras escribo.
En «Adiós» encontramos la esencia pura de lo que es Ciudad Jara, versos y musicalidad contenido que va a más, arrastrándonos a un romanticismo lírico e instrumental que es su verdadera magia. En «Cantantes» volvemos a esa esencia de autor, tiempos sosegados, como fueron los tiempos en los que creó estas canciones.
Maneja los cambios muy bien como refleja «Si tú me pidieras», unas guitarras cálidas con cuerpo mientras cuenta su historia como si subiéramos escalones, para explorar un estribillo que acalambra en la sencillez melódica de unos versos mágicos. El toque acústico de voz y guitarra de «Foto con melena» que va ganando grandeza en lo vocal. Un deje que recuerda a la esencia de La Raíz en «Donde dicen que caí» al ritmo vitalista que marca «Maldito escritor», que es un soplo de aire fresco idóneo tras lo emocionante de lo escuchado anteriormente. Belleza y brillo en un tema lleno de luz para manejar «un sueño delirante del que no quiero salir… la vida es solo un instante» para hablar de ese maldito escritor borracho de amor.
Un viaje sin duda inmenso el de un disco con producción excepcional de TatoJames y Santos&Fluren, grabado en la CasaMurada y BlindRecords en Barcelona. Es «Cinema» una película de la que no querrás salir, un álbum necesario entre tanta copia musical o música sin alma, en un momento en el que Pablo saca lo mejor de sí para regarnos el alma donde solo queda agradecerle esta muestra de talento para siempre.
