BELAKO
Autocine Madrid Race
25/06/2020
Nuevas ideas para tiempos extraños. Eso es lo que han debido pensar muchas bandas y promotores ante un año diferente y complicado en lo musical. Con el distanciamiento social como norma básica y la mascarilla, todo lo demás, es decir, festivales y eventos musicales se presentan difíciles de asumir, por lo que conlleva, más en recintos cerrados.
El verano y la «nueva normalidad» llevan a buscar fórmulas de ocio distintas. Los eventos musicales de aforo reducido, con todas las medidas de distanciamiento y sanitarias pertinentes harán que tengamos una etapa estival musical mucho más «alegre» de lo que podíamos pensar hace tan solo algo más de un mes (si nada se tuerce). Ahora vemos propuestas y ciclos en diversas ciudades y, como ya vivimos la pasada semana, espacios como los autocines convertidos en recintos musicales que vivir en el coche.
BELAKO siempre ha sido una banda de generar ideas y contenidos. En plena cuarentena eran los primeros en anunciar una gira de autocines. Madrid, Denia y Getxo sus paradas para el autotour con el que presentar nuevo disco «Plastic drama» que llegará en agosto, grabar documental de la road movie musical y ofrecer, en su propio camión escenario, un directo sorprendente del que su batería Lander nos adelantó detalles aquí
Esa era la idea. Ahora bien, habiendo vivido ya un primer concierto en autocine, la experiencia de hace unos días nos dejó un sabor agridulce. Felicidad por volver a un directo, pero también a una experiencia muy limitada en el tiempo e idea. No es algo a lo que puedas habituarte, es más bien un proyecto que conocer de primeras una vez. Vivir un concierto en el habitáculo de un coche, con el sonido sacado por la radio del mismo, sin movimiento y en una oferta «al aire libre» tramposa, es extraño.
Anunciaban en sus redes Belako que aunque ya se hubieran visto imágenes de directo en autocines, lo suyo poco tendría que ver con ello. No nos engañaban y acertamos en ir, porque si bien hace una semana vivíamos algo más «falso» en el autocine, la experiencia de anoche poco tuvo que ver.
Primeramente, los de Mungia venían con un ‘camión escenario’ lo que de por si venía a significar un directo con escenario y sonido directo. Los coches quedaban en un segundo plano por tanto, con la gente en sillas a las puertas de cada coche, y una terraza delante del escenario con la que, ahora sí, vivir un directo casi como antes.
Sillas y mesas repartidas e incluso hamacas para, respetando la distancia y en tu posición, poder levantarte y vivir de pie un concierto con todas las letras. Un escenario sobre el camión sencillo, para dar valor a lo importante, la música, ahora más que nunca, sin fuegos de artificio el protagonismo se lo llevaban canciones como «Monsyer», «Lungs» o su famosa «Maskenfreiheit», sí, el tema que sonaba en el coche, curiosamente, de la cuarta temporada de la serie La Casa de Papel.
Poco tardaba la gente en levantarse de sus asientos, tanto en terraza como todos aquellos que permanecían al aire libre fuera de sus coches. Quizás desde allí se viera algo lejano el escenario, apoyado eso sí por la pantalla del propio Autocine Madrid Race para retransmitirlo aunque el camión tapara parte del mismo.
Viniendo del primer concierto en autocine sin poder salir del coche y con el sonido por la radio, esto sí que era directo, como si el camión orquesta del pueblo se tratara (más humilde en cuanto a tamaño) pero con la energía y esencia de BELAKO. Emocionados ellos y emocionados nosotros, porque lo que veíamos cuando sonaban «False step», «Nice church» o la nueva y deliciosa «Siréne» era pura emocionalidad en las caras del público. Bailes en el sitio, brazos en alto y alegría en el ambiente, casi festivalero podríamos decir, en una noche con temperatura ambiente calurosa pero agradable.
Nos dejábamos llevar descubriendo cómo suenan los nuevos temas como «Marinela», «Tie me up» o «Profile anxiety» ante una banda que sigue escalando posiciones, que sigue reinventándose y que ingenia cosas como la que nos ocupaba anoche. Lander agradecía el apoyo y el poder volver a estar sobre un escenario en «un directo o yo qué sé». Sí, amigo, un buen directo en una idea loca que nos devolvía de algún modo a la esencia de lo que hace pocos meses era un concierto.
Energía y emoción dominaban nuestras cabezas, imaginando que si ellos tenían los pelos de punta por poder volver a tocar con la que ha caído, nosotros no íbamos a ser menos abajo, dejando llevar nuestras cabezas y pudiendo cantar y gritar de nuevo a base de «Track 6» o la recta final que suponían «Sea of confusion», la coral «The craft» donde la locura nos invadía mascarilla en boca.
Un disfrute abajo y arriba, con Cris emocionada como ella mismo dejaba ver, agradeciendo en todo momento poder subirse a un escenario ante los aplausos del ‘autopúblico’ con un Josu que nos retraía en su vestimenta a los 80’s en plan Rick Astley, todo haciendo un conjunto visual y musical que solo ellos manejan tan bien.
Un final el que nos aguardaba casi épico: se levantaba viento, las lonas laterales se agitaban a medida que metían mayor pulso a su impecable «Over the edge» electrificando el momento, con los gritos y algún claxon para acabar dejando caer una lona superior y quedar de fondo la portada de «Plastic drama». De película musical, nueva genialidad para tiempos distintos.
Poco antes de salir a tocar, me encontraba a Lore y me decía «es hacer esto o no hacer nada, y mejor que haya música». Su directo le daba razón.
Si hace una semana hablaba de los pros y contras de ver un concierto en un autocine la experiencia que ofrece Belako en este autotour poco tiene que ver con esa premisa. Aquí el directo se ve fuera, se disfruta (casi) como antes, con las medidas de seguridad actuales y la responsabilidad acorde a cada uno para, sobre un camión escenario, ofrecer un concierto que anoche hizo posible que tanto ellos como nosotros, volviéramos a algún punto de la antigua normalidad sobre el directo. Épica y emoción que los que asistimos seguro guardaremos como experiencia en nuestro recuerdo. Gracias por hacer posible algo así.
Texto y fotos: Miguel Rivera