SILOÉ + FLORIDABLANCA
11/04/2019
Joy Eslava, Madrid
Bonita noche aunque algo fresca para otro nuevo concierto del ciclo MadTownDaysbyJimBeam y no una cualquiera sino variada gracias los ritmos bailables de FLORIDABLANCA y lo intenso y personal de SILOÉ, una estupenda mezcla para una Joy que se iba a entregar fácil a la causa.
Un jueves por tanto para brindar con el aire fresco y desenfrenado que propone en su primer disco la banda madrileña y, en contraste, que ahí el curioso acierto de la noche, el intimismo y emoción que aporta la música de Adolfo Robles junto a Xavi Road, tándem que no necesita de más para dejarnos con la boca abierta.
Puntualidad marcada para que FLORIDABLANCA hiciera acto de presencia ya con una Joy Eslava llena. Un luminoso con el nombre del grupo y la vestimenta homogénea de chaqueta de luces para todos, para dar el pistoletazo de salida a su fiesta particular.
Y esa fiesta no es otra que la de título homónimo, disco debut que nos regala momentos sobre el escenario para el baile alocado con temas como «Reflejo» o “Buscando el equilibrio” venido directamente de los 80s, los ritmos funky que despierta “Leyendas” ya con el público bien aprendido, contoneándose de adelante a atrás y con una banda que brilla en los tonos más frescos como “Talk, talk”.
Funcionan como un todo, con músico de refuerzo y sabedores de la presencia visual, donde las chaquetas y las luces, de las que hacen muy buen uso, conforman un directo visual que invita a pensar en los tiempos del Fiebre del Sábado Noche. La calidez sexual que despierta la pegadiza “Leyendas” con los coros funcionando y siempre con el doble teclado presente nos invitaban a seguir sudando con los bailes, animados por un Sergio que, en todo momento, representa el movimiento sensual de la banda.
Incluso con un tema de reciente estreno “Arya/Eleven” y uno de los mejores por cierto, su público ya va de calle con ellos. Pura magia que no necesita de mucho, unas flores, un luminoso y la entrega de una banda que disfruta y hace disfrutar, sirviendo de reclamo popular para los festivales de verano. Apúntense donde vayan porque son la clave para los días de bajón y el puntazo para el subidón aunque sea «Solo de madrugada».
Y así, tras la fiesta llegaba el turno del contraste que, curiosamente y al revés que en otras situaciones, nos demostraba que el cambio de ambiente a veces funciona, y dentro del ciclo MadtowndaysbyJimbeam el conjunto de los “Florida” y el sentir de SILOÉ daban como resultado una noche, en lo musical, perfecta.
Adolfo Robles ha dado luz a una aventura musical que con dos discos ya ha hecho mucho ruido, pero le queda lo mejor, que el gran público reconozca su magia en todos los sentidos y eso, llegará, tranquilos. Pocas bandas son capaces, con solo dos miembros, Adolfo y Xavi Road a las programaciones y guitarra, dar un empaque, sentimiento y fuerza visual como ellos dos.
Siloé derrocha talento en lo vocal y compositivo, donde Adolfo centra su mirada en los espectadores, como quien te cuenta una historia a los ojos y eso conecta más aún con su público. La Joy al completo venía a verle porque esas miradas cómplices y las voces entregadas así lo confirmaban.
Es capaz de inundar todo con aires acústicos y apoyos traseros de Xabi para conformar un sonido tan propio como impecable. Una montaña rusa de sensaciones, desde la energía e intensidad con la que abrían “Cerezos” pasando por la templanza de cantautor que maneja en “Daños trágicos” o “El invasor” con su gente acompañando bien alto y con ayudas musicales al saxo por el prestigioso músico Juan Antonio como invitado.
Entre todo ese sentimiento momentos alocados de guitarra de un tipo que contagia con su torrente vocal pero también con sus idas y venidas. Engrandece él solo en la vocal una sala que se abrazaba al silencio para tocarnos hondo con ese sentir acústico de “La verdad”.
Pura humildad y sentimiento, ese que llega al respetable, capaz de entregarse en ritmos más vivos cpara soñar en compañía de Marwan en “Puede ser que la conozcas” porque Siloé vienen de “Castilla” y sin canción sobre Madrid nos regalaban este bonito corte.
Y con esa pasión empalmar con su majestuosa “Atlas” otro de esos temas que calan profundo. Unos acordes y un estilo vocal enérgico y sentimental cuando se necesita. Un foco para ensalzar esa magia que pocos músicos son capaces de envolver de tal manera en una sala. Emocionante.
Y así, llegábamos casi al final, sí, 45 minutos por cada banda se prestan escasos, más cuando suenan canciones de la envergadura y dulzura de “Minas de sal” para contarnos su historia “Tal y como sucedió” y dejar el listón muy alto con locura escénica final entre “La niebla” con la que abrazarnos a él.
Muchos aplausos y la sensación encontrada de haber disfrutado primero del baile ochentero de una banda que tiene mucho que decir en sus formas como Floridablanca para, después, llevarnos a un rincón exquisito de mucho aroma a autor y belleza compositiva como la de Siloé. Y con esas dos luces encontradas, nosotros nos situamos en el medio de una noche tan emocionante como festiva.
