Sony Music
Actualidad y sarcasmo son las señas de identidad de Ángel Stanich, seguramente uno de los mayores talentos musicales de nuestro país. Un retrato del momento, de la actualidad con una ironía cabrona, todo bajo una voz que para algunos amigos de quien escribe estas líneas y ajenos al artista, en su primer contacto preguntan si la «voz es de coña».
De coña podría sonar, pero lo que hay es muy serio, un trabajo sumamente equilibrado, estudiado e intelectual podemos añadir, para un tipo que nunca gusta de hablar con la prensa, ajeno en su mundo y cuyo rostro esconde su barba poblada.
Donde no se esconde Stanich es en sus canciones y aunque ya con dos discos dejó ver su personalidad, con su nueva obra «Polvo de Battiato», Ángel da un gran golpe en la mesa que ya fue anticipando con sus singles para ejecutar seguramente su mejor obra hasta la fecha.
Tras su EP, «Una Visión Global Bastante Aproximada«, en el que nos presentaba cinco grandes temas tras tres años sin música, con Polvo de Battiato, nos descubre su musical ironía en diez temas sin desperdicio.
Es este trabajo un álbum que escuchar en bucle, tanto por su calidad como por su contenido, porque su inteligencia letrística invita a ello, para poder sacar todo su jugo, uno muy ácido que caracteriza a sus composiciones, una aventuras y vivencias de indudable valía.
Todo funciona en un álbum muy estudiado, genialidad pura que ya abre impecable con «La historia no es fácil«, con uno de sus estribillos más contagiosos de su carrera.
Cambia de registro en su oda a la leyenda futbolística de Ronaldo Nazario e Lima en «Nazario»,un tema que tiene un ritmo vibrante, con espíritu optimista y divertido mirando a la época televisiva. «Rey idiota» es pura ironía a los personajes y momentos de la televisión ochentera.
Con «Dos scouts de mierda» mira a las vivencias del campista, cambiando de registro a base de voz y guitarra en una más melanc´ólica «El cariño» buena muestra de su genialidad en todo tipo de tiempos. En «Motel consuelo» se habla de camioneros y cuenta con una base rockera suave que amolda con la genialidad vocal de Nina de Morgan como colaboración. Y en su final «Contigo siempre» la dulzura y composición intimista y psicodélica cierra a lo grande con sentido y sentimiento el disco.
Ángel Stanich es ese genio y figura barbudo, intimista y ácido a su vez, alejado del mundanal ruido mediático para centrarse en sus canciones, cuyo nuevo legado es polvo de estrellas musicales que no dejará a nadie indiferente. Crecimiento prologando.