GRISES – «Talismán»
Cuando escuchas «Talismán» muchas veces descubres que el tiempo de descanso que la banda guipuzcoana GRISES decidió tomarse les ha sentado de manera excepcional. El grupo formado por los hermanos Gaztañaga, Amancay (voz) y Eñaut (voz y guitarra), Alejandro Orbegozo (teclado y sintetizadores), Gartxot Unsain (bajo) y Gaskon Etxeberria (batería) vuelve con un sexto disco comprometido, trabajado, pero ante todo, con una personalidad y cambio digna de aplaudir.
Un descanso que supone también mental, seguro, más teniendo en cuenta el sonido que nos ofrecen en un «Talismán» musical de ocho temas que nos saben a poco dada la calidad de los mismos pero que en conjunto, hacen uno de sus mejores trabajos hasta la fecha, si no el mejor de su carrera.
Los de Zestoa han grabado este sexto disco en los estudios Gaztain, propiedad del propio Eñaut Gaztañaga, quien toma casi en su totalidad el protagonismo en las voces, para un disco muchísimo más directo, facturando algunas de sus canciones más rockeras hasta la fecha, experimentando como siempre, con su toque bailable y de teclados omnipresente pero donde las guitarras y la fuerza en sus estribillos toman mayor protagonismo.
Ese sonido vibrante, alocado, sin prejuicios es algo que dejan presente en su loca «Veneno», es quizás el corte más crudo en la variedad musical que presenta. Estrofas con un ritmo algo desquiciado para ofrecer ese estribillo melódico y de rabia contenida. «Amazonia arde» fue el primer single de adelanto, un corte con ese ritmo que les caracteriza en el golpe de teclados y voces, para ofrecer una letra comprometida con el problema de los incendios en la amazonia, de los muertos en el mar y otros destellos sociales que encontramos en una letra profunda y uno de sus temas más atractivos.
En un año loco, que les hizo retrasar el álbum en pleno confinamiento en marzo hasta ahora, tenemos un cierto reflejo musical del mundo y el amor «No estoy a salvo aquí» que dice: «ahora que el mundo ya no es el mismo, no estoy a salvo aquí», ritmo desenfrenado y explosividad en su contagioso estribillo, con un Eñaut atrapándonos mientras no paramos de bailar y dar saltos bajo su demostración de rock vibrante. «La mitad» es el corte que recupera ese deje Grises tan electrónico y pegadizo que les caracteriza, un tema que sigue experimentando y que es otra de las grandes bazas del álbum, con el juego vocal de Amancay acompañando en las voces.
La velocidad, la energía y el desenfreno de «Talismán» es otra de las joyas de la banda en este trabajazo, en el que también se atreven a ofrecer un corte potentísimo «Galdu arte» en euskera con la voz de Jurgi Ekiza. La emocionalidad que también evocan en sus discos anteriores la encontramos en el bonito «Parte de mí» donde vuelven a tirar de los elementos electrónicos y una base más romántica sin dejar de lado la intensidad. Y para rematar la faena de sus ocho temazos, de su padre y madre, tenemos «Azul» ese corte rock con psicodelia en el que han contado con Víctor Cabezuelo de Rufus T. Firefly al frente. Podría haber sido una colaboración con la que dar empaque pero nada más lejos de la realidad, se trata de una de las mejores piezas de la carrera de Grises, llevándola a un terreno que mezcla su forma de componer con la intensidad, brillo y mundo mágico que aporta la voz y forma reconocible de hacer de Cabezuelo. Una locura mágica en construcción y forma.
Días Grises para dar luz en un momento musical donde los de Zestoa demuestran que el descanso les ha sentado no solo bien, podríamos decir que divino, una especie de «Talismán» musical para arrojar su disco más directo, potente y libre de su carrera. Inmensos.