Vanana Records
Ya está aquí. El esperado disco de Karavana es toda una realidad, y llega tras meses de poner los dientes largos al personal con sus anticipos en forma de singles, con lo que han jugado a la fórmula inteligente y actual de ir brindando buenos temas a sus seguidores para ahora, lanzar su colección completa en un álbum “Muertos en la disco” donde no hay tiempo para la distracción.
En la era de los contenidos fugaces, del click rápido, del fast para todo, Karavana no se andan con prolegómenos ni parafernalia que nos despiste, van a tiro hecho, con unos temas sencillos, pegadizos y letras que pueden rendir tributo a lo cursi por momentos como “Vivaldi” pero que, con el amor y el desamor por bandera, las resacas, las ganas de fiesta y el echar de menos, se marcan una serie de hits sumamente conseguidos.
Un álbum fresco, mucho, porque podemos decir que la banda suena a The Strokes sin medias tintas, véase “Resaca pop” o “Muertos en la disco” con esas guitarras y melodías de los americanos que, sin miedo alguno, suenan a ellos para engancharnos y aplaudirles.
La resaca es infinita porque nos lo cuentan en una canción de «Resaca pop», de las que dicen yo te quiero pero bien lejos, meintras bailamos y nos dejamos llevar por esa resaca que deja pero de la buena para nos salir de nuestra cabeza. El tinte pop brilla en “Fiesta with u” para volver a esos sonidos Strokianos con otro corte de guitarras que beben de lo clásico y actual para forjar un bailoteo musical sin crudeza, con melodía popera para su historia de amor.
Un romance de pista de baile que explota en “Muertos en la disco” diciendo lo que piensan “el indie te consume y te vuelve subnormal” en una crítica a lo que te encuentras por el camino musical.
Y llegamos a otros dos hits, “Madrid”, una declaración de amor a salir por la capital para verte a ti y gritar en alto lo que muchos llevaban tiempo deseando “bailar para olvidar la puta realidad” y mostrar sus maneras en el estribillo de “Que putada”, otro brindis a la fiesta y al recuerdo, en un corte rockero con ínfulas cursilonas en el mejor sentido para hablar de rupturas con musicalidad positiva.
Y sin darte cuenta habrás pasado por unas historias de fiesta, resacas y cantos al amor y desamor casi sin parar de bailar, en unos cortes que beben de la influencia de The Strokes, con melodías contagiosas, tintes pop y letras sencillas, su gran atractivo, porque muchos se verán representados en ellas, todo un acierto para un grupo muy fresco.