Vanana Records
Lo de Karavana no tiene nombre, y es que hay que ser cabrones para ofrecer unas canciones que nos piden gritar, saltar, bailar y apretarnos a golpes o abrazos del éxtasis musical que desprenden.
La joven banda presentó su primer EP en un año tan jodidamente deprimente como 2020, al que ellos supieron darle alas y cerrarlo, en lo musical, con una brisa sonora que hacía tiempo no disfrutábamos tanto. Mientras llega su larga duración, este verano disfrutamos con una nueva ración musical y legado a todas luces convertidas en locurote musical.
No les hace falta más que un sonido fresco, de guitarras eléctricas, estribillos enérgicos, bailables y adictivos, una fiesta que manejan sumamente bien a base de letras incisivas contra los prejuicios dentro de la música.
«Muertos en la Disco» son tres nuevas canciones que abren con ese tema para romper etiquetas, irreverencia en la que apuntan «si te sientes ofendido, esta canción va justo para ti» mientras con un sonido rock revitalizante nos dicen «menos llanto y más follar, el indie te consume y te convierte en subnormal». No quieren etiquetas ni decir que es bueno o no, para que cada uno elija en un mundo que debe ser abierto y plural.
De ese ritmo con intensidad pasamos a «Madrid» donde el gusto por The Strokes sale a relucir en un corte que bien podrían firmar los de Nueva York. Pegada, electrizantes y rápidos con otro estribillo que es buena droga «me gustaría decir que no me mola salir en Madrid, pero me gusta con tal de verte a ti» para cerrar de forma alocada y rabiosamente bailable «necesito bailar para olvidar la puta realidad». No hay más preguntas, señoría.
Locurote bailable que sin tiempo para dar un trago o relajar nos lleva a su final con el que dejarnos con «Resaca pop», ese corte referencial y generacional que sigue esas directrices del anterior, brío y frescura mientras tenemos una resaca de esas que nos dejan de bajón, intentando olvidar y salir del agujero amoroso, para explotar en otra parte central con pegada de esas que dicen «yo te quiero pero bien lejos».
La depresión de la que hablan nos la quitamos con tan solo tres temas, de un pequeño adelanto musical que pondremos en bucle, botón del circulito para que se repitan una y otra vez como una buena resaca, la que nos dejan Fabi, Gonzalo, Emilio y Jaime, pidiendo a gritos más canciones, con las cinturas rotas en un momento en el que el baile está prohibido. Una sobrada musical para iniciar o cerrar la semana, antídoto perfecto para todo momento.
