No es cosa menor que tengamos una banda de las características y calidad musical como THE PRUSSIANS a nivel nacional. La formación mallorquina es uno de esos grupos de talento descomunal y formas diferentes, de esos que, de venir de fuera, ya estarían tocando en todos los festivales.
Un referente para quien le gusta la música en su estilo más cálido, elegante y exquisito. Han ido puliendo sus formas desde Mallorca con los años, en unos comienzos que nos dejaron un primer disco «Mul Mul» con el que empezar a sonar y en 2018 editar una gran obra como «Karma» donde dejaban ver sus nuevas inquietudes musicales, elaboradas con grooves y el estilazo vocal de tinte internacional, Dominic Massó.
Ahora, y habiendo tenido dudas no hace más de un año sobre su futuro como me comentaba Dominic hace justo un año en una entrevista en Madrid, la banda regresa con su tercera obra «Mantra», su paso definitivo y salto de calidad indiscutible.
El álbum, grabado y autoproducido en su estudio Karmarecordspain ha ido precedido de unos cuantos singles, que dejaban ver la evolución musical, un salto importante compositivo de calidad.
Un álbum de nueve cortes que si de un restaurante se tratará, llevaría la distinción de estrella Michelín. La banda se ha visto influenciada por un viaje a la India que marcó a su frontman, lo que ha conllevado en un enriquecimiento musical, instrumental y espiritual a todas luces plausible.
Es este un álbum hipnótico, de categoría e instrumentalmente enriquecedor. Desde la elegante y bien arreglada «Fragile souls», con una variedad sonora hipnótica. La elegancia y calidez vocal de Massó nos atrapa a base de groove alternativo impecable. Tenemos la maravillosa «Make it better» que ya adelantaron y cuyo estribillo es todo ritmo que encandila. «X Song» tiene una elegancia casi obscena, experimentando con sonidos evocadores, pasando por esos elementos de electrónica cálida que acompasa en «Mantra», amén del regalo musical que es «Ride», una de sus mejores composiciones de lejos, volviendo a tirar de pad, beats y fluctuación sonora que es pecado sensual.
Grooves bajo un sueño hipnótico musical que abrazan todas las canciones, con ciertos guiños a la india se dejan ver en «Living dream» amén del viaje espiritual de Dominic. Y aun quedan dos de los mejores regalos, evocadora «If you don’t mind» o el cierre de la grandiosa «Freak show», condimentada en su sonoridad hasta el culmen bajo la elegancia vocal de su líder, con un estribillo que cala con falsete incluido, porque la vida no deja de ser eso ahora, un show friki.
Es este disco desde ya nuestro nuevo «Mantra» musical, una inmensa obra llamada a ser escuchada y, ante todo, a elevar a The Prussians como una de las referencias musicales actuales más notables que, seguro, deberían estar abonadas a los festivales.