Universal Music
Con la de grandes discos con los que cuentan ZOÉ a sus espaldas, se hace complicado enfrentarse a un álbum como “Sonidos de karmática resonancia”. Es desde el título un disco tan trabajado como reflexivo, ese álbum gestado a lo largo de muchos meses, dividido en dos tiempos con motivo de la pandemia que quizá ha servido para profundizar en letras y canciones.
Con esta introducción me pregunto si será este álbum su mejor trabajo hasta la fecha, lo que tengo claro es que la riqueza melódica de sus canciones, amén de la maravillosa voz de León Larregui, junto a la siempre efectiva colección de sonidos, hacen que estemos ante una obra inmensa.
Poco a poco iremos descubriendo lo que esconde un trabajo de diez piezas enriquecedoras, donde su poder melódico contagioso es digno de estudio, desde el toque indie de “Popular”, a lo romántico instrumentalmente hablando de “Karmadame” y su excelso estribillo donde León tira de esos falsetes magistralmente ejecutados, o el regalo del frontman a su hijo en “Tepotztlán” tranquilidad exquisita para reposar. “Velur” es efectista en sus sintes, ese bailable single de anticipo que tiene dejes también ochenteros en uno de los cortes típicamente ZOÉ, lleno de brillo y magia instrumental.
Estilo musical el que despachan en “El duelo” haciendo siempre protagonistas a sus melodías envolventes. “SKR”, que da título al disco, es dimensional, emocionante con León dirigiendo una función de estribillo exquisito, a lo experimental de “Fiebre” de estribillo profundo, hacen que estemos ante una obra de calado intenso.
Craig Silvey consigue una producción de indudable valía, para conformar un álbum mágico, uno de esos trabajos que tiran de melodías contagiosas, aires psicodélicos y canciones en las que resuelven con nota sobresaliente.
Un sonido mágico, característico y más experimentado, para ofrecer algunos de los mejores temas de su carrera, que ya es decir.
