BIFFY CLYRO
26/01/2017
WiZink Center, Madrid
Promotor: Live Nation
Fotos: Javier Bragado
Con los años y con cada disco, BIFFY CLYRO han ido escalando posiciones, y no es para menos, su capacidad de adaptarse y llevar consigo giros estilísticos marcados siempre bajo su propia identidad, hace de ellos un rara avis de lo alternativo.
El trío escocés se ha convertido en una referencia, fuera eran ya unos máquinas en muchos festivales, y el pasado año, tras tiempo desde la última vez, pudimos degustar con pequeñas gotas de su potencia en MadCool. Ahora tocaba el turno de la gira en solitario con «Ellipsis» bajo el brazo, un nuevo disco que vuelve a marcar su personalidad a fuego, en un compendio de canciones diversas de rock a veces épico, otras sentimental y muchas muy directo.
El WiZink Center de Madrid servía para vivir y gozar de esa potencia bajo uno de los mejores escenarios posibles. Abriría la noche FRANK CARTER & THE RATTLESNAKES a quien solo escuchamos de fondo para entrar raudos al espectáculo Clyro.
La formación en directo cuenta con un teclista y un segundo guitarra bastante «tapados», que no sirven más que para añadir esas gotas rock a la de por sí tremenda potencia del trío. Simon Neil sabe como marcar los tiempos, ya sea de forma cálida y acústica o directa y abrumadora en temas como «Wolves of winter» o la magia que desprenden en «Friends and enemies» siempre con guiños a la épica. Los hermanos James (bajo) y Ben (batería) conforman el trío que consigue sumar a su gente, consiguiendo coros magistrales sin espacio para el fallo.
«Biblical» en unos coros y voces al unísono geniales y «God & satan» cuajaban de manera espectacular, todo centrado en el poder vocal de su frontman y la compenetración de unas máquinas alternativas de guerra musical.
Que nos encontremos con clásicos como «Black chandelier» para goce y disfrute combinado con lo más intenso y cercano de «Re-arrange» y «Medicine» deja el claro el sube y baja que supone BIFFY CLYRO donde desprenden esa magia bajo palabras como «increíbles» o «la hostia» que podía escuchar entre el público.
No se apoyan en grandes alardes escénicos, luces poderosas para acompañar al músculo rock de estribillos espectaculares como «In the name of wee man» para disfrute de todos, el debut de «Flammable» en vivo, «That golden rule» con los aplausos enfervorecidos del respetable y «Many of horror» de las que dejan exhausto y con la boca abierta, bajo el coro conjunto de todos.
Bis y ataque final, primero de forma melódica y tranquila con Simon en solitario, poniendo ese toque dulce que maneja a la perfección «Machines» para acabar en lo alto del WiZink con «Animal style» y el toque folk de «Stingin belle». Todo englobado en una fórmula como si de una montaña rusa se tratara, de rock enfervorecido, que demuestra que el trío es una apisonadora, o en canciones de arraigo más meloso.
El conjunto es lo que importa, y en Madrid explicaban con su propuesta, que hayan conseguido crecer a pasos agigantados gracias a una propuesta maravillosa de rock endiabladamente bueno.
Miguel Rivera