DINERO
19/12/2018
Sala El Sol
Como si de los Reyes Magos se tratara DINERO regresaba a la que podríamos definir como su segunda casa, la sala El Sol de Madrid. El cuarteto volvía a un local en el que menos con su último disco «Cero» habían presentado cada álbum en algún momento. De sus inicios y su actualidad hablaría y recordaría después un Sean, que loco de él, ofreció su vena más intimista por momentos durante el concierto mezclado con su habitual desparpajo.
La energía definiría un directo variado, tirando de su gran set list, ese que han ido dando forma con los años, diez ya en 2019 para enganchar a una sala repleta con ganas de comenzar las navidades de la mejor forma posible, con rock en vena. La banda ha demostrado con cada disco, ser una de las formaciones más exquisitas y pegadizas del rock. Mezclados entre la hornada indie, quedándose quizás a medio camino entre el rock y dicha etiqueta, ellos deberían estar por encima de todo eso gracias a la calidad musical que han atesorado siempre.
Había ganas, y se notó de principio a fin, tanto arriba del escenario como abajo, una fiesta que estos «Purasangres» dominan con los tiempos marcados. Un sonido muy limpio para hacer el «Matahari» a base de bien, con actitud y sacar músculo y entrega en «Nada».
Sean, como siempre, divertido, animando al respetable a acompañarles con cada canción, dando las gracias a la banda y sabiendo hacer hincapié en Ekain, quien lleva aguántandole una década con sus subidas y bajadas, ahí es nada con un tipo como Marholm.
«Año cero» metía profundidad y «Lo mismo» activaba a toda la sala de golpe. Mucho feeling y amigos distribuidos por un local repleto para escuchar cortes de la categoría de «Segunda piel» y el subidón de esa carrera que supone hacer del tirón «Trastorno bipolar», el hitazo que es «Cómo, cuándo, quién» y las «Mentiras» de un grupo que, ante todo, es pura sinceridad en su música, como bien refleja su muy desconocido «Orion».
De por medio colaboración de Peto Girón de Playa Cuberris «asustando» con un pequeño amago de «Bailar pegados» de Sergio Dalma con la que se arrancaron. Risas y buen rollo entre los acólitos para poner ese punto intenso que va ganando en enteros con «Bajo cero» y entre todo ese rock musculado la entrega de Sean. Y digo entrega en todos los sentidos, abriendo su corazón, dejando ver un año muy jodido que acaba muy bien y donde quiso reseñar un apoyo total por parte de una chica, ayuda total para recuperarle como persona. Felicidades.
La intimidad de quien ahora hace pequeños shows acústicos nos llevaba a centrar el foco en voz y guitarra en el propio Sean y lo cercano de «Efecto granada» para engancharnos en una recta final en la que, como ya le hemos visto otras veces, baja del escenario en «Saboreal» a tocar con el público. Y forjar un final en los que toca agachar a todo el público para saltar y darlo todo «En invierno» y «Una noche más», que no fue otra noche de Dinero, fue la del subidón, la de la sinceridad y la de felicitar las fiestas a base de rock recuperando la mejor versión de un grupo más grande de lo que piensan algunos.
Un primer regalo de Navidad para los que les siguen de verdad, los que apuestan por el buen rock pegadizo y canciones que, deberían sonar como villancicos rockeros en estas fechas.
Miguel Rivera