GATIBU
13/10/2017
Sala Nazca, Madrid
En ocasiones la gente no sabe lo que se pierde por cerrarse en banda a escuchar música en otras lenguas que lo habitual, el inglés o, en nuestro caso, en español. Pero más allá de eso está la buena música y los grandes grupos, sin importar fronteras linguisticas porque, como la música en sí, se enriquece de eso culturalmente hablando.
Afortunadamente los tiempos han cambiado, y a falta de abrir la mente de algunos, los que escuchan música y buena fuera del rigor del lenguaje encontrarán formaciones que tocan hondo y llegan. Es el euskera realmente rico en lo musical, y grupos como Berri Txarrak o Su Ta Gar han hecho por abrirse fuera de sus fronteras.
Dentro del elenco de grupos de indudable calidad siempre hemos destacado a GATIBU como una formación con una capacidad musical y personalidad arrolladoras. De esos grupos tocados por una varita mágica, capaces de cuajar hits y forjar discos de indudable exquisitez, la misma que destilan sobre el escenario.
Cada vez que se suben a las tablas, el grupo de Gernika demuestra el porqué de su éxito en su tierra. Una banda de años de carrera y grandes trabajos, con canciones de la talla de «Zeu Zeu» o «Bang Bang», capaces de animar al más soso y contagiarte.
Es un portento musical, de trayecto largo, son ya 15 años a la espalda y unos músicos de indudable profesionalidad, bajo el carisma, frenetismo corporal y magia vocal de Alex Sardui, otorgando la personalidad necesaria, expresividad sobresaliente y sello distintivo de un grupo que respira magia y atrapa.
Lo ocurrido en Madrid un año después de su visita, deja constancia de todo lo mencionado con anterioridad. Alex y compañía funcionan como una máquina vitalista y buen rollista que se maneja como pez en el agua. Ver moverse a Alex a base de rock en «Igelak» y con el brío que manejan en el rápido “Nire ondoan bazina” es para verlo.
Disfrutan sobre el escenario y eso se nota desde el primer momento, conllevando que los que estamos frente a ellos lo hagamos también. Una sonrisa eterna la de Alex contoneándose con la misma personalidad que su profunda y melódica voz. La esencia que manejan brilla en medios tiempos in crescendo como “Txanpon bat aldien” haciendo que nuestro cuerpo se mueva al son de sus acordes.
Que Álex nos incite a cantar y movernos con su flow corporal en canciones como “Kalekatue” y la cantada por la sala Nazca “Pailazo” en todo lo alto, solo hace que dibujemos nuestra más poderosa sonrisa en la cara.
La calidad que atesoran sus músicos es digna de mencionar. Haimar maneja con una pulcra elegancia la guitarra en acordes y solos magníficos, capaces de sacar partido como pocos al bajo de Mikel, manejando el rollo funk al estilo de Red Hot Chili Peppers en la estupenda “Urepel”. Porque si GATIBU es tan grande es por ser capaces de que sus canciones respiren rock, funk o baile a partes iguales, sin temor a jugar con sonidos y haciéndolo todo con orden y vitalidad.
Una buena entrada para una fiesta vasca como pocos pueden. El buen rollo que vemos ante nosotros se incendia con sus aplaudidos y conocidos “Gabak zerueri begire” para que Alex vaya a lo suyo con frenetismo bailable. Coros que nos marcamos todos con sus “eoeo” que se convierten en locura en su hitazo “Bang bang” imposible no moverse al son de estribillo que en directo es pura crema.
Y si en el final suenan la maravillosa a la par que pegadiza “Euritan dantzan” solo cabe sudar a base de baile y contoneos. Su temazo de más reciente cuño como “Aske maitte” o “Gora kopak” para dejar el pabellón alto resumen un señor conciertazo.
No podemos más que aplaudir ante la esencia musical, la calidad y magia que atesora GATIBU, un grupo de músicos excepcionales, que viven y contagian su pasión por la música. Si en disco son buenos en directo el flow, el baile y el buen rollo se respiran de principio a fin. Obligación es darlos a conocer, y si no, no sabes que te estás perdiendo.
Miguel Rivera
