LEÓN BENAVENTE
La Riviera, Madrid
15/11/2019
Es otro nivel. LEÓN BENAVENTE es eso y mucho más. La banda que algunos quisieron encasillar en la escena indie unos años atrás, que sonaba en festivales de dicha etiqueta, siempre ha estado fuera de ella marcando su propio camino musical. Ante todo, LEON BENAVENTE es músculo, locura, letras y genialidad escénica, esa que no necesita más que de un telón dorado en su nuevo tour para meterse de lleno en nosotros, como si de un bicho se tratara, y sacudirnos el cuerpo como unos locos.
Es la banda que maneja a la voz el escurridizo Abraham Boba un invento musical de nivel superior, que con su tercer disco “Vamos a volvernos locos” ha hecho santo y seña de su título. Nos hemos vuelto locos todos, o al menos, más de 4000 madrileños dispuestos a entregarse a la “droga” Benaventina llenando por dos noches consecutivas La Riviera.
Sí, es otro nivel, y lo es por muchas razones, todas ellas conjuntadas cuando te dan una cera difícil de describir con la fuerza de “Cuatro monos” que son personas convertidas en unos superhéroes sobre el escenario. Todo suena grueso, mágico y particular “Amo”·es esa fantasía que han conseguido crear en directo, cuya base se sustenta en rock y ritmos electrónicos que se conjuntan con perfección.
“Como la piedra que flota” nos lleva al éxtasis musical con todos moviéndonos a ralentí para explotar nuevamente en otro estribillo lleno de intensidad, para sacudirnos de nuevo con la fuerza de “Se mueve”: Abraham maneja su cuerpo con soltura, unos contoneos particulares para esbozar la figura de un león con su llamativo pelo alborotado y genialidad vocal.
La banda suena musicalmente tan perfecta que es casi obsceno, los cuatro se manejan con inusitado control, desbocado por momentos al son de la energía de un Boba que toca el teclado, baterías electrónicas y se arranca a manejarnos como si fuéramos manada. Nos hace temblar el cuerpo con la belleza de “Mano de santo” junto a Miren Iza en el momento más romántico de su directo.
Lo que viene es pura “crueldad” como regalo, hitazos como “Volando alto”, “Aún no ha salido el sol” y el descontrol de público en “California” pura locura alejada de ese indie al que hacía mención porque ellos no son etiquetables, son animal salvaje en una escena diferente. Como un himno universal actual “Ayer salí” de esos que en directo te crujen. Queda aún dolor generacional “La canción del daño” de contenido profundo y, dos temas para acabar entregados a su alocada aventura “Ser brigada” y “Gloria”: Gritos en alto, pogos, vasos volando, risas y entrega a la droga musical de los Leones.
Con hora y media musical sobre el cuerpo, con el escenario más sencillo pero exquisito y una entrega absoluta, nos damos cuenta de que hemos asistido a un espectáculo diferente, abrumador, impoluto y agresivo como pocos. Con esa sensación, vuelvo al principio de todo: es otro nivel.
Texto: Miguel Rivera
Fotos: Arturo de Lucas
