NATURFEST
26/08/2017
Lo breve si es bueno dos veces bueno. Eso es lo que debían pensar los organizadores del NATURFEST pequeño festival a celebrar en el pueblo El Arenal, muy cerca de Arenas de San Pedro en Ávila. Una de esas iniciativas que toca aplaudir pero de las que dejan alguna lectura.
Sirviendo de base que más bien no tuvimos información alguna en todo el verano del propio festival, únicamente detalles de las bandas participantes e info de las mismas adelantadas tiempo antes, podríamos predecir que mucha cobertura o promoción no iba a tener.
El evento en sí se celebraba en el monte, y cuando digo monte es así, tal cual. Un lugar muy bonito en cuanto a ubicación, que desde el propio El Arenal vemos de frente a lo lejos, perdido en el bosque, y que tras andar unos 15 minutos por una carretera llegas. Un recinto de arena rodeado de campo tan bonito como poco practicable sin una serie de condiciones.
Si decides montar algo de este tipo con cierta idea de continuidad, que no lo sabemos, qué menos que acondicionar luces en el camino, un poco más en el recinto, una posible mini acampada y algo más que una barra gigante para tan poca gente. Y decimos poca gente porque así fue. Seguramente habitantes del pueblo y poco más. Sin promoción, sin atisbo de comunicar y dadas las complicaciones para llegar, con el añadido de que el pueblo más grande como Arenas se encontraba de fiesta, pues las cosas se daban de esta manera.
En cualquier caso toda iniciativa musical es digna de aplaudir, pero si lo acondicionas e intentas darle mayor bombo que lo que es el pueblo, mejor si cabe. Lo que dejó claro Naturfest es la profesionalidad de las bandas, dentro de un buen cartel, y es que las mismas ofrecieron atractivos conciertos con buen sonido a pesar de lo desangelado del recinto.
Con muchísimo espacio y tan poco público da incluso pereza pero aunque haya una persona al frente las bandas deben dejarse la piel, y así fue. VARRY BRAVA aun de día intentaba insulflar algo de fiesta con dicho tema, con su bailable «No gires», la magia de «Oh oui oui» y la festivalera «Chicas». No es fácil tocar de tarde ante tan escaso público (quizás 80 personas) más en un recinto de grandes dimensiones, pero a Oscar y compañía como si nada, «perdiendo» los modales para pasarlo bien, y a tenor de algunas chicas entregadas lo conseguían, pasando como «Fantasmas» con mucho «Flow».
De ahí pasábamos a TREES DIE STANDING y su rock alternativo, que llamaba la atención por su buen gusto y tinte americano como en temas «Nobody is perfect» mientras llegaba algo más de público antes los riffs de la formación.
Con ello y cayendo la noche bajo una temperatura excepcional a pesar de estar rodeados de campo llegaba el turno de DINERO. Sean y compañía a todo meter para hacer bailar y elevar los brazos al ritmo de temazos de su último disco «Bajo cero» o «Una noche más». Sean muy parlante, disfrutando todos de un gran sonido, con chicas delante dejándose llevar con temas como «En invierno» y rompiendo cuellos con «Mata Hari».
Un directo muy directo, valga la redundancia, gran sonido y, aun con poco público, entrega como en cualquier otro en un gran bolo, señores.
Y llegaba el turno de SÔBER otros que no suelen fallar y que reunieron a la «mayor» cantidad de público. El tour de Vulcano continúa y la esencia de los Escobedo, Bernardini y Manu suena tremenda, entrega máxima bajo un sonido potente como ellos. «Vulcano» o su clásico «Loco» son puro rockmetal mientras que «Tic tac» relajaba el ambiente para volver a pedir los cuernos en alto con «Blancanieve».
Despertábamos del «Letargo» de la noche para disfrutar de sus hits «La nube», «Diez años» y «Arrepentido» cantada por las pocas gargantas que habían subido al monte, como las cabras.
Con ello despedíamos por nuestra parte, recorriendo con la única luz del móvil la más absoluta oscuridad de bajada por la carretera hacia el pueblo, algo casi de locos, como la vuelta a Madrid que esperaba en el frente.
NATURFEST como antes decía, ha supuesto una buena iniciativa en lo musical pero algo desesperanzadora en cuanto a promoción y forma de moverlo más allá de lo que supone una especie de «fiesta» musical para el pueblo. Falta de cobertura evidente sin medios pero de buena elección en cuanto a line up, con unos conciertos que en eso sí, dejaron el pabellón alto, aunque fuera para unos pocos que, seguro, disfrutaron.
Miguel Rivera