RURAL ZOMBIES
Sala Moby Dick, Madrid
Dos años después de su primera actuación en Moby Dick la banda de Zestoa RURAL ZOMBIES volvía a dicho lugar tras haber colgado anteriormente dos sold out en Costello. Una recién renovada Moby en la que conocer en vivo «From home to hospital St.» esa segunda obra nuevamente aplaudida de una de las bandas con más proyección.
La formación ha sabido aprovechar para, con su aplaudido primer disco, coger tablas e ir soltándose, adquirir personalidad en los escenarios para insuflar nuevos aires y más peso a las guitarras en un segundo disco que en vivo brilla más aún.
El baile que acompañaba a «Bat» se convierte aquí en una amalgama de oscuridad y fuerza para, en conjunto y mezclando ambos discos, ofrecer unos RURAL ZOMBIES más sólidos y, ante todo, sueltos, algo que nos hizo disfrutar más si cabe.
Buen ambiente en sala para que el quinteto tirara desde el comienzo con su argumentario habitual, magia y calidez musical abriendo in crescendo con «Wanted» y la magia más movida de «Fun-eral» que muestra un final explosivo con una portentosa Julia, que se desmelena, mucho más suelta tras la experiencia adquirida.
«Stones» recuperaba uno de los mejores temas de su debut, evocador y contagioso, que aunque sonando excesivamente alto y saturado nos metía de lleno en su película. Fantasía la que desprendía «Runaway» y el equilibrio musical de indudable calidad que es «Hospital St» con una banda siempre conjuntada, donde Manu, Marcos, Luken y Aratz se apoyan de igual manera para dar salida a la preciosa y cálida voz de Julia.
Así, sueltos, con la capacidad que les dan temas como las contagiosas y embriagadoras «LRRH» y «Home» y el ritmo bailable y bello de «Ethereal» los Rural nos convencían, pero aun quedaba esa ristra que son «Golden», «Whateverest» y, por supuesto, el desenfreno final que es «Shut up» locura máxima para cerrar como se debe. A voz en alto, desparpajo sonoro y conexión total entre los 5, quedándose pequeño el escenario.
Un buen concierto que demuestra el crecimiento tanto sonoro como en presencia visual de la banda, mucho más vibrante con este segundo disco, manejando un set list que mezcla ambos álbumes con un repertorio estupendo. No deja indiferente y hace que bailemos o viajemos por su universo musical con igual tino y brillantez, y eso, aun sin ofrecer el mejor sonido posible esa noche. Rural se gustan y gustan.
Miguel Rivera