19/05/2022, Sala Mon, Madrid
Hay noches musicales en las que la entrega de los asistentes es total, a pesar muchas veces de algunas condiciones, en este caso un calor asfixiante que no era tal en el exterior pero con el que tuvimos que lidiar para salir adelante con unos White Lies que debieron reducir alguna talla de pantalón tras su presentación.
La banda inglesa volvía con nuevo disco a la capital «As I Try Not To Fall Apart» y las ganas por volver a verles se dejaban notar minutos antes de salir a escena con puntualidad inglesa, algo poco habitual en las noches musicales.
Comandados por Tommy Bowen, la formación creaba expectación desde el apagado de luces en un concierto en el que la entrega se mostró desde las primeras notas de «Farewell to the fairground» para, móviles en mano y gritos en alto, intentar grabar y fotografiar el momento.
El cuarteto compuesto por Harry, Jack, Charles y Tommy se metía en el bolsillo a la gente desde los primeros temas, «There goes of our live» y «I am really going to die», locura máxima con saltos mientras las gotas de sudor, algún que otro abanico y expresiones de «sufrimiento» en las caras se mezclaban con las de la ilusión del momento.
No importaba ese calor sofocante porque la gente seguía enloqueciendo con «Hurt my heart» o «Time to give», todo manejado con pulcritud y exactitud inglesa, sin espacio para más que algún «thank you very much» de por medio, del tirón y agradeciendo las muestras de cariño por parte de su vocalista.
El juego visual quedaba en manos de sus músicos, solo acompañados por unos focos principales en la parte trasera y unos led horizontales futuristas para atraparnos en sus ritmos oscuros y bailables que palpábamos en «Is my love is enough» y «Dont want to feel it all»
Por momentos, la voz de Harry se perdía en la sonora instrumentación, algo que perjudicaba a su milimétrico espectáculo, que ganaba enteros de por medio con la magia y ritmo comercial de «Morning in LA» y su hit «Big TV», deudores ellos del sonido de los 80s y ciertas reminiscencias The Killers en su formato épico bailable.
Momento para volver a dirigirse al público para que Harry «atacara» con «Unfinished business» que presentaba como «la canción más especial porque fue nuestro primer single y la razón de que estemos aquí hoy», recibida entre aplausos y pura celebración que nos llevaba hasta su deliciosa «Tokyo», dando protagonismo a un juego de luces lleno de color, en un momento viajero que nos llevaba de su Japón musical a Marte en «I don’t want to go to Mars» para cerrar en lo alto y con el estruendo de los aplausos.
Mini descanso que servía para refrigerarnos, cuando la banda volvía a avanzar sobre el escenario agradeciendo a Madrid su acogida, en una sala casi a reventar y donde Harry pedía el apoyo del público para una recta final en la que la sala se venía abajo de forma literal gracias a «Death», con todo el local saltando, y no exagero, mientras sintetizaban el momento sonoro con «As i try not to fall apart» para dejar en lo alto la situación gracias a su oscuro cierre «Bigger than us», con los cuatro frente al respetable dejándose querer en la despedida.
Un «hasta otra» hora y media después de su comienzo que dejaba un gran sabor de boca, donde echamos en falta más protagonismo vocal perdido a veces entre la instrumentación pero que, con elegancia inglesa, White Lies firmaba una velada para una banda que seguirá sumando gracias al boca a boca en futuras visitas.
Texto: Miguel Rivera
Fotos: Javier García