DESAKATO – «La miel de las flores muertas»
El regreso de DESAKATO no podía llegar en momento de mayor incertidumbre pero, a su vez, en un momento idóneo para poder disfrutar como merece de cada canción de «La miel de las flores muertas». Otro paso adelanto de la formación asturiana, siempre inquietos y dando o mejor de sí mismos, con una pequeña evolución en cada disco que aquí es más notable sin abandonar ni de lejos sus raíces.
La formación, junto a Manuel Cabezalí ha conseguido una producción de categoría buscando además mezclar todas sus influencias y yendo un paso más allá para seguir siendo ellos pero buscando destacar más si cabe. La banda se ha convertido en uno un referente del rock nacional y no cabe duda que seguirán siéndolo con su nueva aportación.
Un disco sumamente completo, con temas certeros como el que abre «Apátridas» de unicio suave y melódico para romper en su entrada vocal, con ese juego habitual de Pablo y Pepo, que les hacen únicos. Intensidad rockera de estructura contundente «Hipnotizados», con la sensibilidad que aporta ese contraste entre la dureza de Pepo y la mayor suavidad de Pablo. Desgarro vocal el que ofrecen en el rock de «Nuestro legado» «volvemos a caer en un mundo acabado», con el estilo punk rock que tan bien les conocemos como hacen estallar en su pegadizo estribillo. De lo mejorcito del álbum.
Guitarra y baterías en contraste, en un corte de riffs genial con la crudeza de Pepo nuevamente manejando un corte punkero y enérgico en «Elegante entierro» y de mucho postureo musica, impecable. «L’Estrueldu» ofrece su homenaje habitual al asturiano, muy pegadiza y de nuevo en contraste vocal y partes más cañeras y suaves. «La tierra prometida» deja el protagonismo a Pablo, en otro de esos temas más intensos y profundos en lo musical como «En la cabaña» de Antártida. La línea de guitarras suaves y pegadizas bajo un principio y final calcado. La banda sigue demostrando se mueve igual de bien en las tesituras más duras como en las suaves.
En «Nueva religión», single que anticiparon, demuestran su vena más rockera, con una crítica a la sociedad actual en cuanto a la tecnología y comunicación. Una de las más pegadizas, contundente y de estribillo majestuosos, con una letra de la que tomar mucha nota que se clava a ritmo de un punk rock de estilo más sueco. «La colmena» es la rabia e identificable estilo de guitarras de la banda, mientras que «Hijo de puta» es reivindicación.
Y con «Sombras», cuya letra melancólica vuelve a brillar, es Pablo quien toma mayor protagonismo, con ese inicio vocal y de guitarra que tan bien le conocemos y que ofrece la intensidad que manejan con tanta soltura siempre.
«La miel de las flores muertas» es, sin duda, uno de los discos más abiertos y exquisitos de la formación asturiana, un nuevo paso al frente en cuanto a canciones y producción que no hace más que sentar base, aún mayor, para una de las mejores bandas del país.
