DESAKATO
21/11/2019
La Riviera, Madrid
El trabajo y la constancia han derivado en el éxito y reconocimiento de una de las mejores bandas de rock de los últimos años. DESAKATO ha demostrado, pelándose el culo sobre los escenarios, que se puede, y lo ha hecho con una identidad y personalidad desbordante, a dos voces, tirando de rock contundente y muy melódico, bajo una base musical propia y reconocible.
Han desatado huracanes en directo y les ha valido para ir sumando adeptos, amén de grandes trabajos, cuyo EP “Antártida” servía de excusa para seguir avanzando, con el boca oído como ayuda de quien les ve y se sorprende. Santo y seña del escenario metalero de Viña Rock donde no han hecho más que forjar un poco más su historia, para volar en la capital y dar el salto tras varios llenos en Penélope.
Madrid se les ha quedado pequeña, al menos en su salto mortal, una Riviera para cuya noche del viernes agotaban meses atrás lanzando una segunda fecha el día anterior, ese que nos movía para degustar su potente directo, que se aprovecha ahora de un set list tan completo y sólido como su fórmula escénica. Focos y agresividad musical, un huracán sonoro que vuelve loco al respetable.
Un “Humo negro” que levantaba los primeros brazos, haciendo volar vasos hacia el escenario y desatando pogos desde un inicio con la potencia de “Octubres rotos”. Pepo comenzaba a hacer de las suyas bajando y subiéndose sobre el público para derrochar voz y energía mientras Pablo y compañía en lo alto lideraban la función con las “Trompetes de Xericó” buscando sangre como si fueran “Animales hambrientos”.
El público entregado de principio a fin, golpes, saltos, gente sobre los hombros en lo alto para rendir tributo a una banda capaz de hacer tocar a su backliners como reconocimiento del mucho trabajo que hay tras un grupo. Los de Llanera no hacen más que crecer en presencia con los minutos, muestra de ello la ejecución notable y entrega en cortes de la potencia de “combustión” y la feroz “La cura” uno de los temas más alocados y agresivos del directo.
Todo funciona, las dos voces, la ejecución instrumental y la rabia que desprenden con la química que público y los de Llanera consiguen. No es “Tiempo de cobardes” porque estos asturianos son sumamente “Salvajes” cuando quieren pero sabiendo demostrar que pueden sonar sumamente melódicos y contenidos por momentos como en su majestuosa “Cada vez”, donde podríamos decir que nos encontrábamos en el frenopático. De por medio, hits como la intensa “Tu Avalancha” y “Pánico en Frankfurt” impecable y con el público entregado a su causa.
Ciclón sonoro para un Pepo que, como si estuviera poseído, sirve de líder vocal para manejar al respetable, mientras Pablo pone el punto más melódico para aderezar ese juego vocal al que hacía referencia y que pocas bandas nacionales consiguen cohesionar como ellos. Y en ese apoteosis llegábamos a la recta final que enloquecería La Riviera, “La tormenta”, “Cuando salga el sol” para hacer brillar móviles intentando captar el momento dejando las “Heridas abiertas” en un final que cicatrizará en unos días, cuando despertemos de la apoteosis musical de una banda que, con un largo recorrido, está en estos momentos en el sitio merecido, el del aplauso y reconocimiento. Brutal.
Texto: Miguel Rivera
Fotos: Arturo de Lucas