Un viejo año termina y uno nuevo está a punto de comenzar y como en todo, 2022 nos ha dejado mucha música, alguna de ella digna de recuperar en los habituales repasos discográficos en donde el rock ha tenido mucho que decir, a pesar del empuje de los sonidos urbanos.
Nos despedimos del año con diez grandes discos de rock de 2022 aunque dejemos otros muchos por el camino (que no olvidados).
Nickelback: ‘Get rollin’ (BMG)
Algunos pensarán que los canadienses ya vivieron su momento de gracia, y podría ser hasta que, cinco años después de su enérgica última obra, nos vuelven a enganchar con su fórmula en ‘Get rollin». La banda de Chad Kroeger se maneja como pez en el agua en los temas más contundentes como el anticipo «San Quentin» o «Skinny little missy» con guitarras de mucho peso, pero también en su fórmula de medios tiempos de indudable valía como «Those days» hablando de los tiempos pasados u «Horizon», temas mainstream en los que son únicos, todo hay que decirlo.
Avril Lavigne: ‘Love sux’ (Warner)
Va de canadienses y es que la reina del pop-punk de los 2000, Avril Lavigne. volvía a comienzos de año recuperando la actitud de una veinteañera rebelde en su última obra, «Love sux». Una faceta mucho más rockera que su anterior obra de redención tras su enfermedad para afrontar ahora un nuevo camino rockero rodeada de estrellas en esto, Machine Gun Kelly, Travis Barker o Mark Hoppus. Algunas de sus mejores canciones en un 2022 en el que ha soplado las velas de su disco debut, «Let go»
Bad Omens: ‘The death of peace of mind’ (Sumerian Records)
La banda estadounidense de metalcore transforma su sonido hacia lo alternativo en su último disco «The death of peace of mind». Adornados por elementos electrónicos, el grupo juega a lo emocional, moderno y agresivo en cortes como «Nowhere to go» para tirar de lo melodramático en su sonido en «Take me first». Excitantes e intensas melodías lentas como la del título del disco se mezclan con riffs y piezas más agresivas en un sonido más nu metal como «Like a villain», todo bajo el gran trabajo vocal y sufrido de Noah Sebastian que explota en estribillos increíblemente adictivos.
Megadeth: ‘The Sick, The Dying… And The Dead!‘ (Universal)
La banda de Dave Mustaine lleva décadas haciendo bien su trabajo, solo flaqueando con algún titubeo alternativo a finales de los 90 como ya le ocurriera a Metallica en los tiempos de «Load». El resto de su discografía ha brillado en todo momento a gran altura y sus últimos legados, aplaudidos y premiados como «Dystopia» y ahora «The sick, the dying… and the dead!« premian a una banda nada conformista y capaz de ofrecer inmensas canciones de speed metal aun hoy como «Killing time» o «Mission to mars» que recuerda los tiempos de «Countdown to extinction» o «Youthanasia». Gracias, Dave.
Arctic Monkeys: ‘The car’
«Estos no son Arctic Monkeys» puede ser la frase repetida por muchos que puede ser cierta, pero aceptando pulpo como animal de compañía, Alex Turner y compañía se han sacado un trabajo de indudable calidad musical. En «The car» manejan un estilo crooner mucho más asentado y refinado que su predecesor con algunas de sus mejores canciones y un brillo sensual que pocos pueden ofrecer a día de hoy. Turner nos enamora en un pasaje musical romántico, profundo y clásico a partes iguales. Un ejercicio sonoro inmenso, no apto para todos los públicos ni para cualquier momento pero del que no podemos más que aplaudir.
Lava Fizz: ‘Lifelines’ (BMG)
La banda mallorquina alternativo conseguía un álbum redondo con «Lifelines». Refinado estilo melódico, guitarras, atmósferas que rezuman sentimiento con teclados y estribillos que calan hondo. Un trabajo sumamente internacional en el que todo encaja, nada sobra y deja un regusto de gran banda en su camino.
Maryland: ‘Cataratas del paraíso’ (Subterfuge records)
Seguramente, en el género alternativo Maryland ha construido el mejor disco nacional del año, o al menos, muy cerca de ello se ha quedado, lo que está claro es que es su obra más sólida hasta la fecha y ya es decir, porque los gallegos se superan con cada trabajo. Miran al sonido de los 90 para pulir un disco que podría haber tirado por el power pop fácil pero que aderezan con melodías contagiosas pero inteligentemente elaboradas, amén de una voz melancólica y calidez instrumental, la que manejan en hits como la aguerrida «Volver a nacer». Maravillosos.
Lamiak: ‘Itzalak, Argiak’ (Autoeditado)
La banda donostiarra Lamiak sorprendía con un contundente segundo disco. «Itzalak, argiak» basa su sonido en guitarras suculentas, una gran voz y un sonido alternativo directo, que se apoya en temas frenéticos como «Kaioletan loreak», dejes distorsionados de «Bigarren mundu bat» a ritmos melódicos muy Berri como «Orbainik ez» banda de la que beben mucho para bien.
Sexy Zebras: ‘Calle Liberación’ (Autoeditado)
Para quien escribe estas líneas, Sexy Zebras han lanzado el mejor disco del año de rock en castellano: ‘Calle Liberación’. Lo es por muchas razones, porque todas sus canciones brillan al mismo nivel, porque han superado una etapa para lanzar de lejos su disco más serio hasta el momento y tercero porque manejan los tiempos igual de bien, tanto en cortes vivos como «Nena», pasando por el rock más canalla de «Jaleo» pasando por una balada de otro planeta «Marte», capaz de erizarte para terminar como una peli de Tarantino, lenta pero inmensa «Águila negra» con olor a desierto. Tremendo ejercicio de superación, redención y renacimiento.
Menta: ‘Un momento extraño’ (Sonido Muchacho)
La joven banda madrileña Menta nos sorprendía ya con varios singles de adelanto, pero ha sido con su debut «Un momento extraño» cuando han dejado claro su potencial. Los males de la juventud, crisis existenciales y los problemas del día a día para profundizar en un disco donde las guitarras se elevan y no quedan como mera comparsa habitual en la escena indie. La voz de Meji lo cubre todo de fuerza, rabia y contundencia para ofrecer un disco de rock actual y generacional del que entras y no sales. Mucho potencial y cosas que decir.