DINERO
21/04/2017
La música tiene estas cosas. En un momento en el que la etiqueta indie lo envuelve todo y encumbra, en muchas ocasiones, a quien no lo merece, DINERO ha forjado su camino en paralelo a todo eso pero excelsa en calidad.
Quizás el rumbo de la formación ha sido otro, deudores del sonido Foo Fighters con el toque nacional, la formación liderada con mano firme por Sean y Ekain ha sabido salir adelante a pesar de ciertas vicisitudes.
Por todos conocidos los cambios internos, la nueva incorporación de un segundo guitarra conformándose como cuarteto con Juan y Alain, la formación sufrió con su disco DNR un cierto parón que nos lleva ahora, tres años después, a reencontrarnos con ellos.
Quizás algunos hayan perdido el rastro pero han seguido ahí, en la sombra, cuajando su nuevo asalto sonoro. “Cero” es ese destello de salto al vacío, de rumbo novedoso, donde los sintes y diversidad quizás engañen, pero no debemos dejarnos. En unas cuantas escuchas vemos que estamos ante esos DINERO de brazo firme pero gustosos de ofrecer nuevas vías con sus siempre musculados estribillos, lleno de brío y magia comercial.
La Joy Eslava quizás se prestaba algo ambiciosa para quien lleva tanto tiempo parado. Parece que, aun así, sus seguidores siguen ahí y que, poco a poco, seguro harán más y más ruido.
La fuerza de la banda no tiene parangón cuando suenan temas como “Año cero” y «Mata hari”. Sean lidera al frente un cuarteto secundado de manera heróica por nuestro Thor particular, un Ekain que envuelto en muchos proyectos, sigue siendo la otra cabeza pensante de DINERO.
Juan y Alain ofrecen mayor rigor si cabe en el escenario, aportando más músculo musical al de por sí poderoso repertorio. Sean se deja el alma en cada tema, canciones de mucho gancho pero energía que acalora “Dinamita”, “Purasangres” o “Nada”.
Pero la banda se maneja sumamente bien y con acierto en sus temas más “blandos” como “Jaque mate” o “Tan real” ese precioso corte para el que Elsa, hermana de Sean sube a escena a aportar un granito de arena dulce.
Don Sean siempre suda la camiseta, más bien la empapa, arrojando su garganta y casi la vida, sabiendo bajar del escenario a cantar con el público o pedir los coros en “Cómo cuándo quién” y “Saboreal” esos temas que miran ya a los festivales donde asistirán.
Que temas como “Armas sin filo” o “Una noche más” de facilón estribillo pero conexión total con su público de los comienzos, suenan más que bien en su variado contenido en vivo.
Y cómo no, esperando a que la sala se viniera arriba “En invierno” tema para el que nos harían agachar a todos esperando el salto final con su explosivo estribillo.
Un directo lleno de energía y potencia, esa que siempre ha mostrado sin miedo de no llegar a más público, fieles a sus ideas, aun con un disco diferente pero lleno de calidad. Aquí se olvidaron de cualquier amago de sintes para forjar a base de guitarras, bajo y batería un potente concierto.
Como decía, las cosas de la música hacen que bandas de grandísima calidad como ellos se oculten de alguna manera un poco más en la sombra, agazapados esperando el salto definitivo. Lo que está claro es que, tanto en disco pero especialmente en directo, DINERO es otro nivel, mucho mayor de lo que estamos acostumbrados en muchas ocasiones. Un ciclón que en parte vuelve de “Cero” con un rock casi de estadio.
Miguel Rivera