CALIDAD HUMANA
Tamar Novas es de esas personas con las que hablas, y cuando llevas un rato con él, te das cuenta que podría ser perfectamente uno de tus mejores amigos. Sincero, de buen trato, cálido y de agradable conversación. Así es el Roque de Fariña, un actor con un Goya a las espaldas y mucho trabajo de por medio. Un afortunado como dice, ya que 2019 parece viene con mucho más trabajo si cabe. Merecido todo ello, un gran actor y buena persona, de la que quisimos saber más cara a cara. Simpatía y total entrega para reunirnos en el Gran Hotel Inglés de Madrid donde pudimos conocer mejor lo que piensa sobre cine y mucho más.
¿Quién es Tamar Novas?
Es una pregunta difícil, pero una de las cosas que me gusta pensar en este caso es que soy una persona que tiene mucha suerte por la gente que me rodea. Soy afortunado por las personas que me he ido encontrando, y eso ha ido haciéndome como persona. Soy muy curioso, y de alguna manera la suerte me ha acompañado por quien tengo cerca, tanto en lo personal como en lo profesional.
Creo que todo eso funciona como espejo y te va modificando, eso es lo que más me gusta rescatar porque es algo que me define.
¿Afortunado por poder trabajar?
Totalmente. Es un lujo, aunque no debería serlo pero poder trabajar y vivir de esto con un 90% de paro en el sector pues es duro. Tengo amigos músicos, sector en el también es muy difícil salir y vivir de ello. Tengo mucha suerte por tanto, con la oportunidad de hacer ahora una serie «Alta mar» con un gran equipo de gente y también estaré en el Centro Dramático Nacional de Madrid. Ahora me voy de vacaciones unos días y te vas con cierta tranquilidad, sabiendo que tienes trabajo a la vuelta.
¿Te vas a tomar las uvas tranquilo?
Sí, aunque siempre se piden cosas al año nuevo y yo soy muy supersticioso, pero es verdad que lo afronto con seguridad teniendo proyectos de futuro, eso me relaja mucho.
Fariña ha sido un éxito, ¿qué te ha reportado a ti?
Aparte de que es verdad que ha tenido gran éxito de público y de crítica y que sientes que estás en un sitio con visibilidad, a mi personalmente me entusiasma poder estar ahí. Porque en este curro estar en algo de lo que serías espectador es muy difícil, es una cosa que llevo pensando tiempo. Yo muchas veces pienso lo de trabajar en algo que yo vería, y en el caso de Fariña es un sí rotundo. Ese es el mayor éxito y orgullo, algo que va a quedar y para mi contra pronóstico. No es que no confiara pero ha funcionado en todos los sentidos y eso es muy difícil.
Fariña es puro cine, las series nacionales ahora son muy potentes.
No soy muy experto en la evolución de las series en estos años, pero es verdad que yo no veía diferencia entre estar rodando una película y estar rodando Fariña. Creo que ha habido un salto de calidad, se ha arriesgado también. Todo tiene que ver mucho con la historia que cuenta, y Fariña tiene una historia muy buena, y la gente máxima responsable del proyecto lo conocía muy bien todo, sabiendo que se la jugaban. Cuando sabes de qué estás hablando y tienes el equipo adecuado para contarlo tienes la mayor garantía, porque si tienes interés en lo que cuentas se contagia todo en el rodaje, con muchas horas de curro, escenarios naturales, condiciones duras, pero donde estábamos todos muy a gusto.
Esta serie para mi tiene actores igual para algunos no tan conocidos pero que para mi son los Robert Deniro o Al Pacino de aquí.
Qué Netflix saque proyectos así, significa más aún.
Fariña ha entrado en una distribución pero ha funcionado por el boca a boca, en España además tuvo el asunto del secuestro del libro, que sirvió por otra parte de promoción inesperada.
¿Se hacen amigos de verdad en el cine?
Yo tengo mis amigos de siempre, los de la la infancia en Santiago de Compostela, la Facultad también, que los eliges o al menos yo y luego hay amigos diversos. Yo tengo algún colega que en mi día a día está, como Pablo Seijas que es como mi hermano, y hablamos a diario y ahora vive al lado, nos hemos encontrado en Madrid nuevamente. Javi Rey o Fran Larey los que hacíamos la ROS en Fariña (Oli, Roque y Sito) hemos hecho buena piña, o el propio director Carlos Sedes.
Con Javier Rey por ejemplo lo he pasado genial y tengo una anécdota que he contado cuando estábamos rodando. Cuando nos llamaron para las pruebas de Fariña, se lo comenté y él se ofreció a ayudarme a hacer la prueba, a rodar la prueba en casa y mandarla. Es un tipo con una generosidad enorme.
¿Qué aprendes haciendo una serie como ésta?
Cuando estás en un proyecto que más allá de las individualidades pone el foco en lo que se cuenta, te crea una relajación de no tener que destacar, aprendes más. Creo que lo mejor de un trabajo es que empiezas y al cabo del día te ha llevado por algún motivo a otro lado en el que no habías estado. Eso me ha pasado a mi, hay cosas que veo en pantalla que han surgido por lo que se ha creado dentro.
Yo por ejemplo he cogido el coche y viajado a zonas donde esto ocurrió para empaparme, y hablar con la gente, una excusa para meterme en la historia, era un buen momento para hacerlo, porque hay testimonios muy cercanos. Había leído el libro de Nacho antes, pero ir a localizaciones donde ocurrieron cosas es un lujo.
¿Tenemos un problema como sociedad cuando se retira un libro como Fariña o se juzga a humoristas por chistes más o menos afortunados?
Lo del libro me pareció una anomalía rarísima y eso que a nosotros nos vino muy bien como promoción, estar de actualidad ayudó a la serie. Lo que está pasando con el tema de la comedia se me escapa del razonamiento. Creo que la comedia es más poderosa de lo que pensamos a veces y hay gente que se da cuenta y va a degüello a por ello, porque creo que contar algo con comedia es de verdad muy efectivo y cuando ocurre eso se ve van a por ello, porque puede iluminar a la gente. Cuando la comedia se toma tan en serio y de esta manera es cuando me parece peligroso.
¿Qué uso das a las redes sociales?
Yo un poco de ocio, también por trabajo, lo vinculo. Creo que está muy bien pero no me considero adicto, aunque al móvil sí que ocupa un espacio brutal. Es más, yo me he puesto un limitador para no pasar más de ciertas horas en las redes.
Como actor, ¿ayuda según los seguidores?
Sí que es verdad que se dice que hay alguna producción en tema castings que igual piden que tengas por ejemplo más de 20000 seguidores. Yo no entro mucho si es una locura o no porque si lo piden por algo será. Hay veces que hay trabajos que da igual un actor u otro pero quizás en otros lo que buscan más es eso, que tenga un buen seguimiento en redes. A mi de primeras no me atrae que un actor tenga más o menos followers, es más, muchas veces es al contrario, me llama más alguien poco conocido porque hay un lugar ahí que te da para conocerlo tu mismo. De todos modos, es algo bastante reciente y no sabemos hacia dónde irá la cosa.
Nivel de popularidad, ¿te paran por la calle?
Yo puedo decir que vivo tranquilo. Es cierto que con Fariña en Galicia si hubo cierto fenómeno fan, la tele es la hostia al final, más en capítulos continuados, pero va por rachas. Yo soy bastante tímido y si se crea mucha historia sobre mi, lo paso un poquito mal, pero son cosas que vienen con el cargo.
¿Has tenido momentos incómodos?
Sí, pero más cuando no entendía de qué iba esto. Con Mar Adentro tuve una historia con prensa del corazón, contando algo en un ambiente de intimidad pero es algo que vas entendiendo. En realidad hay que vivirlo para darse cuenta que se puede pasar mal, pero me ha pasado con gente de alrededor más famosa que te lleva a ver situaciones que ocurren y que te llegan a sorprender.
Entiendo en cualquier caso ambas partes, porque yo también en Nueva York vi a Al Pacino y salí corriendo hacia él, y esa sensación que tuve yo imagino que le ocurre a ciertas personas con otros actores. Es un tema complejo.
En cuanto a tu privacidad, ¿qué me puedes decir?
Yo soy bastante infranqueable en ese sentido, hay que diferenciar el ámbito laboral y el personal. Entiendo que hay gente que no pone esas barreras pero yo ahí sí que separo las cosas. Al principio sí me parecía violento, era un hecho que me hacía plantearme ser actor, con eso te digo todo. Es ir aprendiendo a lidiar con ello.
El roce hace el cariño, quizás por eso actores y actrices acabáis muchas veces juntos.
Yo creo que es algo que se da en muchos trabajos. Ahora hay un montón de aplicaciones para buscar el tipo de pareja con aficiones parecidas. Yo creo que en este tipo de trabajos, donde los rodajes son cortos y muy intensos se dan ciertas peculiaridades, lo más difícil es que la otra persona entienda lo que haces y si se dedica a tu ámbito ayuda a entender muchas cosas, que puedas entenderte mejor. Pero creo que pasará en gente que trabaja de profesor o en la hostelería, por ejemplo. Lo que pasa que en nuestro caso es se mitifica todo más al ser algo más público y estar expuestos a los medios.
Vi en tus redes que te encantó ROMA, la nueva película de Alfonso Cuarón. Primero en cine y luego una semana después en Netflix, ¿vamos hacia ese tipo de fórmula?
Sí, me encantó. Yo creo que ya estamos en ese tipo de fórmula y va a ir a más. Yo soy de los clásicos, me gusta ir al cine. Por ejemplo con Roma le digo a la gente que intente verla en cines, me gusta esa liturgia, igual que hay personas a las que les gusta el vinilo para escuchar música.
¿Las series se están comiendo un poco a las películas?
No lo sé, es verdad que hay muy buenas series, y se ven mucho más ahora que antes. Además antaño estaba el prejuicio de la calidad, que parecía se lo llevaba todo el cine y la televisión estaba peor vista, pero ahora hay series brutales. Creo que es positivo que plataformas y series de televisión tengan tanta calidad.
Los Goya sufren de muchos cambios de presentadores.
Sí, pero es que presentar una gala es muy difícil, hay muchos factores y es muy complicado hacer algo así, yo por lo menos tengo muchísimo respeto por dicho trabajo. Como en todo hay galas mejores y otras peores, o fabulosas como las del «No a la guerra».
Quizás se politizaron demasiado los Goya.
Sí pero todo en esta vida es política, cuando te comportas de una manera es una política que tienes. Yo empatizo más con unos que con otros, por supuesto, pero los extremos no me gustan nada. Ponerse en un bando por estar sin saber muy bien qué hacen en concreto es un problema. El gremio del cine tiene unas peculiaridades que defender y como ciudadano también. Despolitizar no me suena mal, porque el cine no tiene que ser de derechas ni de izquierdas. La gente que manda en el país, los que llevan el timón tienen que interesarse más por la industria si cabe que los propios de la industria, que también. Es lo más inteligente, creo que se están dando cuenta de que es una herramienta, tanto el cine como la televisiónn para generar riqueza, economía en un país. La política debe interesarse más por la cultura, porque se interesa poco.
Planes para 2019.
Alta mar, nueva serie para Netflix, empiezo a ensayar El Jardín de los Cerezos para el Centro Dramático Nacional, para el 8 de febrero en Madrid. En cuanto a cine tengo pendiente de estreno la nueva película de Isabel Coixet llamada Elisa y Marcela y he hecho unas colaboraciones en dos películas, una de ellas de Paco Plaza.
En cuanto a la música, ¿haces tus pinitos?
Más como hobby, es algo a lo que quiero dedicarle más tiempo. Toco la guitarra, estudié piano en el Conservatorio y tengo muchos amigos músicos y a veces colaboro. Es un terreno más a explorar y que formará parte de mi vida como deseo a largo plazo.
Estuviste en Mad Cool.
Sí, porque el festival para mi ya era Pearl Jam aunque también hubo más cosas. Quería verlos hacía muchísimos años, y lo pasé muy bien. A veces tienes la suerte de que te invitan a eventos y festivales porque estás en ciertos niveles de popularidad, ya sabes cómo van estas cosas ligadas.
Una serie y una película que hayan gustado mucho este año que termina.
Pues en cuanto a serie Sharp Objects (Heridas Abiertas) con Amy Adams, me ha encantado, tiene algo muy genuino que me ha atrapado. Y como film ROMA porque está más cercana y te nubla lo anterior, también me ha gustado muchísimo.
¿Habría contenido para un 8 Apellidos Gallegos?
Totalmente, por supuesto que la hay, yo me lo tomaría con muchísimo humor. Los chistes o tienen o no tienen gracia, pero si me ofendo por un chiste me preocupo, me pregunto qué me están tocando ahí para que me moleste, sean más o menos acertados.
Fotos: Arturo de Lucas
