IMPARABLE
No todos los días te encuentras con artistas de la talla de Misterpiro, uno de los jóvenes con más talento del arte visual en España. Este joven madrileño, extremeño de adopción como nos cuenta, está cerca de cumplir 26 años, pero ya es una de las grandes figuras del arte urbano. Reconocido dentro y fuera, ha realizado trabajos por diversos países, algo que como dice «echa de menos en estos tiempos, sin poder viajar».
Piro, como suele llamarle todo el mundo, es un autodidacta como él mismo reconoce, sigue buscándose dada su edad, no sabe bien por dónde irá en el futuro su obra, pero hay tiempo para encontrarse. De momento, trabajo no le falta, incluso en días como los que nos ha tocado vivir. Es cierto que se han caído algunos proyectos, pero también han surgido nuevas oportunidades. Un artista que ha conseguido, gracias a su arte, conectar con muchas marcas, algunas ciertamente conocidas que reclaman su trabajo y al que él pone su particular sello, completamente diferenciador y reconocible.
El color es parte vital en su vida, para una persona que dice ser muy optimista, que ha aprovechado la cuarentena para indagar en su obra y ver por dónde quiere seguir. Son muchos los que durante la misma contactaron para interesarse por su obra, momentos que aprovechó también para estar solo en el estudio, unos tiempos de cierta paz en un circuito de vida que le llevaba a estar liado diariamente, exposiciones, propuestas, eventos… una rueda que no paraba de girar.
Aunque empezó como grafittero, ha ido definiendo y ampliando su obra mucho más allá de lo urbano. Inquieto por naturaleza, reconoce que al ser joven puede seguir explorando su capacidad, caerse y volver a levantarse si es necesario, ruta de aprendizaje para un artista que continúa evolucionando.
Tiene dos grandes proyectos en mente, uno de ellos relacionado con el arte visual y la electrónica y otro con cocineros, de los que nos adelanta cosas. Además, uno de sus últimos trabajos a gran escala ha sido pintar la escalera central de la nueva tienda Levi’s® store de Madrid, situada en la calle Preciados 15, sitio que nos cedieron, donde nos reunimos con él para la sección de Rostros, descubrir el resultado y, por supuesto, conocerle mejor. Disfrutamos del color en mural que escala hacia los pisos superiores y que, seguro, se convierte pronto en todo un photocall de referencia para el que pase por el centro.
La música también forma parte importante de su vida, como refleja uno de sus futuros proyectos, habiendo trabajado también en diseños de portadas de artistas o arte de festivales. Fuente de inspiración y gustos diversos que dice «van del afrobeat a la música de Brasil y Nigeria» música con identidad que ayuda a la hora de crear.
En lo cercano, conocemos a un Piro cercano, que se suelta con los minutos y que habla de su proyecto de vida laboral con ganas, ilusión y muchas ideas, esas que seguro le llevan a seguir creciendo, tanto a nivel general como en redes. Una obra, persona y vida de la que conocemos mucho más. Estás invitado.
Vamos a comenzar definiéndote ¿quién es y cómo es Misterpiro?
No sabría cómo encasillarme ni decir qué tipo de artista soy ahora mismo porque estoy algo así como buscándome todo el rato. Puedo decir que soy un artista multidisciplinar, también urbano aunque no pinto mucho en la calle, por eso no sabría encasillarme. Voy a hacer 26 años, soy extremeño de adopción porque nací en Madrid y me fui a Extremadura porque mi familia es de allí, crecí allí y es donde comencé a pintar grafitti y luego me vine para Madrid a hacer diseño gráfico.
Con 26 años por cumplir, ¿te consideras afortunado de cómo te va todo siendo tan joven?
Muchísimo, la verdad que sí, a veces no me creo cómo ha ocurrido todo. Vine a Madrid a estudiar diseño gráfico en la Universidad Complutense, en aquel entonces nunca pude imaginar que viviría de mi obra. Por otro lado, reconozco que no me apetecía meterme en un Bellas Artes porque ya había hecho bachillerato artístico y llevaba mucho pintando, así que de pronto meterme en una academia y enseñarme ciertas formas no era lo que buscaba, porque siempre he sido una persona muy autodidacta. La carrera la terminé pero podría decir que fui poco a la Uni, y me puse a pintar y a currar, de una exposición saltaba a otra cosa, haciendo mi primer trabajo para una cadena de televisión por una amiga que un tío suyo curraba en la tele. Poco a poco fueron surgiendo nuevas cosas, se fue haciendo más bola y mientras iba terminando la carrera de diseño, y tras eso no volví a agarrar un ordenador nunca. Te puedo decir que me da un poco de pánico la tecnología, llevo como cinco años para comprarme un iPad y nunca me decido.
A tu pregunta, me siento un afortunado de cómo me ha ido todo, de poder dedicarme al 100% a esto. Vivir en Madrid también ha sido una ventaja y el salir y relacionarme es algo que ha hecho más grande todo, además de constancia y trabajo. Cuando te metes en esta movida te das cuenta que aunque quizás no tan mediáticos, hay muchos artistas de gran nivel.
Ahora soy joven para saber qué haré, me gusta probar, no sé si tiraré hacia el lado de galerías y museos, un arte más convencional, o colaboraciones, cada cosa tiene sus pros y contra, de momento me permito probar cosas, fallar, caerme y volver a levantarme. El que sea más conocido ha dependido también de haber hecho cosas con marcas, que te da más nombre a nivel de medios y público, también por las redes, pero luego pienso que igual no me dura tanto tiempo, o que dentro de unos años no me gusta tanto, así que me estoy buscando todo el rato.
Habiendo cursado una carrera de diseño, de no haberla cursado, ¿crees que hubiera cambiado tu vida?
Lo que sé es que me llevé muchos colegas, de los que mantengo unos cuantos que son muy amigos Fue un poco tocar partes que no sabía, quizás para complementar mi obra, pero luego pensé que con la gente tan buena que hay en diseño y haciendo 3D, sería bueno rodearse de un gran equipo, pero yo tengo muy poca paciencia, así que no me meto en eso ahora ni de coña.
Siendo veinteañero me llama la atención que no te guste la tecnología, pero imagino que Instagram te ha ayudado a conseguir trabajos.
Mira, llevo medio año ya sin whats app (risas), pero sí, es cierto que ayuda mucho tener un perfil. Yo me he rodeado de gente más mayor que yo, como Okuda, y antes los veía en Madrid todo el rato en revistas de arte urbano, que era donde veía lo que habían hecho. En estos tiempos el modelo ha cambiado, es verdad que sin IG sería todo muy distinto. También tienes artistas sin redes en circuitos más convencionales de galerías de arte, pero para colaboraciones con marcas como yo o para pintar en la calle Instagram ayuda y surgen colaboraciones. Es el único perfil que tengo, era reacio hasta para hacerme la web pero insistieron en que debía hacerme una para promocionarme pero tampoco la tengo muy actualizada. Sin duda IG es mega fundamental para mi.
¿Cómo es trabajar con marcas?
Pues bien, lo bueno es que me llegan cosas muy guays y las que no me gustan tanto siempre puedo no aceptarlas, pero las que he hecho siempre ha sido porque me ha gustado el proyecto y me han dado libertad creativa.
Eres afortunado por tanto de poder elegir proyectos. ¿Cómo surge la colaboración para pintar la pared de la tienda de Levi’s en Madrid (C/Preciados 15) en la que estamos?
Sin duda, antes es verdad que igual aceptabas más cosas porque igual necesitabas. Ahora es distinto, hace no mucho me llegó una propuesta de una marca, cuya idea era guay, el desarrollo y evento también pero la filosofía de marca no me cuadraba mucho y dije que no.
Con Levi’s nunca había hecho nada profesional pero sí tenía relación con ellos de eventos, showrooms de ropa y es una marca que me gusta mucho, tanto a mi como a mi padre. La idea surgió a raíz de la apertura de la tienda, de pintar la escalera central y bueno, tuve mucha libertad creativa, a la que fui aportando ideas sobre el original y me las aceptaron. Íbamos a hacer muchas cosas pero la Covid lo fue frenando, pero estoy muy contento del resultado.
¿Cómo es un día a día en tu vida?
Súper impredecible, pero es verdad que si puedo intento bajar todos los días al estudio aunque sea un ratito, puede incluso que vaya a no hacer nada, a veces no pinto y bajo únicamente con el ordenador a ver las obras que estoy haciendo, pero me gusta esa rutina de ir. En la cuarentena por ejemplo iba religiosamente todas las tardes después de comer, para no volverme loco. Por las mañanas estaba con mi chica porque como es actriz no podía hacer nada y no quería dejarla sola para que tampoco ella se volviera “loca”, pero después aproveché para eso, para marcar una rutina de dos meses de poder ir al estudio, sin trabajos concretos, sin nadie que me llame, sin eventos… Ahora con la normalidad ha vuelto un poco más a la locura, intento marcarme rutinas pero es verdad que un día toca presentar o hacer una obra, ir a ver un mural, un viaje de pronto, alguna colaboración… Hace un año me compré una moto y ha sido lo mejor que he hecho porque he ganado tiempo por todos lados. Intento saber qué voy a hacer de un día para otro pero pensar en una semana es imposible, lo que sí hago es no trabajar nunca los fines de semana, eso hace muchos años que me lo marqué, el curro de estudio lo hago entre semana.
A mi todo esto me ha venido bien, que no hubiera muchos planes estos meses porque yo me lío rápido y me despisto.
El año en sí, ¿te ha dado o te ha quitado más?
El año iba muy bien, es más, tenía que pintar en el MWC para a hacer una cosa muy chula y estaba muy contento, pero empezaron a crearse dudas antes del evento que al final se terminó cayendo. Aquellos días comenzó ya algo de incertidumbre, de pronto tenía lo de Levi’s aquí en la tienda, porque con un asistente pintamos muy rápido por las noches, pero luego surgió un imprevisto que retrasó la apertura y después ya se tuvo que parar por la cuarentena. Tuve algunos proyectos chulos a comienzos, pero de pronto el parón total me llevó un poco al bajón, pero luego empecé a pensar en tener tiempo para mi, que siempre me había quejado de no tenerlo para ir al estudio y siendo autónomo podía aprovechar.
Normalmente recibo uno o dos mails a la semana, y me llama mi ‘repre’ para ventas de obra, pero empecé a recibir un montón de correos de gente que quería ver el catálogo de mi obra, y hablando con amigos artistas les pasaba igual. Luego no vendí tanto pero sí que me funcionó, y seguí creando en el estudio, así que no paré de currar. Al final no ha sido un año normal pero no ha sido malo, quizás echando de menos el viajar y poder salir a pintar fuera de España, pero me ha venido bien para indagar en mi obra y en mi proceso creativo, y ahora pienso volver al estudio, ya que tengo una expo en Madrid en febrero.
En lo personal, con la pandemia, ¿te llega a dar miedo salir?
Pues durante el verano ha sido bastante relajado, y como a Guiomar, mi chica, con los rodajes le hacen PCR todos los lunes, pues tengo mucho respeto y cierto miedo, pero vamos con cuidado. Yo soy muy fan de ponerme las noticias porque lo veo todo como si fuera a acabarse el mundo, me lo tomo con humor, pero al final te puede sobrepasar. En realidad eso, sí voy con cuidado, lo peor ha sido no poder hacer planes, y no verme con la familia y amigos, quizás lo que menos echo de menos es salir de fiesta, pero sí la libertad de hacer cosas y también con los curros, que al final van a medias.
¿Qué significa el color en tu vida?
Pues para mi es libertad, me libera mucho y mira que luego en mi vida normal no voy tan colorido como puedes verme ahora. Soy una persona sencilla, en mi casa tengo mucho color pero simplemente es una vía de escape, de abstraerme de lo que me rodea y de ofrecer una especie de imagen visual positiva, como soy yo, y verlo todo a través de unos ojos en los que pienso que todo el mundo es bueno. Yo cuando curro lo que me gusta es divertirme y ser todo lo libre que puedo en mi trabajo, si me hace feliz y esa obra hace feliz a alguien, genial.
¿Cómo se tomaron tus padres que te dedicaras al arte? ¿Qué consejo le daría a alguien joven que pretenda dedicarse a esto?
Empecé haciendo grafittis a los once años, así que empecé mal (risas) y quizás echo de menos pintar porque sí. La verdad es que nunca tuve problemas, mi padre tenía una nave en mi pueblo y me dejaba ir a pintar, aunque a mi madre al comienzo no le hacía gracia. Yo era un poco el grafitero del pueblo y de pronto me empezaron a llamar para hacer algunos encargos, así que lo comenzaron a ver como “mira, se saca un dinero”. Pero reconozco que pintar, como el teatro, el cine y otras artes, es complicado y siempre crea cierto miedo hacia los padres.
Yo tuve mis dudas al comienzo, pero te lo tienes que creer, ir a tope y apostar por ello, porque si no te lo crees tú, seguro que tus padres menos (risas).
Teniendo una pareja más conocida y aunque te presentas más por tu obra, ¿os llegan a parar por la calle?
Bueno, ahora con la mascarilla poco. A Guiomar alguna vez, sin ser una cosa de locos. El otro día me paró un cirujano en el aeropuerto de Ibiza, yo iba con gafas de sol, un gorro puesto y la mascarilla, no sé cómo me reconoció pero me hizo ilusión y luego en el avión estuvimos hablando un poco de mis cosas, pero no es algo que me suela pasar.
¿Qué proyectos tienes entre manos?
Tengo dos proyectos personales súper tochos en los que llevo trabajando casi dos años y no sé muy bien qué voy a hacer con ellos. Uno lo iba a hacer ahora, y está relacionado con música electrónica y cuadros. Lo voy a realizar con La Causa, unos chicos que tienen aquí una galería en Madrid, llevo tres años trabajando con ellos, quiero hacer una cosa muy inmersiva, asociando cuadros y música. También me ayudará el sello de música electrónica de Fernanda Arrau (United Colors of rythm).
Luego tengo otro proyecto con cocineros, también una experiencia con comida pero no veo el momento de sacarlo, me da ansiedad pensarlo porque he perdido mucho tiempo y pasta, está parado y me da rabia, pero espero recuperar uno de los dos para 2021. A medio plazo también una expo a principios del año que viene, aunque no sé muy bien qué pasará con las ferias de arte porque son en febrero, pero por lo menos puedo currar en el estudio. También estrenaré una campaña que saldrá en enero así que estoy animado. Me pregunto cómo hubiera sido el año de no haber ocurrido todo esto, pero bueno, al menos estoy feliz.
Para cerrar, ¿qué tipo de música sueles escuchar?
Por un lado escucho mucha radio como NTS, Reverberation, Le Melltron, podcast de Dekmantel, Worldwide FM, y sobre artistas escucho Mixcloud y me pongo sesiones de electrónica, productores haciendo mixes como Todh Teri, Habiki Funk, Antal, Palmstrax, Selvagem, GUTS, Hot Pony o Histeric. Con la música urbana y joven no me siento nada identificado, me gusta mucho el rollo disco antiguo y el afrobeat, lo brasileño, sonidos de Nigeria. Podría destacar sellos como Bad Days, Alter Disco, Rush Houe o disco segreta, entre muchos otros. Mientras trabajo siempre escucho música, creo que es muy importante, por eso me mola mucho el proyecto con DJ’s que tengo en mente.
