DIEGO LOSADA

RIGOR Y CONFIANZA

A Diego Losada la vida le sonríe. El ya reputado periodista y presentador de RTVE comenzaba la nueva temporada con un importante cambio laboral, pasando del canal 24h a presentador del Telediario Fin de semana de La 1 junto a Lara Siscar.

El de A Coruña se ha labrado una importante carrera y reconocimiento, desde sus pasos iniciales por la redacción de informativos o programas como La mañana, España Directo junto a las reconocidas sustituciones de Xavier Fortes en La Noche en 24h.

Las campanas sonaban dentro y fuera para un cambio que es un paso más en su carrera laboral, presentar un telediario de fin de semana en el que seguir apostando por la información aportando esa confianza que atesora hacia el espectador.

Es deudor de la audiencia, se reconoce un privilegiado por trabajar en televisión pudiendo comunicar «noticias que gustan y otras que no tanto» para alguien que reconoce no tener ese romanticismo que muchos pueden pensar, ya que en sus comienzos quería ser productor de bandas musicales. Fiel amante de la música y del rock en particular, tiene otra faceta menos conocida, la de músico, como miembro fundador y guitarrista de Durden, banda que compagina en sus ratos libres como «amateur» para ir profesionalizando el asunto, del que pronto conoceremos canciones.

Reconoce la brecha generacional existente con la juventud y los nuevos canales de comunicación, pero se niega a pensar que no sientan interés por la televisión, y en particular por la información de actualidad, donde el Telediario de Fin de semana es un ejemplo «de ver en familia».

Con su paso laboral a los fines de semana, aprovecha y está disfrutando mucho del renacer cultural de Madrid durante la semana. Si le preguntamos sobre las respuestas ya preparadas de los políticos dice que hay que tratar de sacarlos fuera de su «zona aprendida», de las dificultades en los peores momentos de la pandemia o de cómo los espectadores en aquella situación hacían noticia, dando la importancia real del medio público.

Un profesional y una persona muy cercana y divertida con la que en una larga mañana en Madrid, disfrutamos hablando, café en mano y cerveza después, de televisión y vida. Pasen y lean.

Han llegado cambios en tu vida laboral, pasando a presentar el Telediario del fin de semana en TVE con Lara Siscar, ¿en qué momento te encuentras?

Diría que estoy en un momento dulce, muy agradable en lo profesional, es ese tipo de momento en el que me veo echando la vista atrás y pienso cuando me preguntaba a mi mismo dónde me vería dentro de diez años, y en el que diría “me gustaría que la gente me vea como una referencia a la hora de darles una información” que sientan confianza en mi para conocer lo que está pasando.

En ese sentido llegar a un telediario es una aspiración cumplida, especialmente y siempre lo digo, porque es un telediario donde empecé como redactor, y yo creo en los ciclos, en los procesos y evoluciones y en este caso es una progresión matemática lógica. Alguien que entra como aprendiz en una cabecera de un telediario, en este caso del fin de semana y con el mismo horario. Entro desde sociedad y cultura en redacción, y voy conociendo a la vez que voy creciendo con los profesionales de la casa que luego son tus compañeros o quienes te dirigen.

Ahora estoy muy feliz, con horario incluido porque aunque el fin de semana hay que trabarlo, durante la semana estoy disfrutando Madrid, también de A Coruña, de la gran actividad cultural que está volviendo a resurgir y cultivando ese espíritu.

Vienes de redacción, ¿tu fin era dejar el escritorio y ponerte frente a la cámara?

Pues para esa pregunta tengo que echar la vista atrás. Mi historia no es ese romanticismo que dice “siempre he querido ser periodista”, no es mi caso, es más, yo a los 17 años quería ser técnico de sonido para grabar y producir discos de bandas de rock. Estaba en una escuela municipal de música donde ya grabábamos, estuve en los estudios de Asturias donde se grabó el ‘Agila’ de Extremoduro, y en aquel momento que te estás formando yo decía “esto es lo mío”, estuve en Abbey Road en Londres a los 16 años, me encantaba estar en el estudio de grabación y la radio musical. Me gustaba todo eso en mi adolescencia, pero a la par que se construye el Diego periodista también me llamaba mucho la atención la labor de los reporteros. Mi libro fetiche es «Territorio comanche» de Pérez Reverte, todo eso me fascinó, en la Ruta Quetzal pude conocer a gente del equipo y a raíz de ahí se crea el personaje que tenemos a día de hoy.

Metidos ya en tu pregunta, el ponerme delante de la cámara. Yo me meto en comunicación audiovisual sin tener del todo claro qué hacer después, pero sí que me fascinaba la música y la radio, el periodismo televisivo no estaba en ese plan. Pero es cierto que cuando toco la tele y lo que me gusta, el montaje y la realización, que forman parte del cocktail de periodismo en televisión, me subió la llama de la vocación y tuve claro el periodismo televisivo, más allá de salir o no en cámara, porque a veces se interpreta como tele salir en ella, pero no tiene nada que ver.

Pensar en imágenes, en programas, saber si lo entenderá la gente, cómo nos percibirían, imágenes en la cabeza para ponerte en la piel del público, y eso no todo el mundo lo tiene, porque muchos piensan en narrativo, en relato escrito y el pensar en imágenes y sonidos lo vemos ahora en series y documentales en streaming, y es una capacidad que también cuenta y me gusta.

«Hacer un informativo para todas las edades y géneros, en la época de la segmentación, es todo un reto»

¿Hay una brecha generacional a la hora de ponerse frente al telediario?

Pues mira, no sé que´ pasará dentro de unos años pero sí que la brecha generacional existe. Es posible que existiera ya en el pasado, pero ahora encuentra canales y coladas de lava distintas por las que transcurrir. Los chavales ven que tienen elementos que pueden captarles mejor, como las rede sociales o lo que comentabas, Twitch, otras ofertas que antes no había y que consiguen captar esa sensibilidad distinta.

También te digo que no creo en esa ecuación directa de joven en Twitch y no telediario, me resisto a creer en eso. Parece decir que los adolescentes no leen libros sin dibujos, al final es compatible que un joven vea el informativo, y también me niego a pensar que haya que hacerlo todo de manera seria, porque un telediario es una referencia cultural y transversal de la sociedad en la que vivimos, desde el minuto uno hasta el final debe reflejar lo que somos. Qué difícil es eso en un contenido en televisión en la época de la segmentación, hacer un informativo para todas las edades y géneros, es todo un reto, cuando en teoría lo que vemos que triunfa es el nicho, la segmentación. ¿Cómo conseguimos esa transversalidad y que los jóvenes vean el telediario? Yo creo que incorporándolos en la familia, es decir, que ese contenido transversal englobe a todos los miembros de la familia, con momentos que se les hable de tu a tu, y también a otro colectivo, puede interesarles un contenido de mayores porque tocan a sus abuelos o sobre el paro, porque llegará el momento laboral que les afecta.

En la época del algoritmo y todo tan segmentado corren el peligro de que nos hablen de lo que queremos oír, el telediario va a hablar de eso y de lo que no quieres escuchar, porque te habla de la realidad, y eso eso conlleva la que te gusta y la que no.

Cómo te ves desde fuera, especialmente cuando se genera contenido diverso sobre ti nada más poner tu nombre en Google

Cuando encaro una entrevista como esta, no sé si hay miedo pero sí temor, parece mentira pero en casa de herrero cuchillo de palo. Siempre pienso, ¿qué van a sacar? Cuando ves declaraciones tituladas en grande me llama la atención y me da un golpe en el corazón. Dependiendo de la letra que utilices me siento representado o no, porque al final se destaca un comentario igual realizado de soslayo. Parece mentira que yo lo diga, pero cuando te ves en esa situación ves el poder que tenemos en cuanto al formato. Cómo una frase en un titular, con una letra grande puede decir algo diferente o parecer que dices otra cosa que lo que fue en realidad una frase metida de soslayo en un párrafo.

Cuando hablé en una entrevista de mi banda, Durden, me dijeron “que cosa más rara que un presentador de telediario tenga una banda de rock” y yo pues cuando hablo en confianza como contigo dije “raro o no, un presentador es una persona, hay gente que toca en bandas y ser fontanero o administrativo”, quiero decir que la gente que se cuelga una guitarra son personas normales y corrientes, y luego está el cliché del rock pero no todos son Sid Vicious y si lo son qué, porque es cosa de su vida privada.

Yo es cierto que llevo bastante tocando la guitarra en una escena muy amateur. Cuando empezaba más en este asunto ya presentaba el telediario matinal en la mañana, y dije «estoy en el proceso de confirmarme en un informativo», y esa credibilidad te da vértigo de que tu jefe o alguien en el público se cree ese cliché falso e identifique erróneamente que por estar en una banda de rock no tengas la credibilidad para contar las noticias en un informativo, es algo injusto, básicamente por mi trayectoria, porque siempre he contado las noticias con el rigor que se merece.

Ahora no tengo temor a decirlo porque entiendo que no hay ningún problema, como al que le guste pintar, sé que puede llamar la atención porque es una manera distinta de comunicar, porque la música también cuenta cosas.

El paso de «La Noche en 24h» , al momento que te ofrecen el Telediario de fin de semana, ¿hay margen para decir que no en caso de que no te interese?

Afortunadamente hay un diálogo siempre, los jefes son dialogantes y te entienden, te comentan las posibilidades y tu puedes decir cómo lo ves, que puedes aportar o que no. A mi el encargo que me hacen me parece es atractivo, el equipo y el trabajo de fin de semana ya era muy bueno, y estaba completamente de acuerdo, pero entienden que mi labor ahí puede ayudar al ritmo, a la credibilidad y agilidad, creo que en familiaridad y cercanía para el público, porque mi compañera Lara Siscar y yo nos llevamos muy bien, y que haya dos personas para el fin de semana se agradece. Siempre digo que el equipo y el trabajo de Lara antes de llegar yo era magnífico, pero aquí vamos a más, bienvenido sea cuando los jefes entienden que puedes aportar más, por eso acepté el reto.

Si haces balance ahora, ¿echas de menos cosas de tener el fin de semana libre?

Sí, pero eso va en el sueldo. Mira, el segundo fin de semana que empecé se casaba uno de mis mejores amigos y no pude ir a la boda, pero dentro de la esfera personal ni lo relataría, todos hacemos al final sacrificios porque forma parte de la profesión, no tengo ni una mínima queja sobre la labor y el trabajo que desempeño y soy un verdadero afortunado, un privilegiado por entrar en las casas de la gente y hacer llegar la información, independientemente del horario.

También te digo que estoy muy contento con el horario actual, porque yo tampoco salgo tanto y disfruto mucho ahora del Madrid cultural de la semana, pudiendo irme a casa a A Coruña varios días, veo más a mis amigos y disfruto más de la faceta personal que igual antes en el canal 24h no me dejaba tanto tiempo para mi.

«Hay entrevistas con políticos en las que que inconscientemente sabes más o menos lo que te van a decir, y creo que eso el entrevistador lo tiene que tener en cuenta para sacar al político de su zona aprendida«

Cuando se entrevista un político, muchas veces da la sensación de que llevan su discurso preparado, independientemente de las preguntas que se le haga, ¿crees que la gente lo nota?

Sí, creo en la inteligencia del público y creo que tienen calados a ciertos políticos. Hay entrevistas que inconscientemente sabes más o menos lo que te van a decir, y creo que eso el entrevistador lo tiene que tener en cuenta para sacar al político de su zona aprendida.

Yo en mis entrevistas trato de dialogar con el político y ponerle en alguna situación que salga fuera de lo que sé que ya me va a decir. Es cierto que en un programa de televisión pública, los mensajes de los partidos políticos deben estar reflejados, no me gustaría ser ese entrevistador que no deja hablar el político, porque debe contar su mensaje, pero una vez, no estar todo el rato machacando y permitir que tu entrevista se convierta en un mitin porque no lo es.

En cuanto a la música, sigues con Durden, ¿qué espacio ocupa en tu vida?

Cada vez mayor, durante el tiempo de la pandemia lo dejamos bastante apartado, ahora ocupa un espacio de una esfera de hobby amateur que se está transformando en un punto más profesional, hemos hecho conciertos con cierta afluencia de público y ver una sala llena con doscientas personas que van a verte te transmite una responsabilidad parecida a la de presentar y ponerte delante de una cámara.

Tienes un vínculo con la gente que va a verte y tienes que corresponderla con un buen concierto, un buen trabajo, dar un buen show. En ese punto estamos preparando el lanzamiento de los temas desde un punto de vista más profesional, grabados en estudio y que esperamos salgan este año.

Vamos a lanzar el primer single “El huracán” e iremos sacando temas. Tenemos muchas ganas, con algún concierto en el horizonte y presentarnos en sociedad, es otro vínculo de comunicación donde se cuentan historias.

El ser conocido, ¿te abre puertas a la hora de la música o no tiene nada que ver?

Pues no lo sé, estoy en ese proceso. Igual las cierra, vete tu a saber, ya te diré.

La cultura se ha visto perjudicada durante la pandemia, ¿se han olvidado las administraciones de ello?

Depende de la etapa de la que estemos hablando. Entendí las movilizaciones de alerta roja, porque tengo amigos que están en eso, y lo entiendo porque es tu pan y de pronto llega una pandemia y se para todo esto. Pero sinceramente, no quiero ser ventajista y voy a ponerme en los zapatos de quien tiene que gestionar todo eso ante una pandemia desconocida y con todo lo que ha pasado.

Puedo entender que en ciertos momentos se den prioridades, con esto no quiero decir que la cultura no sea una prioridad ni mucho menos, pero la situación que hemos tenido, con tanto desconocimiento total, entiendo que haya habido cierres, conciertos limitados, aforos y que las multitudes se hayan tenido que eliminar. Pero creo que la gente en general también lo ha entendido, porque en plena pandemia tu haces un concierto en una sala y no te van, porque la propia gente tenía conciencia y podía pensar que sanitariamente no era lo acertado en el momento adecuado para ello.

Dicho esto, insisto que todo hay que enmarcarlo en el contexto de la pandemia, creo que las autoridades sí están por reactivar esto en el momento más adecuado y creo que estamos en ese proceso ahora mismo. Y también te digo, durante la pandemia, aunque la gente de la cultura se haya sentido menospreciada, el público que es el que manda ha podido valorar incluso más el poder de la cultura, el poder anestesiante cuando las cosas vienen mal dadas de regar un poco el alma en momentos duros, y ahora mismo mientras hablamos esto convencido que la gente tiene muchísimas más ganas de ir a un concierto, de asistir a una exposición, de salir, se huele y se ve. Ha habido un momento bajo pero ahora el ámbito cultural debe subirse a la ola y las autoridades deben entenderlo, es el momento de la cultura.

«El público ha podido valorar incluso más el poder de la cultura, el efecto anestesiante cuando las cosas vienen mal dadas de regar un poco el alma en momentos duros«

Como periodista, desde dentro, en los peores momentos de la pandemia, ¿se hacía difícil hacer comunicación?

Uf, yo no paré durante el confinamiento. Fue mucha información en cierto momento, la gente se saturó en aquella época, pero también es verdad que en las primera semanas hicimos audiencias históricas, el público se pegó a la televisión, que era la ventana de tu casa que te hacía conectar con el mundo exterior. Yo trabajaba en La mañana, en algunos momentos presentaba en un plató casi vacío, con lo mínimo, con dos analistas, era casi un programa de batalla.

Yo voy en moto a trabajar y el trayecto a Prado del Rey vacío te hacía ver un paisaje apocalíptico, e ir a trabajar y ser consciente en el camino del reto que tenías lo que la gente esperaba de ti y la responsabilidad del servicio público era muy grande, más cuando había gran desinformación, fake news, con el poder de las emociones en alto. Nos escribía mucha gente en el ámbito privado, con personas que te decían «mi padre está en esta residencia, por favor preguntad que a mi no me dicen nada» este tipo de historias.

Recuerdo que antes de la pandemia por un chiste que hicimos, unas enfermeras de un hospital del sur de Madrid me escribían porque teníamos un cachondeo con las fotos, preguntando si tenías novia, esas chorradas. Esas mismas chicas luego en pandemia lo pasaron muy mal y me grabaron un vídeo de las urgencias de su hospital, que tenían una capacidad en un día normal de hasta hasta 60 personas y en esos momentos estaban en 400, y veías a la gente en el pasillo sentados apilados. Les pedí un vídeo grabado de esa misma mañana y poder hablar con ellas, y accedieron, querían denunciar esa situación y abrimos el programa con eso. Al final era un programa que hacía la propia gente y ese concepto de servicio público alcanzó su máximo esplendor en esos días de la pandemia.

Hablemos de música, ¿qué referencias musicales tienes?

Pues para mi banda, Durden, que suena a rock americano, tiramos a Kings of Leon, cerca de Foo Fighters, pero también suena a veces a un Radiohead más oscuro, a veces se abre a un Coldplay más de himno. Y como cantamos en español, en estos últimos meses estoy muy cercano a lo que hace Xoel , muy siglo XXI del tiempo que estamos viviendo, y quiero que Durden cuente cosas de lo que hay ahora, con un rock actual.

Luego en mi vida privada me flipa de todo en función de momento, también soy muy clásico, siendo guitarrista me gusta Hendrix, John Mayer, Led Zepelling, José González, Bon Iver pero también me encantan las bandas sonoras, John Newman y las palomiteras como Hans Zimmer y también las referencias clásicas como Queen.

¿Te paran por la calle por salir en televisión?

Afortunadamente no, cuando igual estamos en una terraza en alguna ocasión, porque haya tenido viralidad alguna entrevista puedo notarlo un poco más, pero vivo bien. En este último año, puedo haber notado más eso, y me asusta, porque cuando estoy con mis amigos igual en una cena soy muy payaso, y me abstraigo de todo eso. En algún momento ha pasado, recuerdo que una vez que estaba con mis padres y mi hermana de pintxos en Donosti, que teníamos un ataque de risa montando un buen número en el bar y de pronto una persona se acercó para una foto y me dio un pronto como de timidez tremenda, y sientes como si hubiera una cámara delante donde te conocen. Me hice la foto pero de pronto me asusté un poquito en esa situación.

¿Se hacen amigos en la televisión?

Claro que sí, tengo amigos de verdad, es una profesión más. Es cierto que a ciertos niveles entran elementos en el cocktail que puede tener elementos que lleguen a ser tóxicos en el futuro, pueden darse esas envidias que me mencionabas antes cuando estás en el circo, los caracteres pueden moldearse en función de los intereses pero hay que estar por encima de eso, pero yo sí que creo en las buenas personas.

Nos hemos acostumbrado al consumo rápido en streaming sin prestar mucha atención al contenido más trabajado, lento, donde el espectador quizás se haya vuelto más vago.

Este es otro debate, cuánto de listo es el espectador o cuánto lo quiere ser. Yo creo en la inteligencia del espectador, especialmente en el formato que es el telediario. Entiendo que haya formatos de menor atención, todo juega nada es mejor ni peor, hay series de televisión que las ve gente súper inteligente con gran capacidad de raciocinio que luego se puede evadir con un programa del corazón super sencillo y no seré yo quien lo critique.

Hablando del telediario sí creo que debe tener cierto nivel no ya intelectual, pero sí al contarlo y en su contexto. A veces lo complicamos mucho sin traducirlos a la lengua que todo el mundo lo pueda entender, pero eso no significa que deba ser tan simple o no tocar ciertas cosas para que no sea tan complicado.

Una serie, película, libro y disco.

Para mi una serie que ha manejado muy bien los tejemanejes de la tele es The loudest voice que protagoniza Rusell Crowe con Emma Watson. Cuenta la historia del creador de la FOX, habla mucho sobre el nicho, del público que hemos hablado aquí, y además de ser un despreciable desde el punto de las mujeres y la cadena, tenía una visión de la audiencia de la que luego bebería Donal Trump, y después pasaría lo que todos conocemos.

De libro Fight club de Chuck Palahniuk, el que da forma a la película «El club de la lucha» y por la que se crea el concepto de mi banda, Durden, que es su protagonista, alter ego del personaje principal, es lo que haría Brad Pitt en la película, que digas las cosas que quiere decir y hagas las cosas que quieres hacer pero que digamos la sociedad no te permite, y la banda es ese alter ego de las cosas que no puedes hacer, por ejemplo, en el telediario. Y también te diría el libro Asfixia del mismo autor.

En cuanto a película, me gusta mucho Olvídate de mi de Jim Carrey con Kate Winslet, donde hace un papelón, con un guion magistral de cómo olvidar las relación desde una premisa un poco de ciencia ficción con una máquina que puede borrarte los recuerdos. Es una pareja que rompe y le contratan para borrar esos recuerdos, de adelante a atrás en la relación, me parece algo genial de cómo utilizar el cine para hablar de recuerdos, emociones y relaciones.

Y de disco, te podría decir ‘Parachutes’ de Coldplay, aunque está muy manido.

¿Qué le pides a 2022?

Pasar página.

Texto: Miguel Rivera

Fotos: Arturo de Lucas